Antonio Illán Illán
Poesía contra el coronavirus
No está de más compartir un legado cultural que no tiene fronteras, basado en la comunicación, la emoción, la palabra y la estética. Leamos poesía
Coronavirus, última hora

Cada 21 de marzo, equinoccio de primavera, celebramos el Día Mundial de la Poesía. Es un verdadero tributo, más que un festejo, a la palabra poética. Fue propuesto en el año 2001 por la Unesco con el propósito de consagrar la palabra esencial y la reflexión sobre nuestro tiempo. También el día tiene el objetivo de apoyar la diversidad lingüística y dar la oportunidad a las lenguas amenazadas de ser un vehículo de comunicación artística en sus comunidades respectivas.
Como bien afirma la UNESCO, «La poesía es una manifestación de la diversidad en el diálogo, de la libre circulación de las ideas por medio de la palabra, de la creatividad y de la innovación. La poesía contribuye a la diversidad creativa al cuestionar de manera siempre renovada la forma en que usamos las palabras y las cosas, y nuestros modos de percibir e interpretar la realidad. Merced a sus asociaciones y metáforas y a su gramática singular, el lenguaje poético constituye, pues, otra faceta posible del diálogo entre las culturas».
Así mismo, se busca promover la enseñanza de la poesía, fomentar la tradición oral de los recitales de poéticos, apoyar a las pequeñas editoriales, crear una imagen atractiva de la poesía en los medios de comunicación para que no se considere una forma anticuada de arte, sino una vía de expresión y restablecer el diálogo entre la poesía y las demás manifestaciones artísticas, como el teatro, la danza, la música y la pintura.
Pero ahora estamos en una realidad más dura y más cercana: la pandemia del coronavirus. La poesía también la podemos convertir en un arma de ataque al bichito. No diré que el virus es bonito y que me hace ilusión su compañía.
Con Juan de la Cruz diremos aquello de«volé tan alto tan alto que le di a la caza alcance». Eso es lo que tenemos que hacer todos: volar y volar con nuestro ser, crear anticuerpos y dar alcance al coronavirus.
El día está un poco gris. Saquemos el sol de un cierto optimismo. La pandemia es una verdadera realidad, aunque hay quienes todavía piensan que esto es ficción.
Dediquemos tiempo a la lectura. La poesía contribuye a la diversidad creativa al cuestionar la forma en la que usamos las palabras y nuestro modo de percibir la realidad. Se expresa de manera diferente y sutil y consigue comunicar cosas de manera diferente, obligando al lector descubrir la esencia del mensaje. Es un buen ejercicio para estos días largos, en los que el miedo nos atenaza de vez en cuando.
En fin, no está de más compartir un legado cultural que no tiene fronteras, basado en la comunicación, la emoción, la palabra y la estética. Leamos poesía.