La noche del Cristo Redentor por los Cobertizos, al toque del tambor
La noche del Miércoles Santo es una de las esperadas por los toledanos, ya que procesiona por los cobertizos el Cristo Redentor, una de las salidas más sobrecogedoras de la Semana Santa toledana
Tras la suspensión de la procesión del Cristo de la Esperanza, que tuvo que quedarse en la noche del Lunes Santo en la iglesia de San Andrés a causa de la lluvia, ayer el tiempo dio una tregua -parece que ya no lloverá hasta el domingo- y anoche sí pudieron desfilar las tres cofradías del Martes Santo, el Cristo del Amor, el de la Caridad y el de Los Ángeles.
La noche del Miércoles Santo es una de las esperadas por los toledanos, ya que procesiona por los cobertizos el Cristo Redentor, una de las salidas más sobrecogedoras de la Semana Santa toledana.
Cristo de la Humildad
Antes, a las 21.00 horas, saldrá de San Juan de los Reyes, el Cristo de la Humildad. Destaca la impresionante salida, pues los veintiocho costaleros que portarán sus andas, tendrán que vencer, con las rodillas en tierra, la dificultad que supone atravesar el cancel de la puerta del monasterio, al son del himno nacional a cargo de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Redentor de Moral de Calatrava (Ciudad Real), que tocará marchas penitenciales durante el recorrido.
La imagen, que este año irá escoltada por una escuadra de la Guardia Civil, se pondrá en marcha por la calle Reyes Católicos y Ángel -donde los costaleros encontrarán las dificultades de la larga cuesta Al entrar en la calle de Santo Tomé se producirá el emocionante saludo a las religiosas franciscanas del convento de San Antonio; seguirá por Trinidad, dejando a la derecha la capilla de la Inmaculada Concepción, donde las personas que velan al Santísimo se unirán con sus rezos al cortejo; continuará por Hombre de Palo, Comercio, cuesta de Belén -aquí los costaleros tendrán que esforzarse para subir la cuesta y continuar por Plata, Plaza de San Vicente, Alfonso X el Sabio, Plaza del Padre Juan de Mariana, donde los espectadores ubicados en la fachada del santuario de los Sagrados Corazones verán una impresionante estampa: el rítmico balanceo de la imagen tiene como imponente fondo la torre gótica primada.
El cortejo seguirá por Alfonso XII, Rojas, Santo Tomé, Ángel, Reyes Católicos para entrar de nuevo en el monastario.
El paso es obra del escultor sevillano Dario Fernández que esculpió en 2007. La cofradía desfilaba a finales del siglo XVI, el Viernes Santo. En 1761 comenzó a hacerlo el Miércoles Santo, hasta que desapareció en la Guerra de la Independencia. Fue refundada el 22 de mayo de 2006 y el 19 de marzo de 2008 participó por primera vez, en los desfiles procesionales de estos días santos.
Cristo Redentor
Toda alta noche cautiva el alma en Toledo. Pero si la noche es santa, cuando de la iglesia del monasterio de las religiosas dominicas de Santo Domingo el Real, a las 23,30 horas, salen los penitentes de Cristo Redentor, con sus hábitos blancos encapuchados de negro, y las luces de sus faroles alumbrando la recoleta plaza, remanso de siglos, repleta de una multitud ruidosa, el ruido se hace susurro y el rumor silencio; retumba el tambor destemplado y el sonido de la campana, símbolo de las religiosas en la procesión en forma de Vía Crucis.
La procesión avanza por angostas calles, con muros conventuales y cobertizos. Se va abriendo paso penosamente en la multitud, muchos se emocionan al sentir pasar muy cerca la imagen del Cristo y oir la salmodia del Miserere, que entona el coro de su Capítulo de Caballeros, en las catorce paradas que hace la procesión.
Despues de la emocionante salida del Cristo de la iglesia conventual, bajo atrio de puerta, el cortejo deja la plaza de Santo Domingo el Real para continuar por calle y plaza de Buzones, Merced, Tendillas, Estebán Illan, San Román, San Clemente, plaza de Valdecaleros, Aljibillos, Rojas, Trinidad, Jesús y Maria, Plaza Padre Juan de Mariana, Alfonso X el Sabio, Nuncio Viejo, Hombre de Palo, Comercio, plaza de Zocodover, Sillería, Cadenas, Plata, plaza y cubillo de San Vicente, cobertizo de Santa Clara, donde para pasar la imagen los portadores del Cristo tienen que agacharse hasta rozar con sus manos los guijarros del suelo, por la voz experta de su capataz Tomás Delgado. Continúa por el cobertizo y plaza de Santo Domingo el Real, entrando en la iglesia dominica en la madrugada del Jueves Santo.