Guerrero Malagón tendrá por fin su museo en Toledo
La Diputación Provincial y la familia han llegado a un acuerdo para destinar una planta entera del Centro Cultural San Clemente a las obras del genial pintor

Después de décadas de desencuentros y dificultades, el gran pintor Cecilio Mariano Guerrero Malagón (Urda, 1 de febrero de 1909-Toledo, 20 de agosto de 1996) tendrá su propio museo en Toledo . Se instalará en una planta entera del Centro Cultural San Clemente , situado en la plaza de Padilla, según han acordado la Diputación Provincial de Toledo y la familia del artista.

El acuerdo, tan solo a falta de la firma del convenio, se adoptó el pasado 8 de octubre durante la reunión de la Junta de Gobierno de la Diputación, donde el asunto figuraba en el orden del día, según han informado a ABC fuentes de la institución provincial. Ambas partes están satisfechas y fuentes de la familia han subrayado la buena sintonía mantenida con la vicepresidenta de Educación, Cultura, Igualdad y Bienestar Social, Ana Gómez.
Según el acuerdo alcanzado, el convenio que se firmará tendrá una vigencia de cinco años renovables , y en virtud del mismo la familia de Guerrero Malagón, fallecido hace 25 años, dona su obra a la Diputación para que toledanos y visitantes puedan disfrutar del rico legado dejado por el artista. Para la selección de los cuadros y la realización del inventario se realizarán reuniones entre el director del Centro Cultural San Clemente, Enrique García Gómez , y el hijo del pintor, el también artista Mariano Guerrero Corrales.
También se nombrará un comisario para esta exposición permanent e que, sin duda, contribuirá a aumentar el interés cultural por la ciudad de Toledo, a la que tanto amó Guerrero Malagón, y los toledanos tendrán la oportunidad de conocer agrupada la obra de uno de los artistas más representativos de la posguerra y con obras en muchos hogares toledanos.
En mayo de 2015 la familia del pintor cedió de forma gratuita a la Diputación de Toledo 189 óleos del artista para que fueran expuestos. La cesión gratuita de las obras, aún temporal por 10 años (ahora son 5), preveía la posibilidad de prorrogarse por plazos iguales de forma indefinida, y suponía la renuncia de la familia a su comercialización.

Años atras, los intentos por crear un museo de Guerrero Malagón en Toledo habían sido infructuosos , pese al interés de las autoridades por su obra. En 2009, los entonces alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, y presidente de la Diputación, José Manuel Tofiño, visitaron el estudio toledano del pintor, que posee una ingente obra en la ciudad, además de la que conserva desde hace décadas el museo de Urda, su localidad natal.
Tanto García-Page como Tofiño , que estuvieron acompañados por el entonces vicealcalde de Toledo y concejal de Cultura, Ángel Felpeto, quedaron gratamente impresionados por la fuerza creadora del pintor , y escucharon interesados las explicaciones y detalles que sobre cada uno de los cuadros les ofreció su hijo, Mariano Guerrero Corrales, que ha conservado el legado de su padre desde su muerte , una creación pictórica que en la década de los años 50 fue objeto del interés de la Exposición Internacional de Pittsburg. Hasta allí viajó su cuadro «Danza macabra» para colgar de las paredes junto a obras de artistas de la talla de Bacon, Miró, Matisse, Brake, Chagall, Dalí, Tapies o Camarasa.

Durante la visita en 2009, hace ya 12 años, al estudio del pintor, situado en el Corredorcillo de San Bartolomé —en el Casco Histórico toledano—, el alcalde de Toledo y el presidente de la Diputación conversaron sobre la conveniencia de inventariar la obra de Guerrero Malagón, trabajo que ambas instituciones se comprometieron a realizar con vistas a que parte de la obra fuera exhibida algún día en un espacio expositivo permanente en la ciudad de Toledo. Se barajaron entonces los centros culturales San Clemente y San San Ildefonso , ambos dependientes de la Diputación, para poder albergar parte de la obra del pintor, «un artista muy importante para muchas generaciones y que ha formado un sello propio», dijo Page.
Guerrero Malagón desarrolló principalmente su actividad creadora atraído por la magia de Toledo, sus rincones, sus fantasmas y sus gentes , así como los cielos de la ciudad, que recuerdan a los de El Greco. Reconocido internacionalmente , el pintor de Urda, sin embargo, nunca tuvo la oportunidad de ver en vida cómo la ciudad a la que tanto amó le rendía un merecido homenaje en forma de museo donde su valioso legado pudiera ser visitado y admirado por el público. Ahora, el número de obras que serán expuestas de forma permanente en San Clemente se reducirá al medio centenar, aproximadamente, en un edificio totalmente accesible con rampas y ascensor. La familia está muy satisfecha del espacio elegido para la muestra, con arcos y columnas que separan la sala central de otras más pequeñas.

Rechazado durante décadas por las distintas administraciones , el denominado por muchos de forma despectiva «el pastorcillo de Urda», Mariano Guerrero Malagón, con aura de ‘pintor maldito’, sin embargo triunfó en países como Francia e Inglaterra y en 1948 empezó una carrera ascendente con exposiciones en Estados Unidos.

En su pintura, de carácter onírico, trágico y sombrío, admirada por Gregorio Marañón y Vázquez Díaz, conviven en personal armonía los estilos de El Greco, Goya, José Gutiérrez Solana y Van Gogh, ofreciendo una visión expresionista, esperpéntica y crítica de la España franquista.

«Hogueras encendidas por las almas en este indolente mohíno suelo de las plazas enclavadas en mi Toledo, en mi ciudad. Ha tenido que ser aquí, en mi Toledo, donde el rescoldo de todos los tiempos se alce en altas llamaradas que suben al cielo desgarrado del espíritu , cielo exclusivamente de aquí, de esta meseta atormentada, donde las torres animosas se levantan como almenas de castillos ruinosos. Cielos blancos, cielos negros, cielos ahogados en la imperfección secreta de la ciudad muerta, porque Toledo murió en el silencio de las horas del tiempo». Son palabras del artista describiendo a su ciudad, de la que también dijo: «Esta ciudad es mi Toledo, con letras grandes, la que he pintado tantas veces y a la que seguiré pintando antes que acabe de morir...».
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