Dépor Guadalajara: luz morada al final del túnel
Líder destacado de Tercera RFEF y campeón de invierno por primera vez en su historia, el momento es más feliz si se recuerdan los recientes años de zozobra económica, con el fantasma de la desaparición como posibilidad real
Hace no mucho, apenas tres años, el Club Deportivo Guadalajara era la casa de los líos . Los morados arrastraban una deuda económica que rondaba los tres millones de euros y habían entrado en concurso de acreedores, con el fantasma de la desaparición como posibilidad real. La gestión de Germán Retuerta había pasado del sobresaliente al despropósito más absoluto sin término medio.
El empresario compró el club en el año 2001 por 32 millones de pesetas (algo menos de 200.000 euros) y consiguió llevarlo a Segunda B en 2007 y a Segunda división en 2011 , donde estuvo dos temporadas e incluso fue líder. Sin embargo, a pesar de haberse ganado la permanencia en el terreno de juego, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) descendió al Dépor en 2013 por irregularidades en el obligado proceso de ampliación de capital. Entonces, el club se vino abajo como un castillo de naipes.
Y el infierno parecía no tener fin hasta que apareció el argentino Néstor Ruiz , que compró el club y ofreció un bote salvavidas al que agarrarse. El equipo morado salió del concurso de acreedores el pasado febrero y ese golpe de timón se ha trasladado al césped: es líder destacado de Tercera RFEF y se ha proclamado campeón de invierno por primera vez en su historia . Y este año es más importante que nunca mantenerse en cabeza, pues ha cambiado el sistema de competición y quien termine en primera posición ascenderá directamente, sin necesidad de jugar ‘play off’.
«La situación deportiva actual es extraordinaria. Estamos muy contentos, pero tenemos los pies en el suelo y queremos seguir trabajando de la misma manera», afirma Carlos Ávila, el presidente. «Estamos donde queremos estar», resume Paco Gallardo, el director deportivo, que cree que «aún hay margen de mejora». «Estamos entrenando muy bien y cada día jugamos un partido interno entre nosotros, en el que la competencia es brutal y eso nos está haciendo conseguir resultados. Cuando haces bien las cosas, la recompensa llega sola», añade Darío García, centrocampista todoterreno.
El Dépor suma 40 puntos en 17 jornadas. Le saca cuatro al Quintanar del Rey, cinco al Illescas, seis al Villarrobledo, siete al Villarrubia y ocho a la Balompédica Conquense. Ha ganado todos los partidos, salvo una derrota (en ‘Las Pirámides’ de Villacañas) y cuatro empates (con Torrijos y Conquense en casa, y con Huracán de Balazote y Villarrobledo fuera). También es el máximo goleador (35 tantos) y el que menos recibe (solo nueve). Y tiene al pichichi: Fran Santano (once).
Gallardo es el arquitecto de un equipo al que en verano aterrizaron más de 15 caras nuevas, muchas de ellas de la vecina Madrid, caladero infinito al contar con algunas de las mejores canteras de España. «Néstor me dijo una frase que siempre recordaré: ‘Tráeme buenos jugadores y, además, buenas personas’ . El objetivo era fichar futbolistas que tuvieran continuidad más allá de este año, que estuvieran en su plenitud y que hubiera sinergias entre ellos. El grupo humano es cojonudo y no es casualidad», explica.
«Néstor (el propietario) me dijo: ‘Tráeme buenos jugadores y buenas personas», explica Paco Gallardo, director deportivo
Por supuesto, a la hora de armar la plantilla, el director deportivo escuchó al entrenador, Gonzalo Ónega, que lleva en el club desde noviembre de 2020, cuando relevó a Navarro Montoya. «Gonzalo me pidió un perfil de futbolista rápido, sobre todo en defensa, porque quería jugar con la línea muy adelantada. El equipo está encajando pocos goles porque somete mucho al rival en campo contrario», desvela. Ahora se acaba de incorporar Mario del Campo, un lateral izquierdo que viene del filial del Leganés y que será el único fichaje en este mercado.
Darío cuenta que se decidió a fichar por el Dépor porque «me transmitieron un proyecto de ilusión». A sus 27 años, procede del CF Pozuelo, de la Tercera madrileña, y anteriormente estuvo en el Unión Adarve, donde logró el ascenso a Segunda B, jugó dos temporadas en la categoría de bronce y coincidió con Gonzalo Ónega, que hasta hace nada se calzaba las botas. Esas son las sinergias que pregona el director deportivo.
«Tenemos un bloque defensivo muy potente y, a partir de ahí, atacamos. Solemos jugar con el mismo sistema, aunque varía un poco la presión. La idea es que cada uno en su posición sea lo más generoso posible con el compañero», expone Darío, que se desempeña como volante con mucho recorrido y presencia en amplias zonas del campo, una especie de ‘box to box’.
El club aún tiene que llegar a un acuerdo con Hacienda y la Seguridad Social, a los que adeuda 700.000 euros. Mientras, no puede acceder a subvenciones
Lo cierto es que el Dépor ha vuelto a seducir a la afición. La media de asistencia al estadio ‘Pedro Escartín’ es de 1.430 espectadores, precisa el presidente, agregando que están en los 2.900 socios y que sueñan con alcanzar los 4.000.
Pese a que se ha declarado el estado de felicidad, todavía planea algún nubarrón. El principal es la falta de acuerdo con Hacienda y la Seguridad Social, a los que el club adeuda unos 700.000 euros . El entendimiento se antoja fundamental, ya que mientras no puede acceder a subvenciones. En 2022, el Dépor celebrará su 75 aniversario. «Será un año lleno de eventos, siempre incluyendo a la ciudad y a los aficionados», avanza el presidente. El ascenso, sin duda, sería el mejor regalo.
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