Teatro de Rojas

«Copenhague», dos científicos en un 'thriller' teatral

El espectáculo reúne este viernes en el Teatro de Rojas a dos de los grandes de la escena española: Carlos Hipólito y Emilio Gutiérrez Caba

Malena Gutiérrez, Emilio Gutiérrez Caba y Carlos Hipólito en una de las escenas de «Copenhague» ABC
Francisca Ramírez

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Están considerados dos de los grandes actores de la escena nacional: Carlos Hipólito y Emilio Gutiérrez Caba se suben a las tablas del Teatro de Rojas (con las entradas agotadas), para representar el famoso encuentro entre los físicos Niels Bohr y Werner Heisenberg en 1941 en la ciudad de «Copenhague » en calidad de maestro y discípulo, pero enfrentados y enemigos por la situación de sus dos países durante la Segunda Guerra Mundial. Uno de los grandes temas de la obra es el problema ético del uso de los avances en física teórica para el desarrollo de armamento nuclear.

Este espectáculo, en el que Gutiérrez Caba e Hipólito están acompañados por Malena Gutiérrez, es un ejemplo de teatro «de palabra» y «de reflexión» y un thriller que recrea la conversación que mantuvieron Bohr y Heisenberg en torno a los avances científicos y que nunca podremos descubrir. Por eso, la imaginación acompañará a los espectadores del Rojas en un encuentro que marcó el futuro de la humanidad.

Michael Frayn sitúa la acción en casa de los Bohr, en la que son recibidos por su esposa, Margarita. Los protagonistas intenan decir algo que hasta ahora no se sabe con exactitud, pero cuyo resultado pudo ser la bomba atómica . Dos de ellos viven en ese mundo tan particular de la estructura del átomo que los hace estar en la misma incertidumbre científica que significa estudiar esa composición tan ínfima. Están en contacto con lo más misterioso y sin respuesta de la existencia. Esto tiñe todos sus gestos. Por otra parte, es Margarita la que se encarga de poner las cosas en su sitio y señalar cuánto de pasiones humanas existe en estos hombres.

Según palabras de Claudio Tolcachir, el director de la obra, «la idea del autor es que cada uno se convenza a sí mismo, convenza al otro y lo haga también con el público. Ellos tomaron determinadas decisiones y el espectador puede tener sus prejuicios, pero Michael Frayn es tan brillante que logra generar dudas sobre esos mismos prejuicios. Los dos tienen razones, los dos guardan secretos, que se unen al hermoso vínculo que hay entre maestro-discípulo, padre-hijo...»

La pieza teatral presenta a dos personajes con distintos sentimientos: amor, ilusión y rencor que afloran a cada instante a lo largo del encuentro. Y eso queda patente en «Copenhague», cuya adaptación y dirección corre a cargo de Claudio Tolcachir, que no duda en exhibir los sentimientos y el corazón con la lógica de unos hombres que se deben enfrentar a su destino y cuyo futuro dependerá de las decisiones que adopten ellos. Como telón de fondo: el armamento nuclear y su desarrollo en las manos de estos científicos.

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