Rajoy se da un paseo multitudinario por Toledo entre besos, saludos y fotos

Podría parecer una de esas procesiones que de vez en cuando desfilan en alguna mañana de domingo por el Casco Histórico de Toledo. Pero no. Era la visita-paseo que el expresidente del Gobierno del Partido Popular, Mariano Rajoy, realizó este domingo por la capital toledana a compañado por el presidente del PP regional, Paco Núñez , los candidatos «populares» al Congreso y el Senado en estas elecciones generales y numerosos militantes y simpatizantes, desde los más jóvenes a veteranos.

El paseo matinal de domingo resultó ser un baño de multitudes , aunque siguiendo con la similitud con una procesión, el trayecto de Rajoy desde la plaza de Zocodover hasta la calle Santo Tomé, invirtió justo hora y media, cuando en condiciones normales se tarda cinco minutos, se vio interrumpido por numerosas paradas en distintos lugares del recorrido. Eso sí, todo fueron cientos y cientos de fotos y besos , pero ninguna declaración pública a los medios de comunicación, como ya se había advertido desde el partido.

A la una en punto del mediodía, como estaba previsto, Mariano Rajoy llegaba en coche a la plaza de Zocodover en el último día de un puente de Todos los Santos en el que Toledo se ha visto abarrotado de visitantes . Y eso se notó también ayer.

Parece claro que la imagen de los políticos cuando abandonan la primera línea del frente cambia. Y así se notó ayer en el caso de Mariano Rajoy, cuya presencia por las calles de Toledo sorprendió al paseante que no estaba al tanto de su visita, que fue muy bien recibida por una gran mayoría que, como es lo normal en los tiempos actuales, quiso dejar plasmado el momento en una foto acompañada del saludo en forma de beso o manos estrechadas. Lo cierto es que Rajoy, armado de una paciencia infinita , durante la hora y media que duró el recorrido, y que compartió a la mitad de recorrido con al expresidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, no rechazó ni una sola foto, saludo o intercambio de palabras. Como tampoco pasar a algunos de los establecimientos del trayecto. Desde luego, ayer se ganó al público. Y para recuperar fuerzas, nada mejor que una cerveza al final del trayecto, en el «10 de Santo Tomé».