Salvar una vida en el Tajo bien vale una cruz roja

El policía nacional Enrique Redondo Iglesias recibe la distinción por rescatar del río a una mujer que se lanzó desde un puente en Toledo

El policía nacional Enrique Redondo Iglesias, durante el acto en la Jefatura Superior de Policía H. Fraile

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Dice la primera estrofa del himno de la Policía Nacional: «Brilla en mis ojos luz serena de templanza/Late en mi pecho firme el pulso del honor/Tienden mis manos un apoyo sin distancias/Corre en mi sangre como un río la pasión».

Este miércoles, en la Jefatura Superior de Policía de Castilla-La Mancha, un agente de la escala básica, Enrique Redondo Iglesias , ha recibido la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo precisamente por tender sus manos en el río Tajo, a la altura del puente de Alcántara, para salvar la vida de una mujer que se arrojó al turbio cauce.

Sucedió en Toledo el 11 de noviembre de 2018 al mediodía. Era domingo, pero no de Resurrección. ¿O sí? Enrique, ayudado desde la orilla por sus compañeros Pablo y Alberto , se lanzó al agua sin pensárselo dos veces. Ni siquiera se quitó las botas de trabajo. Este gijonés de 41 años, que lleva once como policía nacional, agarró a la mujer cuando llegó a su altura mientras Pablo y Alberto sujetaban con fuerza la cuerda, el cordón umbilical que los unía a Enrique. Los tres ángeles de la guarda de la señora aguantaron estoicamente hasta que llegó la providencial ayuda de dos bomberos del Ayuntamiento. Sin esta arriesgada acción, probablemente la mujer habría muerto.

Hace dos semanas que Enrique se enteró de que su valiente actuación había sido premiada con la cruz con distintivo rojo, que ensalza «hechos distinguidos que impliquen un acusado riesgo para quienes los realicen». ¿Inesperada, agente? «Sí, fue un trabajo en equipo, con Alberto y con Pablo. Nos echamos al agua sin pensarlo. Salí como entré, con las botas puestas», recuerda este policía enjuto, que no ha sabido nada de aquella mujer a la que salvó la vida hace casi once meses.

Marta, una de las policías galardonadas H. Fraile

Enrique, Pablo y Alberto ya trabajaban entonces en la UPR (Unidad de Prevención y Reacción) de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana en Toledo. Lo mismo que Jana , a la que este miércoles le impusieron su primera condecoración, la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco, por otra brava acción humanitaria el año pasado.

Ocurrió tres días más tarde, el 14 de noviembre. Jana realizaba con unos compañeros un servicio en la toledana plaza de Zocodover por una manifestación estudiantil. De repente, un hombre de 62 años se desplomó. Jana realizó la reanimación cardiopulmonar, como otras tantas veces había hecho, y en esta ocasión obró el milagro. «Era la primera vez que la persona salía con vida; en otras ocasiones no hubo suerte», afirma la policía (35 años), que lleva una década en el cuerpo.

Su operación más importante

También Azahara es una novata en esto de recibir la Cruz al Mérito Policial. A ella le colgaron la misma condecoración con distintivo blanco que a su compañera Jana, con la que comparte igualmente edad y años en el cuerpo. «Me la han concedido por la desarticulación de una organización criminal que estafaba: se dedicaba a la compraventa de inmuebles y luego no pagaba a sus proveedores. Fue en febrero del año pasado». Ha sido la operación más importante en la carrera profesional de Azahara, que trabaja en la Unidad de Policía Judicial, donde va camino del quinquenio.

Otra mujer, Marta , luce ya su Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco por su trayectoria de doce años en el cuerpo. Antes de llegar a Toledo estuvo en la comisaría del madrileño barrio de San Blas y en la Brigada Móvil de la capital de España. ¿Es Toledo más tranquilo? «San Blas es una zona complicada y la Brigada Móvil, más tranquila. Toledo está en el término medio», resuelve la agente.

El jefe superior de Policía de Castilla-La Mancha, en el centro, entrega un galardón H. Fraile

De mujeres se habló bastante este miércoles en la Jefatura Superior de Policía de Castilla-La Mancha, donde se celebró la festividad de los santos Ángeles Custodios, patronos del cuerpo. El jefe superior, Félix Antolín Diego , se refirió a la incorporación de la mujer a la Policía hace 40 años, en 1979. Ahora mismo, 160 prestan servicio en Castilla-La Mancha. «Estoy seguro de que, sin vosotras, no seríamos una de las instituciones más valoradas por los ciudadanos», afirmó Antolín.

Esas 160 mujeres y los cientos de hombres que trabajan en esa jefatura han logrado que Castilla-La Mancha sea una de las comunidades autónomas más seguras de España, con una tasa 8,2 puntos por debajo de la media. «Estos resultados son el fruto del trabajo diario», subrayó el jefe superior.

En su discurso de doce minutos, Antolín logró emocionar a más de uno. A Cristóbal le brotaron las lágrimas cuando escuchó las palabras del jefe superior sobre los policías jubilados. «Es un orgullo contar con vuestra presencia. Sois la muestra más fiel de que somos una gran familia -dijo Antolín-. Habéis formado la historia reciente de nuestro país en tiempos convulsos azotados por la lacra terrorista». En ese momento, a Cristóbal se le pasó por la mente sus 39 años de servicio como policía y las imágenes de los compañeros que enterró durante toda esa trayectoria, premiada este miércoles con un diploma como reconocimiento a su larga dedicación profesional.

El acto se celebró en el pabellón polideportivo de la Jefatura Superior de Policía de Castilla-La Mancha H. Fraile

Enrique, Jana, Azahara, Marta y Cristóbal pueden valer como ejemplos de compromiso, sacrificio, principios claros, lealtad y un enorme trabajo. A esos valores se refirieron en sus discursos Antolín y el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca . «Además de las grandes operaciones, hay mucho trabajo diario, silencioso, discreto, que ayuda a mejorar la calidad de vida de toda la ciudadanía de la región», reconoció Tierraseca. Luego habló también de la incorporación de la mujer a la Policía: «La lucha por la igualdad es una de las batallas en este cuerpo y, sobre todo, en esta jefatura». Y dejó otra manifestación sobrevolando el pabellón polideportivo de la jefatura: «La Policía Nacional es de todos. No debemos permitir que sea manchada por intereses espurios».

Doce cruces con distintivos blancos fueron entregadas en el acto de este miércoles. Antolín y Tierraseca prendieron algunas en los uniformes de los policías. Para el resto contaron con la ayuda de la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón ; el presidente de las Cortes regionales, Pablo Bellido , y el máximo responsable de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutiérrez . El honor de imponer la cruz con distintivo rojo, no obstante, quedó reservado para el delegado del Gobierno.

«Gracias, Enrique, por tu acción», le había dicho Tierraseca unos minutos antes desde el estrado. Y luego el jefe superior, con el resto del público, cantó el himno de la Policía Nacional, que en la tercera estrofa dice: «Aura de júbilo cautiva mi semblante/Siempre que afronto el servicio y el deber/Mi pundonor se torna seña y baluarte/Cuando es preciso al ciudadano proteger». Como si de un traje a medida fuese para la valerosa acción de Enrique y sus compañeros.

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