José García Molina - SECRETARIO GENERAL PODEMOS CLM
Un paso adelante y dos pasos atrás del gobierno regional
Avanzamos lentamente, como la tortuga de Zenón, quizás porque el gobierno regional se asemeja a una especie de Aquiles institucional incapaz de alcanzar a la sociedad que pretende gobernar
A la hora de analizar y valorar este año de gobierno, y de la distancia que separa a Podemos-CLM del ejecutivo regional, nada más oportuno que recurrir a la paradoja de Aquiles y la tortuga . Avanzamos lentamente, como la tortuga de Zenón, quizás porque el gobierno regional se asemeja a una especie de Aquiles institucional incapaz de alcanzar a la sociedad que pretende gobernar. No se trata sólo de ritmos -que también- sino de falta de claridad en objetivos y prioridades. El gobierno regional parece no haber comprendido que el movimiento y el tiempo poseen una íntima interrelación, que si altera la correspondencia entre uno y el otro nunca ganará la carrera.
Hace un año dimos nuestro apoyo a la investidura del gobierno albergando la relativa esperanza de que emprendiera un significativo giro respecto a las políticas del ejecutivo Cospedal. Teníamos también relativa confianza en que comprendiese que ese proyecto de cambio no podría gobernarlo en solitario, que ésta sería la legislatura del diálogo y el consenso, la negociación y el acuerdo; que nadie podía gobernar Castilla La Mancha unilateralmente porque esta legislatura era, al menos, cosa de dos .
Hace un año partíamos de la hipótesis de un gobierno regional instituido con una prioridad absoluta: la reconstrucción de nuestra región . Había que superar la anterior etapa, marcada por la política de recortes de servicios públicos y ataques a los derechos sociales, perpetrada contra los intereses de la gente más sencilla, de los trabajadores y pequeños autónomos.
Sabíamos de las dificultades para la recuperación de los derechos y las libertades de la ciudadanía de nuestra región: la reconstrucción de un sistema siempre es más lenta y compleja que su destrucción. Se requería tiempo y valentía política, determinación en la toma de decisiones y capacidad de anteponer el interés general a los objetivos políticos específicos. Por ello había que acordar una tregua institucional y política para facilitar el trabajo de intervención de emergencia del gobierno regional en aquellos sectores en situación de riesgo de exclusión social. Era necesario, también, cooperar para evitar que el desencuentro político causara mayores daños sociales.
Desde ese análisis de la excepcionalidad de la coyuntura hemos sido responsables y pacientes. Hemos trabajado decididamente para conseguir acordar medidas legislativas beneficiosas para la ciudadanía de Castilla La Mancha. Entre ellas: el Plan de Rescate Ciudadano -verdadero eje articulador de una nueva forma de comprender la política social en nuestra región-, la recuperación de la tarjeta sanitaria universal o el plan de lucha contra la pobreza energética.
Un trabajo realizado con una clara vocación propositiva, con ánimo constructivo y enfocado a la búsqueda de soluciones concretas para los problemas concretos de nuestra región. Hemos ejercido una labor de oposición parlamentaria comprometida con un proyecto de cambio que, frente a quienes presentaban a Podemos-CLM como una fuerza extremista e irresponsable, se ha mostrado equilibrada, eficaz y resolutiva. Con el esfuerzo de nuestra organización, de nuestros círculos y de los activistas sociales, se han dado pasos importantes hacía la constitución de una nueva lógica política e institucional.
Hemos avanzado en medidas legislativas, pero también nos hemos ido chocando contra un muro de inmovilismo e incomprensión respecto a ciertos objetivos legislativos y ejecutivos que para nosotros son irrenunciables: un plan de vivienda y alternativa habitacional -que dé respuesta a una problemática que cercena las aspiraciones y derechos de miles de personas-, una política decidida de recuperación de los servicios externalizados, la recuperación de los derechos de los empleados públicos -fundamentalmente del personal interino, injustificadamente maltratado-, una actuación decidida en materia laboral –con verdaderas políticas de creación de empleo de calidad- y, especialmente, la implementación de la renta garantizada en Castilla-La Mancha como garantía de autonomía social y política de las y los ciudadanos de nuestra región. Todos estos elementos son pilares esenciales de nuestra apuesta política, conforman el ADN de Podemos-CLM. Si renunciásemos a ellos, estaríamos renunciando a nuestra propia identidad como sujeto político de cambio y estaríamos traicionando la confianza que la gente depositó en nosotros en mayo de 2015. Esa, y solo esa, es nuestra hoja de ruta: cumplir con el compromiso programático que la gente avaló democráticamente con su voto.
La actual actitud del ejecutivo regional, una especie de contradictoria voluntad de avanzar retrocediendo, una compresión del movimiento que parece situarse fuera del tiempo y que ignora que las medidas que no se implementan dañan a miles de personas que necesitan de la resuelta acción del gobierno, consideramos que ha llegado el tiempo de actuar de forma decidida. No actuar en el momento oportuno es perder la oportunidad, no actuar a tiempo es perder el tiempo . Avanzar requiere no retroceder ante la adversidad. No es suficiente dar un paso adelante políticamente si damos dos pasos atrás socialmente. No es suficiente dar un paso adelante institucionalmente si damos dos pasos atrás políticamente.
El Consejo de Coordinación de Podemos-CLM ha analizado el primer año de gobierno del PSOE prestando especial atención a las políticas implementadas y materializadas en nuestra región. La conclusión fue unánime: ha habido cambio de gobierno, pero el gobierno de cambio y de progreso que necesita Castilla La Mancha aún está por llegar. Parece que en este tiempo Emiliano García-Page ha querido nuestro apoyo, pero ha evitado nuestras políticas. Un error de cálculo, ya que como Aquiles, si realmente quiere alcanzar a la tortuga, tendrá que comprender que tenemos que correr juntos. El gobierno regional tiene que elegir, resolver sus propias contradicciones internas y tomar una decisión: asumir las políticas de progreso que representa Podemos-CLM o empezar a buscar los votos y apoyos del Partido Popular . La elección es suya; la responsabilidad, obviamente, también.