Toledanos a la conquista de Puy du Fou
A un año de inaugurar el de Toledo, el parque temático francés abre sus puertas este sábado. Varios toledanos han sido contratados para trabajar esta temporada en unas instalaciones que visitaron más de dos millones de personas en 2017
Beatriz Pérez Herrera (Toledo, 1990) está nerviosa. Este sábado debutará en el parque temático Puy du Fou , en Les Epesses (región francesa de Países del Loira), a 80 kilómetros al sureste de Nantes. El currículum de esta joven de 28 años te abre los ojos: licenciada en Periodismo, máster en Patrimonio Histórico, en la especialidad en Historia de la Radio; estudió Protocolo, tiene varios cursos de márquetin, habla inglés y se defiende en francés. También aprendió solfeo, piano y baile. Esto último, desde los 14 años hasta ahora. Y gracias a esa afición ha conseguido trabajo en este parque temático, que tiene previsto abrir otro en la ciudad de Toledo el año que viene.
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El mismo día que acabó su contrato en una agencia de noticias en Toledo, el 2 de febrero, le comunicaron desde Puy du Fou que había sido aceptada para realizar las pruebas como bailarina en sus espectáculos en el recinto francés. La empresa le costeó parte de los gastos desde Toledo hasta Les Epesses para acudir a las pruebas de selección el 22 de marzo. Ese día superó la criba, después de dos horas y media de ejercicios delante de un jurado formado por diez personas, que evaluaron sus capacidades artísticas. Y también pasó la entrevista personal. La decisión final la tomaron cinco responsables de los espectáculos y los encargados de las disciplinas principales (baile, combate, deporte y teatro), la dirección artística y la de Recursos Humanos. Así Beatriz se ganó un contrato hasta después del verano.
En un gran bosque
La periodista española es uno de los toledanos que ya trabajan en este parque temático, donde están empleados 2.150 trabajadores permanentes y temporales. Además de Beatriz, hay siete españoles más contratados este año. Son de Toledo y de Madrid: dos técnicos, tres azafatas y dos actores. Y la empresa sigue buscando gente, sobre todo jinetes.
Las instalaciones, que ocupan unas 50 hectáreas de un gran bosque, recibieron 2.260.000 visitantes el pasado año. Dentro de ellas hay espectáculos de distintas épocas históricas, incluidas la vikinga y la antigua Roma, que han sido premiados en varias ocasiones. Entre los galardones, ha recibido el de mejor parque mundial dos veces (2012 y 2014) y el mejor de Europa (2013).
Beatriz tarda en llegar a su trabajo unos doce minutos en coche, comparte una casa con otros dos toledanos compañeros de curro y está feliz. ¿Le compensa económicamente? «Sí», responde con contundencia. Su ilusión es conseguir trabajar en el parque que Puy du Fou ha proyectado en Toledo. La empresa quiere que los españoles que trabajan ya en Les Epesses conozcan el sistema en Francia y lleguen «rodados» cuando abran el recinto en la capital de Castilla-La Mancha.
Manuel García del Pino Gordillo (Toledo, 1999) ha llegado a la región de Países del Loira con varios objetivos. Además de trabajar como actor y bailarín, a sus 18 años quiere mejorar su nivel de francés (aunque se defiende bien), vivir una experiencia vital y poder también ganar dinero para costearse el viaje a Panamá en 2019 para asistir la Jornada Mundial de la Juventud.
Apoyado por su numerosa familia (tiene nueve hermanos), su periodo de adaptación no ha sido difícil. Vive con una «hermosa» familia amiga de la suya en un pueblo cercano al parque. «A mi edad no quiero cerrar puertas, y el año que viene me gustaría empezar a estudia Fisioterapia». Anima a todo aquel que está en duda a trabajar en el parque francés: «Sobre todo a la gente de Toledo, que no se fía del todo del parque, para que abran los ojos. Es una experiencia increíble, que ayuda a abrir mucho la mente y te aporta un rodaje genial en el mundo de la escena».
Inmigrante a la fuerza
Aroa López (Toledo, 1995) trabaja como recepcionista y comparte vivienda con Beatriz, la bailarina. Originaria de Los Yébenes, Aroa estudió el Grado de Turismo en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid). Pero la falta de trabajo en España le animó a buscarlo en Francia, donde encontró un empleo relacionado con sus estudios y su salario es bueno. También quiere alcanzar un alto nivel en sus destrezas con el francés y que su paso por Puy du Fou en tierras galas sea un trampolín laboral para volver a su país con un trabajo, quizá en el parque temático en Toledo.
A Nerea Ruiz (Talavera de la Reina, 1993) le sedujo la idea de trabajar en un parque de espectáculos como el Puy du Fou, «donde hay tanta variedad y son tan llamativos, sobre todo por la forma tan divertida y distinta de contar la historia de un país». Nerea habla de que su puesto como bailarina es «duro y constante», aunque está radiante: «Trabajar junto a la música, las coreografías de danza y de otras actividades, como la esgrima, y poder sentirte parte de la historia, es una de las aspiraciones más grandes que voy a poder cumplir».
Nuevo destino
Los puntos fuertes de Nerea son la danza y la esgrima. Lo más complicado, el idioma. Sin embargo, la falta de soltura con el francés, que lo va asimilando día a día, la compensa con el inglés. «Por supuesto, la familia siempre se echará de menos, pero se intenta llevar lo mejor posible sabiendo que, quizá pronto, pueda estar más cerca de ellos trabajando en el parque de Toledo».
Nerea, todavía en España, se marchará dentro de una semana a su nuevo destino, donde empezará a trabajar el día 16 como bailarina en el espectáculo «Le signe du Triomphe».
Más tranquilo, después de unos días muy ajetreados, está Enrique García de Blas Martín-Forero (Toledo, 1993). Oriundo de Sonseca, estudió un Grado Superior de FP de Técnico en Producción de Televisión, Radio y Espectáculos. También pasó por la Escuela de Cinematografía y el Audiovisual de Madrid (ECAM), donde se especializó en producción.
Hace ocho años fue becado para estudiar francés en la zona de Nantes y por entonces ya visitó el parque temático donde trabaja ahora como técnico de sonido e iluminación. Comparte casa con Aroa López y Beatriz Pérez, y los tres forman una pequeña familia, separada de sus seres más queridos por 1.100 kilómetros de ilusiones y buenos deseos.
El 16 de noviembre expirará el contrato temporal de Enrique. Hasta entonces, no se plantea objetivos, «simplemente buscaba una experiencia y como tal me lo estoy tomando». «Creo que lo importante es ser feliz con lo que haces y no hay que tener miedo a rechazar opciones y decantarte por una vía más ilusa», reflexiona. «Acabo de lanzarme a una pequeña aventura. Aunque hay cosas que me da pena perder al alejarme, confío en que hago algo que me hará crecer de algún modo. Y el día de mañana ya veré».