Julio Porres: «Se me nota que todo Toledo y su historia es mi pasión»
El historiador y académico se define como un entusiasta de la archivística y la gestión de documentos
Historiador, académico, pero sobre todo un apasionado de la divulgación. Eso ha sido siempre Julio Porres de Mateo (Toledo, 1956), una figura esencial en la cultura de Toledo y su provincia; trabajador en la sombra y siempre dispuesto a aportar sus conocimientos sobre todo lo que concierne a la ciudad del Tajo, por eso colabora como técnico en muchas asociaciones y fundaciones. Ahora, tras 28 años en el archivo de la Diputación de Toledo, ha llegado el momento de su jubilación, una trayectoria que le ha dejado una gran satisfacción personal. Su entusiasmo por Toledo probablemente lo heredó de su padre, el abogado e historiador Julio Porres Martín-Cleto, cuyas numerosas publicaciones sobre la ciudad y la provincia siguen siendo imprescindibles. «Tengo 15 o 20 publicaciones que pone mi nombre pero reconozco que como historiador o creador de historia no me veo reflejado, sí como divulgador y estudioso», confiesa.
¿Cuándo comenzó su trabajo en la Diputación de Toledo?
Yo entré en la casa en 1982 en el archivo como técnico. Había una directora, María Jesús Cruz, que consiguió que se aumentara la plantilla y gané la plaza. Esa etapa fue muy animada, fructífera, interesante, pues fue en los años 80 cuando se empezó a crear una estructura teórica de la archivística municipal y local, de documentación de los ayuntamientos y diputaciones, que estaba poco estudiada. En ese momento nos pusimos en marcha un grupo de trabajo de investigadores y estudiosos de la administración local que fue muy interesante, se consiguió sacar algunas publicaciones específicas, cuadros de clasificación, se hizo la revisión de los cuadros de la Diputación de Toledo. Soy un profesional muy apasionado de la archivística y la gestión de documentos, a veces poco valorados.
Pero la divulgación ha sido su gran pasión
Le pusimos tanto empeño que al final la Junta de Comunidades nos pidió a ese grupo de archiveros que colaborásemos como profesores en la Escuela de Administración Regional para formar en la gestión documental a los funcionarios de la Junta de Comunidades. También fue una etapa muy interesante en la que divulgábamos conocimientos, investigábamos en materias técnicas muy específicas pero también nos dedicábamos a la difusión y la formación.
También se encargó del servicio de publicaciones
Trabajé un montón de años y pasé a llevar publicaciones en el año 1993, diez o doce años centrado en la gestión documental, ordenación y catalogación de fondos, y como la difusión y divulgación de ese conocimiento, unos años fructíferos.
Es decir, archivar conocimientos y transmitirlos para que lo aprovechen generaciones venideras
Exacto. Ahí cambió el concepto, era muy habitual que los archiveros entonces pensaran que su fondo documental del que eran responsables como custodios, fuese para ellos una fuente de estudio para luego hacer sus propias publicaciones. Eso era lo normal pero cambió el modo de hacer las cosas que los archiveros pensábamos y nos dimos cuenta que la utilidad delos archivos es permitir el acceso a todos los investigadores y estudiosos que tuvieran el deber. Para eso era para lo que había que crear cuadros de clasificación que permitieran conocer los contenidos de la documentación y fichas catalográficas que hicieran la descripción cuidadosa para que quien quiera documentar el pasado con documentos que se han creado con los pasos y gestiones hechas por la administración, tenga acceso a ello. Se trataba de difundir esa fuente de conocimiento, esa riqueza en forma de documento.
¿Qué efeméride destacaría de ese tiempo?
Lo más interesante de esa etapa quizá fue la publicación de un cuadro de clasificación de archivos municipales. Era inexistente, no se sabía muy bien cómo resultaba en documentos la gestión de los ayuntamientos y la administración local y a razón de las competencias que habían tenido los ayuntamientos a lo largo del tiempo pues se genera un tipo documental en concreto. Eso se presentaba en ese cuadro de documentación y fue un hito en la arhivística, un documento muy interesante que hicimos entre un grupo muy apasionado pero muy eficaz, la gente trabajó muy bien.
Cómo historiador, ¿qué etapa de la ciudad le parece más interesante?
Eso es muy difícil, Toledo tiene tanto protagonismo en tantos momentos del pasado. La riqueza de acontecimientos dedicados a la ciudad o a sus vecinos es impresionante. Ahora estamos en la fecha conmemorativa de las guerras de las comunidades que no estamos celebrando por la situación que tenemos. La guerra de las comunidades fue un hito en el sentido de que supuso cambiar las relaciones entre el soberano y los súbditos de las ciudades para buscar otra manera de relacionarse. Al final las cosas cambiaron pero no oponiéndose al rey con una guerra sino que se constituyeron las estructuras de estado moderno . Yo soy especialista en historia moderna y es apasionante.
Pero habrá muchos otros momentos que destacar en la historia de la ciudad de Toledo
Por supuesto, el conseguir en la época del Imperio Romano una ciudad con las infraestructuras que se instalaron en Toledo también tiene un atractivo importantísmo, los teatros, las termas y un montón de elementos de riqueza patrimonial que tenemos aquí al alcance de la mano, y dejaron un puente majestuoso como el de Alcántara. Y quien dice eso, dice los visigodos también, que crean la idea de España que hasta entonces no existía y se responsabilizan de gestionar un territorio al que le dan una cohesión, con una única monarquía, un único estado y a partir de ahí viene la identificación del territorio con un estado nuevo, el estado de España, que solo los visigodos tienen la puerta, y abren y cierran los conclios y organizan un sistema jurídico y religioso modélico, equiparable en todo el Mediterraneo como estructura de estado a lo que tenían en Bizancio con Constantinopla. Detrás de ellos, los mulsulmanes crean algo que es espectacular, una gran biblioteca , un conjunto de estudiosos e investigadores magníficos. Quizá se me note que toda la ciudad y su historia es mi pasión. Hay tanta riqueza de acontecimientos y de testimonios de esos acontecimientos en Toledo que cualquier etapa da pie a disfrutar y a aprender permanentemente. Y ese era mi objetivo.
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