Lehsen Sidahemd, profeta en su tierra

El de Velada, que nació en los campos de refugiados de Tiduf, ha vuelto a ganar el maratón del Sáhara

Toda la familia de Lehsen (son siete hermanos) sigue viviendo en los campos de refugiados ABC
Juan Antonio Pérez

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Como ya hiciera en el año 2018, Lehsen Sidahmed ha vuelto a ganar el maratón del Sáhara, aque que discurre por los campos de refugiados de Tinduf, al suroeste de Argelia, en los que malviven cientos de miles de personas (según el último dato de Acnur son 173.600) desde hace más de 40 años. La prueba se disputó el 25 de febrero y Lehsen, que vive en Velada desde hace 19 años, hizo su mejor crono en el Sáhara con dos horas, 48 minutos y 40 segundos . Aventajó en más de cinco minutos al también español Joel Aubeso (2:53:58) y en casi 15 al austríaco Rainer Predl (3:03:19).

Lehsen debutó en este maratón en 2017 y fue cuarto (con un crono que rondó las tres horas y cuarto), en 2018 se convirtió en el primer nativo en ganarlo (2:59:47) y el año pasado acabó segundo (2:54:51) por detrás del sueco John Fahlen (2:52:46). Para valorar en su justa medida los tiempos hay que tener en cuenta las durísimas condiciones del entorno. Este año, por ejemplo, empezaron a correr a las diez de la mañana y pasadas las doce la temperatura, por encima de los 30 grados, se hizo insoportable.

«Lo he cogido como una rutina. Para mí hacer algo por el pueblo saharaui es ir a correr allí cada año», dice a ABC por teléfono este joven que a finales de mes cumplirá 31 años, y explica cómo fue la carrera: «Este año he hecho mi mejor marca porque iba muy preparado. El austríaco empezó muy fuerte y pensé: ‘Yo a mi ritmo’. Luego lo fui aumentando poco a poco y le cogí en el kilómetro nueve. Me encontraba bien y le solté rápido; y ya estuve solo todo el rato. Fui bien hasta el kilómetro 35 ó 37, que el calor apretaba y me estaba fatigando bastante, pero, bueno, aguanté».  

Lehsen habla desde Velada, prácticamente recién aterrizado después de 12 días en los campos de refugiados donde sigue viviendo su familia al completo (son siete hermanos y él es el cuarto). Su historia, en tiempos de coronavirus, te reconcilia con el ser humano: fue uno de tantos niños saharuis que cada verano aterrizaban en España gracias al programa «Vacaciones en Paz», vino por primera vez en 1997 y tuvo la suerte de que le acogieran Lidia Gómez y Julián Díaz. Este matrimonio le propuso que se quedara a vivir con ellos en el 2001 y Lehsen aceptó, así que desde entonces tiene dos familias.

Atletismo por casualidad

Debido a sus buenas marcas, se podría pensar que lleva corriendo toda la vida. Nada más lejos de la realidad. Empezó en 2015 por un amigo que le dio la brasa y al que sustituyó en el medio maratón de Madrid. Le gustó la experiencia y desde hace años entrena seis días a la semana (descansa los viernes) bajo la tutela del talaverano Antonio Núñez.

Aparte del maratón del Sáhara, Lehsen no compite en muchos más eventos que las carreras populares de la zona. Es consciente de que no es un atleta de élite (trabaja en la empresa familiar dedicada al parqué y las tarimas), pero como todo el mundo tiene sus objetivos: el suyo, este año, es bajar de las dos horas y media en el maratón de Valencia (tiene 2:36).

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