Nace una plataforma ciudadana para denunciar las agresiones al patrimonio y el paisaje de Toledo
«Toledo, sociedad, patrimonio y cultura» luchará contra el éxodo de residentes en el Casco y la «turistificación»
Ha quedado constituida la plataforma «Toledo, sociedad, patrimonio y cultura» , cuyo objetivo es «dar voz y participación a todos los ciudadanos que se sientan ignorados o desamparados ante el cada vez más frecuente atropello que supone que las autoridades se salten las cautelas y teóricas protecciones establecidas en la legislación». Según ha informado el geógrafo Antonio Zárate , la plataforma «también pretende defender los valores patrimoniales, paisajísticos, medioambientales y culturales de Toledo , representación colectiva de nuestra identidad y elemento de cohesión social». En este sentido, denunciarán las agresiones al patrimonio y los paisajes, «empezando por los que se encuentran actualmente más amenazados, como la Vega Baja, La Peraleda, Safont, el río Tajo y su entorno, y de cualquier elemento patrimonial que pueda estar en peligro», añade Zárate, quien explica que se trata de «un pequeño grupo que ha estado presente en mesas redondas y actividades en torno a la cultura y los valores patrimoniales y paisajísticos de la ciudad».
«La plataforma nace como propuesta de reflexión y debate sobre estos temas, como decimos, abierta y participativa al conjunto de la sociedad, sin la menor vinculación, carga ni relación con poderes políticos y económicos ; quiere ser una voz libre e independiente y sólo apoyada por la formación académica de muchos de sus miembros, su experiencia investigadora y el conocimiento científico».
Entre los fundadores de la plataforma se encuentran Juan José Fernández , académico de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo y presidente del Ateneo; Juan Sánchez , ex director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha; el historiador Fernando Martínez Gil y el escritor y bibliotecario Antonio Casado .
Opinan que «en Toledo, la falta de un plan o proyecto de ciudad hace que las amenazas se materialicen en el vaciamiento de residentes del Casco, agravado por la «turistificación» y eliminación de servicios, en la desaparición de espacios públicos y en la ocupación urbanística de zonas con valores arqueológicos, patrimoniales o medioambientales. A ello se une la pérdida de caudal del río Tajo, de la calidad de sus aguas y del aire».
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