¡Coño, el negro de José Luis Cuerda!
Enitan Oluyommi Adeyemi, conocido por Andy o «hermano», apelativo con el que pide ayuda a los viandantes, aparecerá en «Tiempo después», la última película del conocido director albaceteño
Su nombre es Enitan Oluyommi Adeyemi, pero todo el mundo le conoce por Andy o por «hermano» , apelativo que él utiliza para pedir una ayuda a todos los viandantes y turistas que pasan a su lado. Este nigeriano de 51 años es conocido en Toledo, ciudad a la que acude casi a diario desde su lugar de residencia en Fuenlabrada, donde vive con más compatriotas. No tiene trabajo e intenta buscarse la vida mendigando, aprovechando el tirón turístico de la capital castellano-manchega.
Andy llegó a España hace 14 años, después de haber pasado previamente por Italia y Alemania, cuando al principio del segundo milenio abandonó su Lagos natal (capital de Nigeria) para buscar una alternativa vital y laboral que en su país no encontró. Ahora, después de trabajar en todo un poco —albañil, mozo de carga o ayudante de cocina— y después de los peores años de la crisis que le llevaron a la calle, ha dado el salto a la gran pantalla como figurante de la mano de José Luis Cuerda , el conocido director de cine albaceteño que estos días se encuentra rodando en los Montes de Toledo su última película, «Tiempo después».
En esta historia, que parte de una novela publicada en 2015 con el mismo título, aunque escrita como guión años antes, el mundo del año 9991 —«mil años arriba, mil años abajo», como dice el propio José Luis Cuerda— se divide en dos. Por un lado, los trabajadores, el ‘establishment’ de la sociedad, se alojan en un edificio, trasunto de las famosas Torres Blancas de Madrid, y desde sus ventanas «solo puede verse ‘Monument Valley’», el famoso paraje entre Utah y Arizona (Estados Unidos) que John Ford utilizó en muchas de sus películas y a quien Cuerda quiere rendir homenaje. Y, por otro, el resto de la sociedad, los parados y «desheredados del mundo» que viven en un poblado en el bosque.
El personaje que representa Andy, paradojas de la vida, forma parte de la élite de la sociedad . Bien vestido y con trabajo, vive en el edificio al que los parados del bosque pretenden llegar. Es la magia del cine, cualquiera puede convertirse en un príncipe.
«Me ha encantado la experiencia de trabajar en cine, es algo nuevo para mí, aunque mi deseo es encontrar un trabajo estable», afirma Andy, que el pasado jueves y viernes se levantó pronto e ilusionado y, después de rezar a su Dios, se desplazó al rodaje de «Tiempo después» . Espera que su aparición en la película de Cuerda sirva para abrirle las puertas del mercado laboral. Para todo aquel interesado, habla yoruba —su lengua materna—, inglés, español y un poco de alemán — y es diplomado en la especialidad de maquinaria de imprenta por el Yaba College of Technology de la Universidad de Lagos.
Su intención es poder traerse a España a su mujer y a sus tres hijos, que viven en Nigeria, si su situación económica se lo permitiera. De hecho, está muy agradecido a nuestro país ya que, según él, «los españoles son gente con un buen corazón» . Andy asegura que no tiene «ninguna queja» de la mayoría de los españoles, nada que ver con algunas experiencias racistas que sí ha vivido en los otros dos países europeos donde vivió, Alemania e Italia.
A partir de ahora, Andy volverá a ocupar su sitio en las escaleras del Arco de la Sangre, en la plaza de Zocodover de Toledo, para seguir mendigando. Eso sí, quédense con su cara porque quizá haya nacido una nueva estrella en el mundo del cine.
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