Antonio Illán Illán - Crítica
La Celestina 'chanante' de Antonio Campos
Una versión muy personal en la Casa de la Cultura 'María Zambrano' de Bargas
Título: La Celestina . Autor: Fernando de Rojas . Adaptación a monólogo: Antonio Campos . Compañía: Albacity Corporation . Dirección: Lluís Elías . Intérpretes: Antonio Campos y José Luis Montón (músico). Escenografía: Antonio Campos . Producción: Albacity Corporation . Escenario: Salón de actos de la Casa de la Cultura 'María Zambrano' de Bargas (Toledo).
Enfrentarse a La Celestina , una de las obras cumbre de la literatura, para hacer de ella un monólogo teatral requiere mucho atrevimiento, mucho estudio y una sobresaliente capacidad de síntesis. Todo depende de si lo que se quiere contar es su espíritu o su anécdota.
Antonio Campos ha leído el texto de Fernando de Rojas y ha realizado a una adaptación a su imagen y semejanza, donde importa más encandilar al público que la profundidad del mensaje. Luego ha trabajado detalles expresivos con Lluís Elías, a quien conoce y con quien se ha formado, desde los tiempos en los que trabajó con Els Joglars. Y ha ido añadiendo retazos lorquianos, cante flamenco, referencias de actualidad política (lo que en lenguaje teatral llamamos morcillas), mucho gesto priápico, humor 'chanante', comentarios de su cosecha y mucho (y muy bueno) movimiento, gesticulación y expresión corporal. Evidentemente sí parece claro en la interpretación de la historia que hace Campos esa alianza de personajes sin escrúpulos (Celestina, criados y rameras) cuyo fin no es otro que logar beneficios materiales de un amo rico y ocioso (Calixto) que ha perdido el seso por ganar el sexo. El resultado, con la aportación musical, y de un protagonismo necesario, de José Luis Montón, es un espectáculo entretenido que, siendo en origen una tragicomedia, encuentra muchos momentos para la risa.
Al adaptar la obra ha echado mano más de la anécdota para fijar los momentos clave de la historia que narra, en la que tienen protagonismo casi parejo Celestina, Calixto, Sempronio y Parmeno; Elicia, Areusa, Alisa y Pleberio quedan marginales; Lucrecia se resalta por el gesto y el lenguaje; y Melibea queda desdibujada como la mujer que es y que evoluciona, llegando a quedar muy desvaído un momento tan crucial como es su suicidio. Melibea merece más protagonismo y un trato como mujer que estaría muy en consonancia con los tiempos que vivimos , pues ella es capaz de parar las manos a un violador en potencia y al mismo tiempo reivindicar su libertad para el amor y para tomar decisiones drásticas sobre su propia vida. Muy interesante es el dibujo formal, cuando se transmuta en Celestina, que, sin duda, se mira en el cuadro homónimo de Picasso.
Evidentemente queda muy resaltado, de forma exagerada, a mi parecer, el gesto sexual de unos y otros, como si la obra tuviese su centro en sus genitalidades. Claro que eso queda muy bien para conectar con un público que, en su mayoría, conoce de La Celestina poco más que el título y la existencia del libro.
Importa significar que no es un monólogo sobre la obra de Rojas, ni una narración de la peripecia de los amantes y su contexto, sino una adaptación teatral para conformar un espectáculo capaz de llegar al público del siglo XXI, aunque no haya leído el texto original. Se mantienen los principios y los ejes sobre los que gira el nudo y el desenlace , pero la balumba viene cargada con muchos elementos que dan juego y actualidad al producto escénico.
A Antonio Campos hay que reconocerle el valor de travestirse en los muy diversos personajes y hacerlos reconocibles. Su espectáculo sí se mueve con ritmo entre esos mimbres celestinescos de la codicia, el amor, el sexo y la muerte que se encadenan en la historia de unos personajes poco profundizados en su desarrollo psicológico. En cambio, huye del acento léxico, del ritmo lingüístico, que es propio de la obra de Fernando de Rojas .
El actor albacetense, ya muy ducho en las obras de actor único, a la manera que nos tiene acostumbrados Rafael Álvarez 'El Brujo', sin duda un referente para Campos, logra grandes momentos interpretativos en este montaje , como son los de las muertes violentas de los diversos personajes (todos los principales acaban mal) o los encuentros de Celestina con Melibea y con Lucrecia, o los varios de Melibea con Calixto, por ejemplo.
Si excelente es el trabajo del actor, buena parte del éxito popular que la representación consigue también hay que atribuírsela al director Lluís Elías , que ha realizado un trabajo pleno de rigor y minucioso en los detalles. Y no menos importante es el aporte de José Luis Montón y su guitarra , que no solo acompaña, sino que con su música transmite trascendencia emocional a las acciones que se representan.
El numeroso público que acudió al recinto cultural bargueño aplaudió con ganas esta Celestina de Campos, a quien deseo el éxito popular que su trabajo merece por los escenarios de España y América.