Con 20 años ingresa en prisión acusado de matar a su padre tras dos semanas en una unidad de psiquiatría

Guillerno, de 20 años, pasará este jueves su primera noche en la cárcel acusado de la muerte de su padre, Marco Aurelio Ramírez Lara, el 5 de enero. Así lo ha decretado el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Toledo, Jesús Yunta, después de tomarle declaración. Le imputa, de manera provisional, un delito de homicidio, según han confirmado a ABC fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha. El juez ha ordenado la prisión preventiva comunicada y sin fianza.

El padre de Guillermo falleció en el Hospital Universitario de Toledo a causa de las graves lesiones que su hijo le provocó dos días antes en el domicilio de Marco Aurelio. Él residía en un bloque de viviendas en la urbanización Las Perdices de la localidad de Bargas , a pocos kilómetros de la capital de Castilla-La Mancha. La agresión ocurrió durante un brote psicótico de Guillermo, según informó la Guardia Civil.

Precisamente el joven ingresó en la unidad de Psiquiatría del Hospital Universitario de Toledo, donde ha permanecido dos semanas. Este miércoles fue dado de alta y esta mañana, sobre las diez, ha sido conducido en un vehículo de la Guardia Civil a los juzgados en la calle del Marqués de Mendigorría.

El día de la agresión que luego resultó mortal , una patrulla del turno de tarde de la Policía local fue la primera en llegar al bloque de viviendas. Desde las ventanas, los vecinos dijeron a los dos agentes que el hijo de Marco Aurelio estaba en el portal. Los policías hablaron con Guillermo, que se identificó ante ellos. Se sentó en un banco y se mostró fatigado, incoherente en sus palabras y en su comportamiento. Tampoco precisó qué había sucedido en el piso.

Dos guardias civiles llegaron al portal, donde se hicieron cargo del joven, que llegó a escaparse, pero fue alcanzado poco después. Mientras, los dos policías locales buscaron la manera de acceder al piso. Con un trozo de plástico de una botella de Coca-Cola que les proporcionó un vecino, consiguieron finalmente mover el resbalón y abrir la puerta.

En el interior, los policías encontraron a Marco Aurelio sangrando abundantemente en el pasillo, sin poder hablar y con muchas dificultades para respirar. Sanitarios del centro de salud que acababan de llegar asistieron al hombre. Fue trasladado en una UVI móvil al Hospital Universitario de Toledo, donde entró en coma y falleció dos días después, a los 59 años recién cumplidos.