El Toledo soñado de tres alcaldes

Juan Ignacio de Mesa, Joaquín Sánchez Garrido y Agustín Conde han debatido este martes con un grupo de toledanos sobre el pasado y el futuro de la ciudad, de sus problemas y soluciones

Juan Sánchez moderó el debate en el que participaron Joaquín Sánchez Garrido, Juan Ignacio de Mesa y Agustín Conde ANA PÉREZ HERRERA
Valle Sánchez

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El tiempo pasa y la ciudad de Toledo sigue con los mismos problemas de siempre. El estado del río Tajo; la paralización de la Vega Baja; la falta de ambición cultural y de transparencia en la gestión; la dispersión de los barrios; la peatonalización; la eliminación del cableado; la ausencia de fibra óptica... De todo esto se habló este martes en el encuentro organizado por la Asociación Cultural «Amigos de Fray Luis de León», que reunió, en el impresionante edificio de la Demarcación de Toledo del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla La Mancha, a tres exalcaldes de Toledo en un mesa redonda, moderada por Juan Sánchez y titulada «¿Qué Toledo queremos?». Juan Ignacio de Mesa Ruiz, Joaquín Sánchez Garrido, y Agustín Conde Bajén dibujaron la ciudad de sus sueños ante un grupo de toledanos, entre los que se encontraban arquitectos, arqueólogos, economistas, fotógrafos, periodistas, médicos, profesores, políticos, escultores, funcionarios, químicos, bancarios, jubilados, y representantes de asociaciones vecinales, culturales, cofradías y también del Arzobispado, con la asistencia del deán, Juan Miguel Ferrer.

Fibra óptica

Juan Ignacio de Mesa planteó como sueño «casi imposible» pasear por unas recuperadas riberas del río de Tajo y lamentó que «nadie esté en la cárcel por haber matado al río Tajo». Se quejó también de la falta de transparencia en la gestión y de la ausencia de servicios importantes en la ciudad, como la fibra óptica que no llega a los hogares y a las empresas del Casco Históricos. Por ello, recordó proyectos como «Reto 2000», del que ABC informó este domingo, que quedaron en el limbo, al igual que el Plan Estratégico de Ciudad, que se diseñó en 2008 a través de un consejo Social y que duerme también en otro cajón del Ayuntamiento de Toledo.

Joaquín Sánchez Garrido , que fue alcalde en dos legislaturas, también recordó proyectos dormidos, como el Área Metropolitana que impulsó siendo alcalde y que, a su juicio, hubiera mejorado de forma considerable los servicios de la ciudad. Dijo, además, que «no se puede permitir» que una ciudad esté tanto tiempo sin un plan urbanístico y fue muy duro con la situación de la Vega Baja, que sigue, once años después, convertida en un erial en medio de la ciudad de Toledo. En el debate se llegó a decir que en este tiempo se ha invertido diez millones de euros en este proyecto que sigue sin realizarse. Aún así, Sánchez Garrido dijo que está feliz cuando ve que Toledo progresa, «que sigue siendo una ciudad abierta, a la que ama».

El más optimista de los tres fue Agustín Conde , que, por principios, dijo que le gustaba vivir en Toledo, una ciudad que, según los datos que aportó, tiene una renta per cápita de 28.014, como Sevilla o la Coruña, por encima de otras capitales de la región como Albacete, Cuenca o Talavera, que solo llega a los 21.000 euros, y que está sufriendo lo que definió como «colapso». Planteó, sin embargo, varios retos, como la mejora de la sanidad, con el nuevo hospital que no llega; convertir la Universidad en motor económico; centrar el crecimiento en las nuevas tecnologías y realizar una apuesta cultural de calado internacional a nivel Europeo. Coincidió con De Mesa y Garrido en la falta de Plan de Ordenación Municipal y planteó, por último, volver a mirar al Casco Histórico, en donde en la última década no se ha realizado ninguna inversión de peso -la última el Palacio de Congresos- y que vive amenazado también por la desaparición de los conventos de clausura.

En conclusión, según los organizadores de esta mesa redonda, «Toledo necesita de un proyecto de ciudad definido por las aportaciones desde los diferentes puntos de vista de múltiples disciplinas profesionales, sin apasionamientos y sin partidismos. Se precisa un entramado de medidas urbanísticas, arquitectónicas, económicas, financieras, legales, de gestión y culturales. Pero es aún más necesario que la colaboración entre los ciudadanos y las Administraciones Públicas implique un pacto que garantice su cumplimiento a lo largo de varias legislaturas».

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