Un interlocutor policial trabajará en contacto permanente con los médicos
Para mantener un contacto «fluido y más directo» con los profesionales sanitarios en caso de agresión. Existirá uno a nivel territorial más otros cinco provinciales, ha explicado el delegado del Gobierno

La creación de la figura del interlocutor policial sanitario para mantener un contacto «fluido y más directo» con los profesionales sanitarios en caso de agresión, es una de las novedades del protocolo de actuación aprobado por el Ministerio del Interior en colaboración con el de Sanidad. Y en Castilla-La Mancha habrá un interlocutor territorial y cinco provinciales, según avanzó ayer el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio.
Gregorio, que ha subrayado el compromiso del Gobierno central para incrementar la seguridad de los profesionales sanitarios, se ha reunido este lunes en la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha con los presidentes de los Colegios de Médicos y Enfermería de Castilla-La Mancha y los mandos de la Guardia Civil y de Policía Nacional para coordinar así el protocolo de actuación con el objetivo de incrementar la seguridad.
En este reglamento también se incluyen medidas por las que se reforzarán los dispositivos de seguridad y vigilancia en el entorno de los centros sanitarios y se organizarán actividades informativas y formativas para que los profesionales puedan prevenir estas situaciones y sepan protegerse. Según explicó el delegado del Gobierno, se hará «un seguimiento individualizado» de cada agresión en cada centro para realizar un análisis en base al «modus operandi, días y franjas horaria».
Además está previsto elaborar un catálogo y una clasificación de centros sanitarios, públicos y privados, en función de su «riesgo de acción delictiva» y de las medidas de seguridad adoptadas, de cara a poder mejorarlas mediante diversas iniciativas como la instalación de dobles puertas o botones «anti-pánico» en las consultas. Un listado que después de enviará al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) para «estudiar por qué, en qué momento y de qué manera se producen» y trabajar para actuar en «aquellos sitios donde haya más problemas».
El presidente del consejo autonómico del Colegio de Médicos de Castilla-La Mancha, Carlos Molina, se mostró muy satisfecho por «intentar trabajar todos juntos para erradicar esta lacra», y detalló que desde la organización médica a nivel nacional ya se ha trabajado mucho al respecto, igual que desde el Consejo del Colegio de Médicos de Castilla-La Mancha, que firmó un protocolo con la Fiscalía. «Ahora además tenemos la ayuda inestimable de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que siempre han estado ahí, pero ahora de una manera más coordinada».
El presidente del Consejo de Colegios de Enfermería de Castilla-La Mancha, Roberto Martín, añadió que lo importante es tener a la Guardia Civil y a la Policía Nacional «aún más cerca» de los centros de trabajo y de las áreas más retiradas o menos arropadas por el sistema sanitario, en alusión a las zonas rurales. «Esa cercanía hace que el profesional pueda estar más confiado, tener teléfonos directos de contacto, es una iniciativa que hay que aplaudir y espero que se mantenga de manera fluida».
Según Martín, a lo largo de la vida laboral, al menos un tercio de los enfermeros va estar cercano, inmerso o será conocedor directo de una agresión. «Tampoco es fácil denunciar, a veces se hace ante las fuerzas de seguridad, otras en los colegios profesionales, pero muchos casos se callan. Sólo nos quedamos con la agresión física, violenta, pero un simple insulto o una amenaza no se lo merece un profesional cuya actividad es atender la salud de los ciudadanos».
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