Es apuñalado en la calle y se desploma con el machete en las manos dentro del restaurante El Chuletero

«¡Me han matado, me han matado!». La víctima, un colombiano de 34 años, irrumpió este miércoles en el restaurante El Chuletero de Toledo pidiendo ayuda. Pasaba una media hora del mediodía. Luis llevaba en las manos el machete con el que acababa de ser apuñalado por un conocido en la calle, a unas decenas de metros. Se derrumbó sobre el suelo de barro, junto a la barra, nada más traspasar la puerta de doble hoja abatible que tiene este conocido establecimiento.

Los primeros en auxiliar a Luis fueron un camarero y clientes del restaurante, situado en la entrada a la capital regional por la carretera de Ávila (N-403). «¡Ha sido José, el mecánico de Burguillos!», decía la víctima, que había sido agredida junto a la carretera destartalada que lleva a Albarreal de Tajo.

Se habían citado allí, al lado del aparcamiento del restaurante, y una discusión entre ambos, por un motivo desconocido, parece que desencadenó la agresión. Como testigo, una mujer. Con su teléfono móvil realizó fotografías del vehículo amarillo en el que el presunto agresor huyó, según los camareros.

Mientras el personal avisaba al 112, dos guardias civiles llegaban casualmente en un coche oficial. Uno de ellos, cabo, se encargaba de mantener consciente a la víctima. No quería que se desmayara. Se puso unos guantes y con un trapo taponó la herida en el tórax, cerca del esternón. La puñalada había sido con un cuchillo de caza, de unos 25 centímetros de longitud, 15 de ellos de hoja y con un ancho de 3 centímetros.

Poco después llegaba la Policía Nacional. «¡Es grave, es grave!», comunicaba un agente por radio. Los sanitarios estabilizaban a Luis rápidamente y lo evacuaban al cercano hospital Virgen de la Salud, a dos kilómetros. Ahora se encuentra con pronóstico reservado y está previsto darle el alta en unas horas, según fuentes hospitalarias.

El presunto autor de la agresión, un español, no ha sido detenido todavía, según un portavoz de la comisaría de Toledo, aunque su arresto parece cuestión de horas. Los investigadores cuentan con las imágenes del teléfono móvil de la testigo, clave en este caso.