Martín del Burgo: «Los padres piensan que sus hijos son campeones en potencia»
El que fuera director de la Agencia Estatal Antidopaje dirige el proyecto «Juega Limpio. El valor educativo y social del deporte», impulsado por la editorial Anaya
El manchego Francisco Javier Martín del Burgo es uno de los mayores expertos en Deporte que hay en España. Le avala una larga trayectoria en la que, entre otros cargos, ha sido viceconsejero en la Junta de Comunidades o director de la Agencia Estatal Antidopaje . Diplomado en Educación Física y Magisterio, recuerda con orgullo «que en Castilla-La Mancha, allá por 2004, hicimos un programa para alumnos de Primaria de juego limpio que mereció un Premio Nacional del Deporte».
Ahora está al frente de un proyecto de la editorial Anaya, llamado «Juega Limpio. El valor educativo y social del deporte» , que «trata de trabajar la educación en valores» y que tiene en el deporte «una magnífica herramienta educativa». El trabajo consiste en «un libro de consulta» que se distribuirá por los colegios para que el profesorado pueda desarrollar un temario»; y en un audiovisual «con imágenes impactantes de acontecimientos en los que ha participado España con sus deportistas». Además, «vamos a instar a las comunidades a que creen unos ‘Premios al Valor Educativo del Deporte’».
El proyecto se presenta el martes en la consejería de Educación.
¿Qué le ha enseñado el deporte?
Muchas cosas. El valor del esfuerzo, de la perseverancia; que por muy importante que sea el líder, no hay líder sin equipo, ni equipo sin líder. Se trata de educar a personas.
¿Qué exportaría del deporte a la política?
Muchos valores. Hay que quitar crispación a la política, hay que escuchar al diferente, permitir la inclusión; nadie está en posesión de la verdad absoluta, el compañerismo, la lealtad...
¿Qué es más importante: saber ganar o saber perder?
Saber perder es mucho más importante porque tienes que aceptar que hay otro que ha sido mejor que tú, y esto te puede hacer crecer como persona y llegar a ser un vencedor.
Mi opinión es que los padres son el cáncer del deporte base y el dopaje del deporte profesional. ¿Usted qué cree?
En muchos casos, los padres piensan que sus hijos son campeones en potencia y estamos hablando de niños de 12 años. El padre no es un entrenador, esa presión familiar que se ejerce sobre el niño no es positiva. Respecto al dopaje, se ha avanzado mucho en los últimos 25 años, pero no hay que bajar la guardia. Hay que perseguirlo por dos razones: primero, porque perjudica a la salud del deportista, y segundo, porque no es ético.
En el fútbol veo comportamientos como tratar de engañar al árbitro que no suceden en otros deportes. ¿Por qué ocurre esto?
El fútbol tiene un gran nivel de seguimiento y hay ejemplos que no son aleccionadores. Es decir, si el niño ve que se forma una gran tangana, eso no es muy gratificante y tendría que estar sancionado al máximo. Por otro lado, creo que es el momento de que en competiciones no oficiales, en caso de empate gane el equipo que tenga menos tarjetas. Propongo algo más: en competiciones de colegios, además del tanteo, podrían contabilizarse todos esos elementos de faltas, infracciones...
¿Cómo cree que tratan al deporte los medios de comunicación?
Hay una gran dedicación, pero creo que se debería dedicar más espacio al deporte no profesional, al femenino y al deporte como método de valores.
Cuando se celebraron los Juegos Olímpicos de Barcelona hubo un apoyo popular masivo. Sin embargo, con las candidaturas de Madrid el apoyo bajó. ¿Por qué?
Hay muchas razones. Una muy poderosa es que se estaba produciendo el crack económico y eso perjudicó a Madrid. Por otro lado, creo que una candidatura bien ordenada, probablemente compartida con otro país vecino, podría salir victoriosa. Por ejemplo, Madrid con Lisboa.
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