TOROS

«Lo peor es el sacrificio. Cuando tienes 21 años y ves a tus amigos de fiesta... cuesta»

El toledano Álvaro Lorenzo torea este sábado en el coso de Mendigorría, junto con el rejoneador Diego Ventura, en una corrida mixta solidaria a beneficio de Cáritas

Álvaro Lorenzo, en un burladero de la plaza de toros de Toledo ANA PÉREZ HERRERA

JUAN ANTONIO PÉREZ

Una de las cosas que más sorprenden a quienes no están familiarizados con el mundo del toro es cuando escuchan a críos hablar como si tuvieran 70 años. No falla, la reacción siempre es la misma: «Pero este chico, ¿qué edad tiene? Es que parece...». Álvaro Lorenzo (Toledo, 1995) es uno de esos jóvenes toreros. Tiene 21 años (y cara de niño), y hace tiempo que decidió que lo suyo iba a ser crear belleza ante animales de más de 500 kilos que pueden pueden partirle en dos.

Porque, conviene no olvidarlo, esto de los toros no es como lo que sale en las películas de Walt Disney . Aquí se muere de verdad. Lorenzo afronta este año su segunda temporada como matador y, de momento, la cosa va bien: en la primera tarde, en la feria de Fallas de Valencia, cortó una oreja a «Madroñito», de Alcurrucén. Este sábado, en Toledo, hará su segundo paseíllo en una corrida mixta solidaria a beneficio de Cáritas, junto con el rejoneador Diego Ventura, con ganado de Los Espartales, Alcurrucén y Domingo Hernández.

—¿Cómo fue la tarde en Valencia?

—La verdad es que muy bien. Una tarde triunfal para mí, muy importante porque era la primera corrida de la temporada y además en una plaza de primera. Tuve suerte. El primer toro no me dejó hacer nada y el segundo sí que me lo permitió. Fue un toro con mucha clase y nobleza, que quizá duró poquito y por eso al final de la faena no le pude apretar para haberle cortado la segunda oreja, pero me permitió estar a gusto y expresarme.

—¿Cómo ha ido el invierno? ¿Por qué no ha acudido a América?

—Siempre uno quiere torear, pero también hay que esperar el momento adecuado. Pienso que a América hay que ir con un ambiente bueno y con cierto cartel para allí matar corridas buenas. La idea es ir cuando se me espere.

El invierno lo he pasado en el campo, desde que en enero me fui a la finca de mis apoderados. Tampoco se ha hecho largo. A mí los inviernos me gustan mucho, creo que son importantísimos para la preparación de los toreros.

—Usted que ha nacido en una ciudad, ¿qué le aporta el campo?

—La verdad es que me transmite mucha tranquilidad y me encuentro muy a gusto. Muchos fines de semana que me tenía que venir para acá (Toledo), pues me costaba salir de allí. El campo te aporta la tranquilidad que necesita un torero para estar concentrado y que tu cabeza no tenga ninguna distracción.

—Pese a pertenecer a una de las provincias con más afición, lo cierto es que en los últimos años la ciudad de Toledo solo ha programado una corrida de toros (este año, probablemente, serán dos con el festejo del sábado y el del Corpus). ¿Cree que es posible organizar más festejos?

—Pienso que eso lo tiene que decidir el aficionado. ¿Cómo lo demuestra? Pues viniendo a la plaza cuando hay un festejo fuera de lo habitual, como esta corrida del 150 aniversario. Entonces, los empresarios verán que hay un interés y ellos también estarán interesados en dar más festejos. De momento, la idea de los empresarios es afianzar la fecha del Corpus, que es el día más grande de la ciudad, y en casos extraordinarios, como este del aniversario.

—¿Cómo son los días que torea? ¿Tiene alguna superstición?

—No, casi nunca hago lo mismo. Me gusta levantarme tarde e ir de compras por la mañana para distraerme. Y poco más, no suelo hacer nada especial.

—El verano pasado se quejó en una entrevista de la falta de oportunidades. Sin embargo, este año está anunciado en las principales ferias y en buenos carteles. ¿Está contento del sitio que le están dando?

—Estoy muy contento por estar anunciado en estos carteles (el 26 de abril toreará en la feria de Abril de Sevilla una corrida de Torrestrella con José Garrido y Ginés Marín; y el 25 de mayo confirmará la alternativa en Madrid, en la feria de San Isidro, con El Juli y Ginés Marín). Ahora está en mi mano triunfar, que es lo que me va a poner en el resto de las ferias.

—¿Qué ha aprendido y de qué se ha desengañado en este casi primer año como matador de toros?

—Aprendes que esto es más difícil de lo que uno se puede imaginar y cada día que pasa te das cuenta de que es más difícil aún. Es una profesión muy, muy bonita, en la que estás en continuo aprendizaje. Lo peor de ser torero es el sacrificio que hay que hacer muchas veces. Es lo que a uno le gusta y es fácil, pero cuando tienes 21 años y ves a tus amigos de fiesta, y tú sabes que tienes que estar concentrado en el campo, pues cuesta.

—Esta temporada, ¿va a sorprender con algún gesto? Le pongo el ejemplo de Alejandro Talavante, que va a matar la corrida de Victorino Martín en la feria de San Isidro...

—De momento, no. Para triunfar con una corrida de Victorino o de cualquier ganadería del estilo, hay que estar preparado. Quizá por mi corto rodaje y mi temprana edad, no estoy tan preparado para triunfar con una corrida de esas. Tengo ganas de matar victorinos, adolfos, pero cuanto esté preparado.

—Hace dos años dijo que siempre se había marcado unos plazos y que en ese calendario incluía ser figura a los 22 años, la edad que cumplirá este verano. ¿Cómo ve ese reto ahora?

—No lo sé, ahora mismo no tengo la idea que tenía antes. Ser figura del toreo requiere mucho tiempo y triunfar de seguido en muchas ferias importantes. Lo que sí me he propuesto es ocupar un puesto en los carteles con las figuras.

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