Antonio Illán Illán
Albert Boadella, un bufón con muchas verdades
Éxito total en el Teatro de Rojas de Toledo

Boadella se hace llamar «bufón» porque alguien le denominó así con ánimo de molestar, pero es mucho más que ese personaje cómico encargado de divertir a reyes y cortesanos con chocarrerías y gestos o el truhán que se ocupa en hacer reír. El bufón Boadella hacer reír por no hacernos llorar con la disección de una vida que es la disección de una sociedad traumática, la nuestra.
En su autobiografía, «Memorias de un bufón» ya nos contaba las peripecias de un artista que se enfrenta numerosas veces a un poder representado por políticos, obispos y militares, como si fuera una narración cercana a la novela de aventuras, en la que, a través de un ingenioso juego de dos personajes, traza el autorretrato cruelmente sincero de su propia vida, desde la infancia hasta la actualidad. La narración lo es también de la sociedad en la que ha vivido. Y todo lo expresa elaborando una irónica y aguda reflexión sobre los mecanismos que han impulsado la vida de un cómico independiente.
En «El sermón del bufón» nos representa la/su misma vida desde la libertad, el humor y la osadía en un monólogo didáctico-humorístico en el que va desgranando, a modo de sermón en púlpito o conferencia cómica, los hechos más importantes de su vida y carrera profesional, desdoblándose continuamente entre la persona Albert y el personaje Boadella, o las dos maneras en las que se percibe una sola realidad, lo que da mucho juego teatral y dinamiza y enriquece con el doble punto de vista. Sin perder nunca el sentido del humor, Albert Boadella desdobla su personalidad entre el niño y el artista, entre el indómito y el cívico, entre el histriónico y el reflexivo. Interpretándose a sí mismo, realiza un repaso mordaz del oficio de comediante y una mirada irónica a su agitada vida con Els Joglars de fondo.
La función es un acto insólito en la historia de nuestro teatro, pues no se trata de fingir o interpretar un texto, una ficción, sino de contar una realidad. No se trata de ficción como siempre sucede sobre una escena. Es el relato directo y real de un artista expresando sus pensamientos sobre muchos aspectos, y especialmente del arte, y representando situaciones auténticas de su propia vida. Y es también una lección teórico-práctica sobre lo que es para Albert Boadella el teatro y lo que significa para la sociedad.
Las proyecciones de los fragmentos más relevantes de sus obras ( Gabinete Liberman , Vaya día , Teledeum , No-Do Joglars , , La Torna , Bye Bye Beethoven , Virtuosos de Fontaineblau , Ubu President , El Nacional , Daaalí , Ubu o Los últimos días de Pompeya , Omega-G, Semos Europeos , Amadeu , Don Carlo y El Pimiento Verdi ) se entremezclan con osadas reflexiones sobre la belleza y la transgresión, los tabúes de la modernidad, el estímulo que ejercen los enemigos o la realidad como supremo objetivo del arte.
«El sermón del bufón» es una especia de monólogo, en el que se concatenan numerosas y variopintas situaciones vitales con otras de reflexión sobre muchísimas caras de la icosaédrica realidad, sin embargo no está exento de una dramaturgia definida sobre un escenario en el que solo existe un púlpito, el pozo de la infancia, una pantalla para las proyecciones y un espacio dibujado en el suelo donde el actor representa a los variados personajes y una iluminación precisa.
Persona, texto, personaje e intérprete conforman una unidad; en la representación los temas se suceden, con más o menos intensidad y variadas intenciones. Por espigar algunos de la abundante gavilla, se puede citar la venganza como motor de creación; la niñez como elemento clave en su vida y en su obra; el rechazo a lo políticamente correcto; el oficio de actor y las consecuencias de su libertad de criterio; el rechazo y crítica al gremio de la farándula en algunos aspectos; el fusilamiento» a los críticos de teatro y de arte; la peripecia vital tras el emblemático espectáculo «La Torna»; la creación de Els Joglars y su idílico modo de vida artística; la confrontación del arte clásico con la «mentira» del arte contemporáneo; la exaltación de la ópera italiana y la denostación de Wagner; la magnificación de la música como algo indispensable para la vida, la muerte y el arte; la política y las instituciones; y, por supuesto, entre otros más, la situación catalana desde sus orígenes a la actualidad. ¡No es poca cosa!
Albert Boadella sobre el escenario, con «El sermón del bufón», quedó como lo que es: un «animal de teatro total» y un mito.
El público, que llenaba el aforo del Rojas, estuvo «capturado» durante las casi dos horas que dura el espectáculo y, aunque algunos gags quizá los rió menos de lo que se podría esperar, sí premió con una larga ovación el excelente trabajo realizado.
Título: El sermón del bufón . Guión, dirección e interpretación: Albert Boadella . Dirección escénica: Martina Cabanas . Espacio escénico: Dolors Caminal . Iluminación y dirección técnica: Bernat Jansá . Video escena: Alex Romero (Project2) . Producción: Carolina Teijeiro . Escenario: Teatro de Rojas .
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