Un nuevo canónigo en el Cabildo de Toledo
Francisco María Fernández Jiménez fue nombrado el 13 de junio
He oído algunas veces la expresión «vivir como un canónigo», que alude quizá a los privilegios (económicos y laborales) que conllevaba este cargo, el de formar parte del Cabildo de una catedral. En la actualidad no creo que esto se corresponda con la realidad.
El otro día lo pensaba cuando la Real Academia toledana entregaba en la Academia de Infantería uno de sus premios, el de Historia, al Cabildo de la Catedral de Toledo . Este conjunto de sacerdotes , con el deán a la cabeza , han realizado muchas actividades, como las reformas de la catedral, crear un museo nuevo en el antiguo colegio de Infantes, organizar exposiciones (como la de Cisneros) y acoger numerosos actos culturales. Creo que es muy positivo que la Catedral no se convierta en un monumento pasivo, que se limita a celebrar el culto y recibir visitantes, sino que sea un elemento activo, dinamizador del mundo cultural de la ciudad ; es decir, que se abra a la sociedad toledana, acogiendo y organizando actos, y que muestre de diferentes maneras el inmenso patrimonio catedralicio a los toledanos. La catedral no debe cerrarse sobre sí misma como un ecosistema católico, sino estar al servicio de los demás. Basta recordar el dictum evangélico: no he venido a ser servido, sino a servir.
Quedan muchas cosas por hacer (dentro de poco se abrirá la capilla de Reyes Nuevos tras su restauración) y por organizar. El Cabildo, sobre todo a partir del anterior deán Juan Sánchez, está realizando una importante labor cultural en Toledo, y todavía cabe esperar más. Una fe sin una apoyatura en la cultura no tiene tierra donde echar raíces , por eso debe abrirse a todos, a católicos y no católicos. El Cabildo acaba de enriquecerse con la incorporación, desde el 13 de este mes de junio, de Francisco María Fernández Jiménez , secretario de la Academia toledana y catedrático de literatura cristiana antigua y medieval. Es un sacerdote con una preparación apabullante y muy querido entre los toledanos. Tengo algunos amigos dentro del cabildo toledano a los que admiro mucho; me gustaría citar al catedrático de moral Alfonso Fernández Benito y al filósofo y escritor, discípulo directo de Julián Marías, Antonio Hernández-Sonseca , que por cierto acaba de publicar un libro sobre el Cántico espiritual de fray Juan de la Cruz en la editorial Celya. Quiero decir con esto que en el Cabildo hay sacerdotes de una impresionante valía intelectual, espiritual y personal. Ojalá este premio estimule a sus integrantes, y con él al obispo, para seguir haciendo una labor en favor de la cultura, poniendo la Catedral en primera fila en el mundo cultural toledano, como corresponde.
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