Sueltan halcones en el Alcázar para acabar con las palomas
La intención de la Junta es llevar el proyecto a otros lugares, como la catedral primada
El Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas de Castilla-La Mancha (CERI) , procedió este jueves al anillamiento y posterior suelta en el Alcázar de Toledo de tres pollos de halcón peregrino para acabar con la abundancia de palomas, tanto en la ciudad como en el monumento, a los que próximamente se unirá la suelta de otros dos, siendo por tanto un total de cinco aves las que a finales de junio empezarán a volar por la ciudad.
Noticias relacionadas
Al anillamiento asistieron el delegado de la Junta en Toledo, Javier Nicolás; el director provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, José Manuel Martín; y el director del Museo del Ejército, el general Juan Valentín-Gamazo. Según Javier Nicolás, se trata de una iniciativa «novedosa» y que además servirá para « reintroducir una especie como el halcón peregrino en la ciudad de Toledo», lo que hará que «las palomas vayan disminuyendo». «Hasta ahora en Toledo para la eliminación de palomas se trabajaba con la captura y posterior suelta en otros puntos», añadió, y explicó que la intención de la Junta es llevar este proyecto a otros puntos de la ciudad, por lo que actualmente están en conversaciones con el Arzobispado para llevarlo a cabo en la catedra l.
Por su parte, José Manuel Martín señaló que es un «proyecto innovador», por lo que espera que, además de poder realizarlo con otras especies, se pueda también « trasladar a otras zonas de la provincia como el Valle del Tajo , que antiguamente tenía halcón peregrino y actualmente no hay o queda muy poco».
Para el desarrollo de esta iniciativa, CERI Castilla-La Mancha ha criado parejas en cautividad y «de ahí se han cogido huevos, inseminado, incubado y criado, y 30 días después, se han metido en nidos artificiales». El el responsable de CERI, Pedro Pablo González, dijo que se han establecido tres jaulas porque « son pollos de distintas edades y no se pueden mezcla r, pues los grandes pueden atacar a los pequeños». Además, hay uno que está «lisiado y no se puede recuperar», pero «les sirve de referencia porque al ser más grande le tienen como un padre».
En cuanto a la alimentación, al principio y por las noches se les dará codorniz picada sin pluma, todo ello sin que vean al ser humano para poder llevar a cabo el proceso de adaptación al nuevo nido.