Toledo vive una «situación histórica» por la borrasca Filomena y pide ayuda a la UME
La capital castellano-manchega vivió durante la jornada de este viernes una «situación histórica e inédita»
Calles cortadas, cubiertas que se vinieron abajo por la nieve o árboles sepultando vehículos fueron algunas de las consecuencias del temporal

En pleno debate sobre si es o no necesario un segundo confinamiento domiciliario para combatir la tercera ola de la pandemia del coronavirus, la ciudad de Toledo vivió este viernes una jornada de obligado encierro. La borrasca Filomena, que durante estos días afecta a todo el país, puso en jaque a la capital castellano-manchega , decretándose la alerta roja al registrarse copiosas nevadas que llegaron a superar los 20 centímetros de espesor.
El manto blanco de nieve que cubrió la ciudad dejó instantáneas inéditas para el recuerdo, ya que en la ciudad no nevaba en abundancia desde 2009. Pero también hizo que se viviera una «situación histórica», obligando al Ayuntamiento a solicitar a través del Servicio de Emergencias 112 de Castilla-La Mancha la colaboración de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para ayudar en las labores de limpieza ante la situación climatológica adversa. «Tenemos la necesidad de contar con medios estatales», espetó el concejal de Seguridad Ciudadana, Juan José Pérez del Pino, aludiendo a las más de 200 incidencias atendidas por Policía Local.
El uso de cadenas fue obligatorio para poder circular por la ciudad , ya que el tránsito era prácticamente imposible, sembrando el caos para quiénes se vieron obligados a hacer la compra o tener que desplazarse hasta su centro de trabajo. Calles cortadas al tráfico, suspensión del servicio de autobús urbano, cubiertas que se vinieron abajo -como fue la del colegio Maristas o del aparcamiento del centro comercial Luz del Tajo-, además de árboles sepultando vehículos, fueron otras de las imágenes que dejó el temporal a su paso por Toledo.
Para hacer frente a esta situacion, el Ayuntamiento puso en marcha un operativo especial, formado por más de 150 trabajadores municipales a pie de calle, para contener el avance de la nieve. Máquinas quitanieves, esparcidoras de sal, palas y tractores trabajaron «sin descanso» para hacer las vías más transitables, según señaló la portavoz del Consistorio y concejal de Obras, Noelia De la Cruz.
En este punto, recordó que el Consistorio mantiene el Plan de Emergencias Municipal de Toledo (Platemun,) organizado el pasado día 5 de enero ante la llegada de este fenómeno atmosférico adverso, llegándose a duplicar incluso el número de efectivos de la Policía Local. Además, la estación de autobuses está habilitada para dar cobijo a las personas sin hogar.
Cierres y suspensiones
El temporal no solo afectó a toda la jornada de este viernes, sino que también lo hará en las próximas horas. Los parques y cementerio permanecerán cerrados (salvo para servicios urgentes) y la iluminación artística monumental y las fuentes ornamentales permanecen apagadas como medida preventiva para evitar la rotura de sus mecanismos.
De la misma forma, el mercadillo en el barrio de Santa María de Benquerencia ha quedado suspendido, al igual que las actividades del Patronato Deportivo Municipal (PDM) para todo el fin de semana, así como las competiciones y entrenamientos previstos.
En cuanto a las actividades culturales, la función «Dos tablas y una pasión» de Rafael Álvarez, prevista para este sábado, también se ha visto aplazada hasta el próximo 24 de enero a las 19:00 horas en el Teatro de Rojas.
Por su parte, el edil de Limpieza Viaria y Mantenimiento de Edificios, Ramón Lorente, destacó el «inmenso trabajo» de 60 operarios de la limpieza que llevan «más de 24 horas sin descanso, no sólo esparciendo sal, sino desarrollando un trabajo a pico y pala en muchos casos».
Una situación inédita en los últimos años que muchos deportistas supieron sacar rédito calzándose sus esquíes para moverse por algunas zonas de la ciudad. Este fue el caso de la Fuente del Moro, en el barrio de Santa Bárbara, donde algunos esquiadores usaron las pistas cubiertas de un abundante manto blanco para ir o venir de Toledo a la urbanización Las Nieves. También se pudo ver algún esquiador en la plaza de Zocodover, uno de los centros neurálgicos del casco histórico, y otros deslizándose por la calle Cervantes al más puro estilo Paquito Fernández Ochoa en versión toledana.
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