Joaquín Sánchez-Garrido: «El club estaba un poco apestado y estamos intentando poner cabeza»

Después del ascenso a Segunda RFEF, ABC entrevista al presidente del CD Toledo, quien asegura que el siguiente objetivo es volver a subir a Primera RFEF

Joaquín Sánchez-Garrido posa en el césped del estadio ‘Salto del Caballo’, escenario del ascenso hace dos semanas H. Fraile
Juan Antonio Pérez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No se podrá quejar el abogado Joaquín Sánchez-Garrido de su primera temporada como presidente del CD Toledo . Al margen del lío económico, al que parece que el nuevo grupo inversor, Domenica Sports, está atando en corto, el club verde acaba de celebrar un ascenso después de ocho años . Escapa así del infierno de Tercera división y se abre un horizonte de ilusión en Segunda RFEF, una de los dos categorías en las que se divide la antigua Segunda B.

¿Qué sintió con el ascenso: felicidad, emoción, liberación...?

Creo que felicidad. Es lo que mejor define el estado de ánimo de todos. Han sido cuatro años muy difíciles, el último de Segunda B y estos tres de Tercera división. La verdad es que ha sido un penar, y la sensación de volver a la categoría mínima en la que el club debe estar pues te llena de felicidad; y también de alivio, por qué no decirlo. 

¿Lo imaginaba en febrero?

Por supuesto que lo imaginábamos. Lo que no imaginábamos es el enero tan nefasto que tuvimos, pero, cuando pudimos ver trabajar al nuevo cuerpo técnico, todos tuvimos la confianza de que podíamos hacer algo grande. El estado de ánimo cambió 180 grados y ahí están los resultados, y la machada. 

Todos hemos visto lo que se ha hecho en el terreno de juego en estos meses, pero ¿y en los despachos?

Se han hecho muchas cosas, y se siguen haciendo. Al final, el mejor fichaje es pagar todos los meses. Como cualquier trabajador, si un futbolista no cobra o cobra tarde, pues no está a gusto. Lo primero es poner al día a la plantilla y pagarles de forma regular, porque la plantilla es profesional y vive de esto. El club estaba en una situación caótica. Para empezar, hemos tenido que aprobar las cuentas de las tres últimas temporadas, que son ejercicios que nosotros no hemos vivido. No teníamos firma electrónica, no podíamos relacionarnos con la administración de forma telemática; nos hemos encontrado con un montón de procedimientos judiciales en los que no estábamos ni siquiera personados y que hemos descubierto poco a poco. Nos hemos puesto al día echándole muchas horas.

Luego había que recuperar los intangibles; es decir, la confianza de las administraciones, instituciones, proveedores y patrocinadores, porque el club estaba un poco apestado. Se había entrado en una dinámica de permanente incumplimiento y así es difícil acercarse a la gente sin que te mire con recelo. Por último, hacer un trabajo callado, de día a día, para ir recuperando a la afición, que ha estado superolvidada en estos años. También es verdad que, como yo y Luis Jaime Puebla (el director deportivo) somos de Toledo, pues nos ha resultado más sencillo empatizar que si aterriza alguien desde fuera. Y en el fondo la afición necesita poco para volver a ilusionarse.

«El mejor fichaje es pagar todos los meses. El club estaba en una situación caótica y hemos tenido que aprobar las cuentas de los tres últimos años»

«Ha habido que hacer un trabajo de día a día para recuperar a la afición, que ha estado superolvidada y que en el fondo necesita poco para volver a ilusionarse»

¿Qué cambia de ser aficionado a ser el presidente?

Cambia mucho. Pasas de seguir a tu equipo por la prensa e ir al campo a verlo, a pegar cuatro voces y desahogarte, a tener un rol completamente distinto. Tienes que estar en un palco manteniendo las formas y los partidos se viven de una forma distinta. El nivel de tensión que tienes es mucho más alto, pero porque tienes un grado de conocimiento mayor de todo lo que pasa alrededor del club. Esto te hace no disfrutar al cien por cien del partido, aunque yo estoy encantado.

El verano pasado dimitió el anterior presidente, Juan Juárez, y ya salió su nombre como sucesor. ¿Cuándo empezaron los contactos?

Yo llevaba un par de años en la junta consultiva, que fue una buena iniciativa de Juan, pero no tenía el peso que debería haber tenido. Es verdad que aproveché estar dentro de la junta para informarme de cómo estaba el club y el anterior propietario, Jorge Berlanga, creo que se dio cuenta de que yo era la persona que más interés mostraba. Cuando la relación entre Juan y Jorge termina mal, Jorge me pide que dé un paso al frente para asumir la presidencia en verano y yo le pongo una serie de condiciones que, finalmente, se dieron con el nuevo grupo inversor con el que estamos ahora. Hubo un periodo de interinidad desde agosto hasta diciembre en el que formé parte del consejo de administración e hice de puente entre los que salían y los que entraban. 

