A Pancho le han robado algo más que su motoazada

A sus 79 años, este electricista jubilado es el alma máter del huerto urbano del barrio de Valparaíso

Pancho, esta tarde en su parcela del huerto urbano en el barrio de Valparaíso Manuel Moreno

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Pancho puede girarse si lo llamas por su apodo, por Julián [ni él sabe por qué] o por su nombre de cuna, José Antonio; aunque éste son las menos veces.

De Pancho, un hombre que se expresa con dichos populares, aseguran que es el alma máter en el huerto urbano del barrio de Valparaíso en Toledo. Allí comenzó a labrar hace casi cinco años. «Como dice el refrán, dónde vas a estar peor que en casa» , bromea este seguidor del Barcelona. «Paso aquí las horas -explica- porque me gusta y me lo paso bien. Charlamos, me preguntan, aconsejo a quien se deja...».

Pero a Pancho se le nota triste a sus 79 formidables tacos. Hace unos días, le sustrajeron su motoazada de segunda mano que compró hace tres años; amarilla y negra, de la marca Garland y con 6 cuchillas, una con desperfectos.

«Me entretengo y me olvido»

Era el primer robo en este huerto comunitario, donde hay 37 parcelas pequeñas. Quizá, aprovechando la oscuridad de la noche, alguno o varios desalmados rompieron la valla perimetral en la parte menos visible de la finca. Y se llevaron de Pancho algo más que una herramienta para remover la tierra.

Si va a su huerto -el número 2-, no es sólo a echar el rato ni para que su mujer le diga que pasa más tiempo allí que en su casa. «Perdí a mi hijo Carlos y aquí me entretengo, me olvido», cuenta este electricista jubilado, que todo lo que sabe de labranza se lo debe a un agricultor al que bombardeó a preguntas durante un tiempo. «Nunca había trabajado en el campo y este hortelano me enseñó» , recuerda Pancho mientras sostiene, en sus grandes manos, una hermosa coliflor que acaba de arrancar de la tierra que cultiva.

Pancho, agachado, junto a la cesta de Navidad que ha recibido este sábado

Julio Comendador Arquero, diputado provincial, se ha hecho eco del suceso que ha sufrido el hortelano, una circunstancia que «afronta con resignación». El político ha escrito en su pagina de Facebook que los toledanos deben mucho a personas como Pancho que, voluntariamente, «sacan adelante un modelo de espacio de encuentro, reflexión y activación del tejido social con intercambio de experiencias, conocimiento, opinión, ciencia e investigación». También gente como Pancho ayuda «a enriquecer la convivencia vecinal y la integración social desde el respeto y el fomento de la igualdad de oportunidades», añade Comendador.

La tarjeta que acompañaba el regalo

«Con el robo del motocultor, me han hecho la puñeta porque ya te van faltando las fuerzas», se queja el robusto labriego, quien se ha emocionado este sábado, a mediodía, cuando sus compañeros del huerto urbano le han hecho un regalo. «Lo apreciamos; es una buena persona», dice uno de ellos, Valentín.

El presente, una cesta de Navidad, iba acompañado de una tarjeta que leyó Alfonso, otro hortelano urbanita. «Para Pancho, guardián de los huertos, consejero, compañero de faenas, manitas, amigo de la mayoría, almacenista, inspector, relaciones públicas, portero y hasta humorista», reza el mensaje a un hombre «que te ayuda en todo lo que puede». Un guía, en definitiva; como la veleta rústica que tiene a los pies de su huerto para saber hacia dónde va el viento.

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