El Museo del Greco, abierto a los deficientes visuales
Un grupo de 23 personas con problemas de visión han realizado una visita guiada por primera vez al museo gracias a un acuerdo con la ONCE
Numerosos visitantes han llenado este jueves los museos toledanos con motivo de su Día Internacional, al ser además gratuita la entrada. Entre ellos, el Museo del Greco , cuyos jardines y salas tuvieron una visita muy especial, la de un grupo de deficientes visuales que, por primera vez, disfrutaron de una visita guiada por el edificio que erigió a principios del siglo XX el marqués de la Vega-Inclán en la Judería de Toledo, donde otrora vivió Doménicos Theotocopoulos.
La visita resultó muy amena para los 23 deficientes visuales que recorrieron las diferentes dependencias del Museo del Greco junto con sus acompañantes voluntarios de la ONCE, ya que aparte de las explicaciones de las guías del centro, pudieron palpar algunas piezas de yesería, de cerámica y de azulejería
Esta iniciativa que comienza ahora, según explicó el director del Museo del Greco, Juan Antonio García Castro , se enmarca dentro de un acuerdo de colaboración con la ONCE , mediante el cual se llevarán a cabo una serie de actividades conjuntas «para acercar el contenido del museo al colectivo de deficientes visuales».
García Castró apuntó que existen iniciativas parecidas en el Museo de Bellas Artes de Bilbao o en el Museo del Prado mediante la exposición de piezas escultóricas y cuadros en relieve para que personas con discapacidad visual puedan tocarlas y tener experiencias sensoriales a través del sentido del tacto.
Desde el punto de vista organizativo, Mila Ortiz, una de las guías se encargó de la parte explicativa, pero un equipo de trabajadoras del Museo del Greco, entre ellas Inma Andrés y Virginia Moreno, realizó un trabajo previo de selección de materiales táctiles para que ellos puedan percibir elementos de yesería, de cerámica o de azulejería .
«Es un museo de pintura y, por tanto, es muy difícil explicar a un deficiente visual, y más a una persona que nunca ha tenido visión, los colores y otros pormenores de los cuadros. Tengo que ponerme en su lugar, como si yo también hiciera la visita con los ojos cerrados para transmitirles mis sensaciones», afirmó Mila Ortiz.
Jesús David Ortiz, uno de los 23 deficientes visuales participantes en la visita , quedó ciego a causa de una accidente cuando era adolescente. Antes de perder la vista ya sabía algo del Museo del Greco, pero sus estudios posteriores en la Facultad de Humanidades de Toledo le han hecho valorar más el arte, aunque no pueda ver.
Aparte de la de hoy en el Museo del Greco de Toledo, Jesús David ha participado en experiencias similares en el Museo Reina Sofía de Madrid, donde hay una sala específica para deficientes visuales. Reconoce que este tipo de iniciativas son muy interesantes para personas con deficiencia visual como la suya. «Aunque la pintura nos la tenemos que imaginar con las explicaciones que nos dan, lo más importante es que te dejen tocar las cosas para poder sentirlas» , concluye este invidente.