¿Cómo se conocieron el anterior propietario, el mexicano Jorge Berlanga, y el actual, el argentino Alejandro Lara?

La persona clave ha sido Luis Jaime Puebla, que me comentó el proyecto que tenía para el CD Toledo y me dijo que venía con un grupo inversor, que es el de Alejandro. En ese momento Jorge tenía varias opciones de compraventa encima de la mesa, y yo le dije que creía que ésta era la mejor. Se inició una negociación y culminó con éxito. 

¿Cuál es su papel: de pura representación o también invierte en el club?

Soy el presidente del consejo de administración, el responsable de la asesoría jurídica y también soy accionista en un porcentaje minoritario. 

¿Cuál es ahora la situación económica? ¿Sigue habiendo deuda?

El club tenía una deuda muy importante, pero el mayor acreedor era el propio Jorge Berlanga. Invirtió muchísimo dinero en el club, pero no es precisamente un experto en ‘marketing’ de sí mismo. Creo que no ha sabido vender lo que ha hecho por el CD Toledo. Habrá tenido muchos defectos, pero, quizá, el principal es que no se rodeó de las personas adecuadas. Jorge no se ha llevado dinero del club; más bien todo lo contrario. Ha sido muy generoso en su salida y yo no puedo hablar mal de él. Siempre miró por la viabilidad futura de la entidad. Ha sido un señor y un caballero. 

Insisto en lo de la deuda, ¿en qué punto está?

Lo que estamos haciendo es ir asumiéndola poco a poco. La que teníamos con Hacienda ya la hemos solventado. La de la Seguridad Social estamos negociando su fraccionamiento para que no asfixie al club. Y con el resto de acreedores, que son muchos, se va llegando a acuerdos, intentando encontrar un equilibrio que tenga como objetivo que el club pueda ser autónomo y no dependa de forma permanente del inversor mágico. Para eso se requiere saber dónde estás, tener un presupuesto y no volverse loco con los fichajes. Hay que hacer un equipo sostenible. Un club es igual que una empresa; nadie gasta más de lo que ingresa. Estamos intentando poner cabeza. Creo que ya hemos bajado un 40 ó un 50 por ciento la deuda que arrastramos. 

«El club tenía una deuda muy importante, pero el mayor acreedor era el propio Jorge Berlanga, que invirtió muchísimo y no se rodeó de las personas adecuadas»

«Son muchos los acreedores y se va llegando a acuerdos, intentando un equilibrio para que el club sea autónomo y no dependa siempre del inversor mágico»

¿Cuál va a ser el presupuesto de la próxima temporada?

Pues en eso estamos ahora mismo, cerrando los acuerdos de patrocinio, de publicidad y también dependerá del número de abonados que tengamos. En cualquier caso, no soy muy partidario de dar titulares sobre el presupuesto. 

¿Cuántos abonados cree que van a tener?

Me gustaría que los máximos posibles, como es lógico. El día de la final del ‘play off’ había en el estadio unas 4.000 personas y, evidentemente, esa es una cifra muy complicada. Además, partimos de una cifra baja, ya que esta temporada teníamos 700. Para mí sería fantástico superar los 2.000. 

He leído unas declaraciones suyas en las que dice que van a hacer «un equipo competitivo para luchar por ascender». Teniendo en cuenta que acaban de subir, parece un objetivo un poco ambicioso...

Por supuesto que sí. Queremos hacer un equipo que luche por estar en el ‘play off’. Luego las cosas saldrán o no. El objetivo es la Primera RFEF. La verdad es que a mí no me gusta este nuevo sistema de competición, porque hemos ascendido, pero estamos en la misma categoría. Al final, la Segunda RFEF es la cuarta categoría. La presión de este año era que, si descendíamos, bajábamos dos categorías; si no ascendíamos, perdíamos una; y, si ascendíamos, nos manteníamos, que es lo que ha pasado. En esta Segunda RFEF el primero subirá directo, habrá un ‘play off’ del segundo al quinto y bajarán los cinco últimos y los tres peores sextos de los cinco grupos. Es decir, que en un grupo que va a ser de 18 equipos, si quedas el decimotercero, puedes bajar. Ya sabemos que fácil no va a ser. 

La explicación que da Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), es que se han creado estas categorías para tratar de hacerlas más profesionales. ¿El club va a recibir ingresos adicionales por jugar en Segunda RFEF?

Siempre que subes de categoría accedes a subvenciones más cuantiosas. La finalidad de la Primera RFEF es que sea cien por cien profesional, que los clubes sean sociedades anónimas deportivas, que tengan campos de césped natural y un estadio con un aforo mínimo de 4.000 espectadores. Nosotros ya cumplimos todo eso, pero no sé hasta qué punto era necesario meter una categoría adicional. Lo que está claro es que pasamos de una categoría regional a una nacional, y eso supone un aumento de todo y va a ser más atractivo para el aficionado. Por eso confío que a la gente le apetezca venir al ‘Salto del Caballo’. 

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación