La historia del exetarra Iñaki Rekarte, llevada al teatro en Toledo
El espacio Matadero Lab acoge este viernes la obra «Ni con tres vidas que tuviera», en la que participan dos castellano-manchegos: el dramaturgo José Pascual Abellán y la actriz Lucía Esteso
«Si no te perdonas a ti mismo..., no puedes vivir». Esta es la frase que durante muchos años ha retumbado en la cabeza de Iñaki Rekarte , exterrorista etarra que en 1992 atentó con un coche bomba en Santander y causó la muerte de tres personas. Más de dos décadas después de esos hechos y con un periodo de propósito de enmienda y arrepentido -después de haber pasado la mitad de su vida en prisión por esos hechos-, este irundarra de casi cincuenta años tiene que mirar a los ojos de una mujer, familiar de una de sus víctimas.
Esta historia es la que cuenta «Ni con tres vidas que tuviera», una obra de teatro que llega este viernes a Toledo de la mano de dos castellano-manchegos: el dramaturgo José Pascual Abellán y la actriz protagonista, Lucía Esteso, que hace el papel de la familiar de una víctima del atentado terrorista de Santander en 1992. Tras varios meses de éxito de crítica y de público en Madrid, la función, dirigida por Zara Sobral, tendrá lugar a las 21.00 horas en Matadero Lab (Paseo de Recaredo, s/n).
Está basada en la entrevista que Jordi Évole (interpretado por el actor Nacho Hevia) realizó a Iñaki Rekarte (interpretado por Jorge Cabrera) en su programa «Salvados». La obra sitúa la acción en el momento en el que el asesino, que acaba de cumplir condena, se muestra arrepentido al enfrentarse a las preguntas del periodista, que ha preparado a fondo una conversación directa, exenta de sentimiento y complicidad. La familiar de una de las víctimas lee un artículo sobre la entrevista a la mañana siguiente y emite un comunicado en el que contesta a las palabras del exterrorista y traza las líneas de un puente frágil que, finalmente, desemboca en el encuentro entre ambos.
En la entrevista con Évole, Rekarte detalló cómo se sucedieron los hechos que le costaron sus 22 años en prisión. «Con 19 años me hacen jefe del comando Santander (éramos 3 y nada experimentados). En el día del atentado estábamos en un atasco con el coche lleno. Lo aparqué en el sitio donde tenía que pasar una patrulla de la Policía Nacional. Eran las 8.30 de la tarde y había gente en la calle. Vi la furgoneta de lejos, se acercó y apreté el mando, lo que causó una explosión enorme con mucho riudo. Me subí a la moto y me fui», explicó.
Después, según contó, pensó que el atentado había fracasado, ya que los muertos no eran los policías. «Cuando vimos que no funcionó, nos planteamos hacerlo de nuevo, pero se nos estropeó el mando. Diez días después -durante carnaval- nos fuimos de fiesta. Entonces no reflexionabamos sobre lo que habíamos hecho, estabamos contentos. Nos pillaron en poco tiempo en Bilbao, justo al irnos de Santander, cuando estaba jugando al ping pong. No opuse resistencia porque no llevaba la pistola encima pero, si la hubiese tenido, no sé como habría actuado. Entonces no teníamos miedo a la muerte», aseguró el exterrorista.
Iñaki Rekarte recordó que fue torturado con métodos de todo tipo y que los 22 años de condena que pasó en prisión le dieron para reflexionar mucho. «En la cárcel me llené de odio hacia todo, era una forma de protección ante la realidad. Pero cuando mataron como a un perro a Miguel Ángel Blanco y tuve mi hijo, vi que tenía que marcharme de ETA, costase lo que costase», afirmó.
«Yo escribo teatro porque intento dar respuesta a mis propios interrogantes , a las preguntas que me surgen de la propia vida y con las obras de teatro lo que intento es encontrar esas respuestas a los grandes interrogantes de la existencia», asegura José Pascual Abellán, el autor de esta obra de teatro que cuenta esta historia. El dramaturgo señala que la gente de su generación ha sufrido «esta lacra de la violencia y del terrorismo», que han vivido muy de cerca a través de los medios de comunicación.
«Encontrarme con una entrevista como la de Rekarte me hizo toparme con este interrogante: ¿Qué tenemos que hacer las personas con los seres humanos que han hecho lo que han hecho, y que ahora han pagado a nivel judicial y que han rehecho su vida? Este es el gran interrogante y por eso me decidí a hacer esta función; quería resolverme esta propia pregunta. ¿Qué pasa ahora a nivel social, a nivel humano?», comenta el dramaturgo.
En escena, por lo tanto, lo que se va a encontrar el público es un exterrorista arrepentido, una víctima y un periodista. Tres vértices para acotar la misma historia, para ponerla sobre la mesa. Para intentar que no se vuelva a repetir, ni con tres vidas más que tuviéramos…
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