Antonio Illán Illán

¿Amor o solo deseos?

Desengaños amorosos, un buen inicio teatral en 2020 en el Rojas

Título: Desengaños amorosos . Autor: Nando López sobre textos de María de Zayas . Dirección: Ainhoa Amestoy . Intérpretes: Sivia de Pé , Manuel Moya , Lidia Navarro , Pablo Rivero Madriñán y David Velasco (músico). Escenografía y vestuario: Elisa Sanz . Iluminación: Marta Graña . Música y espacio sonoro: David Velasco . Producción: Ainhoa Amestoy y Alejandro de Juanes , Estival Producciones . Escenario: Teatro de Rojas de Toledo .

El Teatro de Rojas ha levantado el telón teatral este año de gracia de 2020 con la obra Desengaños amorosos , un texto compuesto por Nando López sobre las diez narraciones originales del controvertido personaje del siglo XVII María de Zayas . La producción, dirigida por Ainhoa Amestoy, recupera la fuerza de unos textos barrocos cargados de adelanto conceptual y de una modernidad que bien pareciera que doña María de Zayas y Sotomayor (o quien quiera que se oculte bajo este nombre) fuera la inspiradora del «Me Too» y precursora del empoderamiento de la mujer.

Es muy oportuna esta apuesta escénica de la productora y directora no solo por dar luz a un tipo de texto no habitual del Siglo de Oro español, sino por la carga de realidad y de concepto que atesora para la reflexión de la sociedad del presente.

Los Desengaños amorosos de María de Zayas se desarrollan en un conjunto de diez novelitas o cuentos, escritos a la manera del Decamerón, en donde la amenidad, por medio de un estilo directo y «sin razones retóricas ni cultas», es la nota que los distingue.

María de Zayas, con espíritu sensual y carácter apasionado de un feminismo ardoroso, presenta en sus relatos casos de sugestivo interés y con la mujer como centro de ellos. A veces los cuentos quieren ser ejemplares y en otras ocasiones los hombres burlan a las mujeres y de ahí surge el desengaño que las historias respiran.

La escritora no se para en « moralejas » teóricas, sino que ofrece con cuidado y cautela lecciones para la vida práctica mediante el desarrollo de tramas desenvueltas y en ocasiones escabrosas y exquisitamente eróticas. Todo ello supone un verdadero alegato a favor de la condición personal y social de la mujer, alegato hecho con sinceridad, fuerza satírica y amenidad y un cierto punto de ironía o malicia.

Ainhoa Amestoy ha interiorizado muy bien el espíritu de María de Zayas y nos ofrece un espectáculo equilibrado, bien hilado y mejor tramado, donde la vida se sucede y los conceptos se explicitan, dejando bien claro que no hay ni puede haber seres desiguales en cuanto a su diferencia de sexo y que es quien pretende la desigualdad, con el engaño o con la superflua idea de superioridad, quien en el fondo es moralmente inferior.

Las ideas de Zayas suponen una verdadera transgresión social, especialmente en relación con las que se explicitaban en la época en la que se escribieron

En Desengaños amorosos podríamos encontrar algunos matices de las comedias de enredo con todas las características del teatro lopesco de madurez, aunque se trasluce el origen narrativo de los textos. Aún así, hay que destacar el ingenio para jugar con el lenguaje, la frescura de los mensajes y la gracia con la que se desenvuelven los personajes que se dibujan. No se da descanso al espectador con escenas que se suceden con ritmo ágil, con el ovillo de amores que se entreteje y se complica, con los celillos que trufan las acciones, los engaños de unos y otros, los dilemas de honor, los conflictos entre personas con diferencias sociales, el interés por la libertad para elegir marido/amante, aunque sea por contrato, como pretende la protagonista Nise.

Las ideas de Zayas, versionadas por Nando López y dirigidas con excelente dramaturgia por Ainhoa Amestoy, suponen una verdadera transgresión social, especialmente en relación con las que se explicitaban en la época en la que se escribieron. Es evidente que las mujeres llevan la voz cantante y que alteran significativamente la idea tradicional de entender el honor, ese honor, que se suele calificar como «calderoniano». También se puede afirmar que la obra original y la propuesta escénica manifiestan un juego de coqueteo, tanto femenino como masculino. Y siempre prevalece esa idea eje de las mujeres fuertes y muy seguras de sí mismas, que llevan la iniciativa y van trazando con su comportamiento el desarrollo de la acción dramática.

Buen trabajo del versionador Nando López, que ha sabido aglutinar en un texto teatral la sustancia de las narraciones de la autora barroca. Magnífica la directora, que ha apostado por el respeto a lo clásico pero sin estancarse en ello y ha abierto ventanas a un teatro más actual; asimismo, ha sabido sacar el máximo rendimiento a un texto no exento de complejidades y quizá un punto dilatado. Ha atinado con el ritmo, salpicado de momentos dinámicos y de tipo cómico (a veces nos recordaba a Keaton o a Chaplin), alternando con otros que componen escenas plenas de elegancia o sensualidad.

La interpretación ha rayado a una buena altura, si bien ha destacado la femenina, con la excelente, natural y convincente labor de Silvia de Pé, encarnado una Nise con criterio, libertad y mucha personalidad. La contrafaz conceptual como mujer la ha desarrollado, también de forma espléndida, Lidia Navarro en el papel de Beatriz. Manuel Moya, muy sólido, aunque, quizá por el propio requerimiento del personaje, a veces daba la sensación de ser demasiado infantil o pizpireto y quedaba con una personalidad menguada frente a la poderosa de Nise. Pablo Rivero ha desempeñado su papel con un criterio de rigor impecable, incluso en ese momento de una escena en la que parece que se apuntan tendencias sexuales nada ambiguas. El músico David Velasco, sacando una maravillosa sonoridad a su “viola de amor” que sirve para contextualizar emociones, subrayar acciones dinámicas y acompañar momentos líricos, tiernos y amorosos, quizá debiera mantener un punto de menos hieratismo. Todos son merecedores del aplauso.

La escenografía sencilla y funcional e imaginativa ha estado bien ideada para resolver las diferentes situaciones espaciales. Los figurines muy apropiados y con un punto de imaginación que trasciende las épocas. La iluminación correcta.

El inicio de año en el Teatro de Rojas comienza con buen pie y hemos gozado con un divertimento reflexivo más que interesante. Desengaños amorosos es la obra de una autora que sabía de la vida, del amor, los devaneos, los lances, el honor, la libertad, la igualdad de las personas, la dignidad y el buen criterio. Los aplausos del público premiaron el trabajo teatral de un espectáculo que merece la pena ver.

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