Entrevista Morientes

Morientes: «Los peores recuerdos siempre tienen que ver con las lesiones»

El goleador más importante que ha tenido Castilla-La Mancha se ha pasado a los banquillos y este sábado visita Toledo con el Fuenlabrada

Antes del Fuenlabrada, Morientes se estrenó en un banquillo entrenando al juvenil del Real Madrid C. F. FUENLABRADA

Juan Antonio Pérez

Fernando Morientes Sánchez (Cilleros, Cáceres, 1976) abandonó Sonseca, el pueblo en el que se crió, para jugar en la cantera del Albacete; y entonces no supo que regresaría a la provincia de Toledo siendo una estrella del Real Madrid. Morientes estaba el 13 de diciembre de 2000 en Toledo, cuando un equipo de Segunda B eliminó de la Copa del Rey al campeón de la Champions; y entonces tampoco supo que 15 años después volvería al Salto del Caballo como entrenador de un equipo de Segunda B. Morientes vuelve este sábado a Toledo y, lógicamente, no se ha planteado qué será de él dentro de 15 años. ¿Director deportivo, presidente? Ahora dice que no, pero cualquiera sabe.

—¿Qué le ha enseñado la 2º B que no aprendió en 20 años de futbolista?

—Ahora mi cometido no es el mismo. Antes era jugar al fútbol y ahora es la gestión del grupo, que es totalmente diferente. Segunda B es una competición mucho más humilde que Primera división, a la que yo estaba acostumbrado. Hay muchas diferencias: la calidad de los jugadores, las instalaciones, los medios que uno dispone para trabajar. Pero, bueno, en ilusión y en ganas todo se iguala.

—El Fuenlabrada lleva 18 goles en 17 partidos. ¿Le dan ganas de ponerse de nuevo las botas, como hizo hace meses con el Santa Ana, y ayudar al equipo?

—No, no. Uno sabe las limitaciones que tiene después de retirarse, de cumplir años, y eso lo veo en un plano mucho más lejano.

—Lo ficharon del Sonseca cuando tenía 16 años y en menos de un año debutó en Primera división con el Albacete. ¿Tan bueno era aquel Sonseca?

—En aquella época el Albacete tenía un buen trato de la cantera, confiaba mucho en ella y, aparte de eso, el Albacete siempre ha sido un equipo que ha tenido que trabajar la cantera para sacar jugadores y abaratar el coste de la plantilla del primer equipo. Yo tuve la suerte de llegar en una época en la que el Albacete estaba en Primera y fue rápido (el debut), pero me costó lo suyo. Hubo mucho trabajo previo.

—En el 2000 regresó a Toledo siendo futbolista del Real Madrid y su equipo fue eliminado de la Copa del Rey por un Segunda B. ¿Qué recuerda de aquella noche?

—En el Salto del Caballo he jugado más veces. Lo hice con el Albacete y con la selección de Castilla-La Mancha. Tengo muy buenos recuerdos. Ahora voy como entrenador y las sensaciones son diferentes, pero muy gratas porque Toledo está muy cerca de Sonseca, que es donde me he criado y allí tengo a los amigos, la familia… Es un día especial para mí.

—¿Aquel partido de Copa del Rey en Toledo es uno de sus peores momentos como profesional?

—No, no. Los peores recuerdos siempre tienen que ver con las lesiones. A pesar de que el Toledo era de una categoría más baja, son cosas que pueden suceder.

—Estuvo en la España de Clemente y en la de Aragonés. Además del estilo, ¿qué cambió para que la selección nacional, que nunca pasaba de cuartos de final, ganara dos Eurocopas y un Mundial?

—Tiene que ver mucho con los jugadores. La generación que consiguió estos títulos no es irrepetible pero casi, porque es muy complicado juntar tantos buenos futbolistas y que, además, esos jugadores engranen tan bien.

—Fue uno de los primeros futbolistas españoles en emigrar. ¿Para qué le sirvió aquella experiencia?

—Para mucho. Para madurar como futbolista y persona, para aprender nuevas formas de entender el fútbol y de jugarlo… Cuando estás fuera, tienes que aclimatarte a cosas a las que no estás acostumbrado como, por ejemplo, en Inglaterra el clima, la comida, la gente, los horarios…

—Con el Mónaco perdió la final de la Champions en 2004 y con el Liverpool en 2005 su equipo ganó esta competición, pero usted no pudo jugar. ¿El futbolista disfruta igual de las victorias cuando no juega?

—Hombre, si juegas, mucho mejor, pero hay que ser consciente de que este es un deporte de equipo y tienes que saborear cada una de las victorias como si fuesen tuyas. Por otro lado, el futbolista también es egoísta y tiene que serlo, para estar el máximo tiempo posible en el campo y disfrutar de las victorias jugando.

—En el Liverpool coincidió con Rafa Benítez. Por otra parte, usted conoce bien al Real Madrid. Benítez es un entrenador con fama de autoritario, pero llega al Madrid y parece que mandan todos menos él. ¿Por qué?

—Es la sensación que se puede tener desde fuera. Yo lo he conocido como entrenador, ahora no sé lo que sucede porque no lo vivo en primera persona. Es un gran entrenador, que piensa todo antes de hacerlo, habla mucho con los jugadores y tiene un trato muy directo tanto con el que juega como con el que no juega. Es un entrenador que te hacía perfeccionar desde el primer día.

—Vino al Salto del Caballo hace 15 años. ¿Dónde se ve dentro de otros 15, en 2030?

—No lo sé, es una buena pregunta porque no me planteo lo que va a ocurrir en 15 años. A mí me gusta mucho el mundo del fútbol y me gustaría seguir ligado a él. A día de hoy, a corto o medio plazo no es un objetivo ser director deportivo o presidente de algún club.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación