Fallece Amador de Domingo, exdirector provincial de Educación de Toledo
Durante su mandato se aprobó la jornada continuada en los colegios públicos de la ciudad de Toledo, hace 24 años
![Amador de Domingo en una imagen de archivo de 1999](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2020/10/14/8916632-k8Q--1248x698@abc.jpg)
Amador de Domingo Escribano, que fue delegado provincial del Ministerio de Cultura en Toledo en 1981 y, posteriormente, director provincial de Educación y Cultura en dicha provincia entre los años 1996 y 1999 ha fallecido en Toledo a los 85 años. Durante su gestión al frente de la educación en la provincia se posibilitó el histórico cambio de la jornada continuada en los colegios de la ciudad de Toledo, un hecho que luego se extendió en otros municipios de la región y el país.
El profesor Lucas Montojo afirma que sus alumnos de la Universidad y del conocido I.E.S. Azarquiel de Toledo «aún recuerdan sus lecciones magistrales, cargadas de cariño e ilusión, con las que compartía sus conocimientos matemáticos». «Un desempeño docente que fue en varias ocasiones interrumpido para aceptar responsabilidades ejecutivas relacionadas siempre con la gestión de la educación pública, con la que se sentía fuertemente comprometido». Así, desempeñó el cargo de delegado provincial del Ministerio de Cultura en Toledo en 1981, durante la primera legislatura de la Democracia española, durante el gobierno de Adolfo Suárez y, posteriormente, como Director Provincial de Educación y Cultura de la provincia entre los años 1996 y 1999, durante el primer mandato de José María Aznar y bajo el mando de Esperanza Aguirre, entonces ministra de Educación. Desde estos puestos de Domingo veló siempre por la mejora de la calidad educativa y por el desarrollo cultural de la provincia de Toledo.
Tras su ejercicio como delegado de Educación y Cultura regresó a su Casa, «el Azarquiel», desde donde siguió cuidando la educación de sus alumnos, pero esta vez desde su puesto de director. Función que no le alejó de las aulas, lo que le permitía tomar el pulso y conocer las inquietudes y necesidades tanto del alumnado como del claustro docente.
«A lo largo de sus 85 años de vida, han sido muchos los que han conocido la faceta profesional y humana de don Amador, como se le conocía. Hoy su recuerdo permanece y permanecerá vivo en el indisoluble agradecimiento de la ciudad y de la provincia», afirma Lucas Montojo, profesor universitario de Formación Humanística.
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