Pioneras milerarias: Se presenta el libro 'Mil años de literatura femenina en Japón', del toledano Carlos Rubio
Será el martes 7 de junio en la Biblioteca de Castilla-La Mancha
Carlos Rubio , ex profesor de español en Bagdad y Tokyo, doctor en Filología por la Universidad de Bekeley, dio a comienzos del milenio un gran impulso a ESTO, los cursos de español para extranjeros del campus UCLM en Toledo. Desde hace unos lustros, se ha consolidado como uno de los más eminentes y prolíficos japonólogos de nuestro país, impartiendo cursos de cultura japonesa en la Universidad Complutense y traduciendo a autores tanto clásicos como contemporáneos, con la consiguiente divulgación de aspectos históricos, mitológicos y sociales de aquella fascinante y enigmática cultura. Entre sus libros de referencia, que son muchos, espigaríamos Claves y textos de la literatura japonesa y la bellísima antología de 1500 años de poesía japonesa, El pájaro y la flor. Su labor de alta divulgación de las letras y la cultura del Japón le ha valido el más alto reconocimiento de su Gobierno (Ministerio de Asuntos Exteriores, 2012) y de la Casa Imperial (Orden del Sol Naciente, 2014).
Ahora, la asturiana editorial Satori, especializada en la literatura nipona, nos ofrece un paseo con Carlos Rubio a través del genio literario femenino del Japón, un paseo de bastante más de los mil años del título pues arranca del Japón arcaico y antiguo, en que la oralidad era la forma de transmisión literaria, muy vinculada a la sanación (chamanismo), los mitos, los ceremoniales, la fiesta o las leyendas, y siempre con gran protagonismo de la mujer. Desde la Era Nara (s. VIII) a la Medieval (1185-1600), pasando por el esplendor cultural y cortesano de la Era Heian (794-1185), el profesor Rubio nos guía a través de un universo femenino de magníficas escritoras y artistas, que rompen moldes y crean géneros, conformando una tradición literaria única en el mundo. Un fenómeno realmente singular en la historia cultural de la Humanidad.
Y ello a pesar del relegamiento social y familiar de la mujer. Incluso en la época de su mayor protagonismo (Era Heian), a veces solo conocemos el nombre de las poetas y autoras no por ellas mismas sino por el cargo de su padre o esposo o por el nombre familiar. Desde la oralidad, recrearon en la escritura canciones, versos, relatos, leyendas, quizá como escape al rígido sistema imperante de la poligamia selectiva del varón. Cortesanas y nyobó (damas de compañía) exhibieron una creatividad sin parangón. También lo hicieron, fuera de palacio, mujeres plebeyas, las imayós, cantantes populares, así como monjas y juglaresas errantes a la manera de los goliardos del medievo europeo. El libro, de más de 600 páginas, recoge a 181 autoras citadas. En el siglo XIV remitiría la visibilidad autoral de la mujer pero no desapareció su actividad. Y así hasta el XIX, en que los aires reformistas, autóctonos y occidentales, fueron reconociendo derechos civiles y se potenció y consolidó la voz literaria de las mujeres en el Japón de los siglos XX y XXI.
Carlos Rubio sabe, horaciano modo, instruir y entretener. Su libro trasciende la erudición, que posee a raudales, para trasladarnos en un viaje inolvidable al Japón de diferentes épocas a través del pincel de estas geniales creadoras que inscribieron sobre papel, abanicos, conchas o biombos los mitos, sueños y anhelos de una de las grandes culturas de la Humanidad. La pugna entre waka y kanshi (poesía en japonés y poesía en chino), donde las mujeres escritoras decantaron la balanza a favor de lo vernáculo; los diferentes géneros, diarios o nikki, relatos (monogatari), shu (antologías poéticas); las estrofas poéticas (el renga, el tanka y el haiku, la más universal de las formas japonesas, poemas bonsai de 3 versos de 5-7-5 sílabas, que expresan sentimientos con un anclaje estacional); esos mismos sentimientos (melancolía, belleza ajada, refinamiento); las grandes creaciones del teatro japonés (la gravedad del Noh, con sus entremeses jocosos de farsa (Kyogen), y la ritualidad hierática del Kabuki: todo esto se describe y explica en este libro para favorecer una comprensión muy amplia y completa de la cultura literaria japonesa. Los comentarios sociales, políticos y hasta religiosos enmarcan la compleja riqueza de la literatura femenina del Japón y nos ayudan a entenderla y disfrutarla.
La imagen de una mujer añorando a su amado con una referencia a la naturaleza, es recurrente, en este caso la Princesa Sotori: «Qué bien me sé/que esta noche mi amor/a mí vendrá/guiado por los hilos/de tejedora araña». Le hace pensar a uno este breve pero intenso poema en el mágico hilado de Celestina, la barbuda mujer araña, que prende así a Melibea en el amor transgresor de Calisto. O esta preciosa canción onírica de la bella Onono Komachi, que tanto se parece a la de nuestro Jorge Manrique en que fue besado mientras dormía:b«Durmiendo vi/a mi amado a mi vera./Si su visita/que sueño era supiera/¿iba yo a despertar?».
Hay que reconocer el genial carácter pionero de la producción literaria de las mujeres en Japón. Ellas consiguieron una plena profesionalización, bien en la Corte, como nyobós o funcionarias poetisas, bien en los teatros, tabernas y enclaves callejeros, haciendo algo parecido a las varietés que siempre incluía la leyenda y la poesía. La imagen de los certámenes poéticos en la corte del Emperador Uda (finales siglo IX), en que dos equipos competían sobre un mismo tema o la de un concierto-recital a bordo de una barca chinesca, con un dragón como proa y un halcón a la popa, evocan la temprana grandeza de una nación que llegó a disponer de todo un Ministerio exclusivamente dedicado a ceremoniales y ritos.
Hay que recordar, ya para terminar, que la obra maestra de la Literatura del Japón, su Quijote por así decir, el Genji monogatari,(Historias de Genji), está firmado por una mujer nacida en el siglo X, Murasaki Shikibu. En un entorno cultural en que la ficción era desdeñada por los hombres, Shikibu recreó los relatos escuchados de niña y narró la historia de un Don Juan de Heian, el Príncipe Esplendente, un cortesano seductor, amoral pero encantador. Su vida, conquistas, caída, gloria y descendencia. El libro tuvo inmediato éxito. Como la Iliada o la Eneida para Occidente, se convirtió enseguida en un texto clásico, casi sagrado, desde el XIII. Marguerite Yourcenar escribió: “Nada se ha escrito mejor en ninguna literatura”. Genji refleja el alma del Japón, es su gran referente emocional y estético. Los japonólogos lo recomiendan para comprender el alma nipona y el premio Nobel Kawabata se consolaba de los horrores de la 2ª Guerra Mundial con ayuda de los 54 episodios del libro de la Shikibu. Se ha escrito que en sus páginas aparecen vislumbres de recursos literarios contemporáneos como el flash back o el monólogo interior.
Apasionante, magnífica aventura en sí mismo este libro en el que Carlos Rubio nos invita a adentrarnos en el exuberante jardín de la poesía y las historias imaginadas por las escritoras japonesas desde el siglo VII hasta la actualidad. Toda una fiesta del libro y de la Literatura.
Carlos Rubio, Mil años de literatura femenina en Japón, Satori, Gijón, 2021. (Se presenta en Toledo el martes 7 de junio en la Biblioteca de Castilla-La Mancha).