BAHÍA DE ÍTACA

España, en funciones

«El PSOE tiene la llave de estas elecciones. Sánchez no ha desvelado si apostará por el constitucionalismo o por el progreso, es decir, por la rendición ante Podemos»

ANTONIO REGALADO

Tras el Debate a 4 auspiciado por la Academia de la TV, enfilamos la cuenta atrás de la campaña electoral sin saber cómo y cuánto ha influido en el 32 por 100 de los indecisos; ellos son la clave de lo que nos sucederá el 26J. La promesa de los candidatos a la Presidencia del Gobierno de hacer lo imposible para que no haya unas terceras elecciones no va a ser fácil de cumplir. Como notarios de la actualidad intuimos que este espectáculo no mueve un voto. A pesar de que la realización y la luminotécnica fueron manifiestamente mejorables, se cumplieron las expectativas.

El centrismo contraataca

Mariano Rajoy no se salió del guion; la economía – repitió el mantra- es la solución a nuestros problemas y se parapetó en la creación de 2 millones de empleos. El líder del PSOE Pedro Sánchez quiso revindicar su generosa inmolación de investidura fallida –que ciertamente desbloqueó la situación política en mayo- para soslayar las encuestas que otorgan a Unidos Podemos y a sus mareas como segunda fuerza nacional y primera opción de izquierdas para asaltar La Moncloa. La Moncloa y los presupuestos.

Pablo Iglesias vistió sus sayos franciscanos (en fondo y forma) para hacernos comulgar con su oportunista conversión socialdemócrata pasada por IKEA. Su impostura es colosal.

Albert River a aprobó con sobresaliente la asignatura suspendida en diciembre para cambiar de registro y desestabilizar al popular y al populista. Fue valiente contra la corrupción –la sombra de Bárcenas sigue siendo demasiado alargada todavía para Rajoy- y castigó a Iglesias donde más le duele: en Venezuela e Irán, supuestos financiadores de los podemitas, y en la salida del euro y de la OTAN que propugnan los cruzados de IU con deudas eternas (más de 11 millones de €) a la malvada banca privada. Se indignó Pablo y se escudó en sus “microcréditos” para no deber favores a nadie. ¿Cómo explica el dirigente de Podemos que militantes y simpatizantes mileuristas (o en paro) le donaran entre 100 y 1000 euros para la campaña del 20D? Las mentiras tienen poco recorrido aunque don Pablo se sienta a menudo herido en su honor.

Sospechosa la falta de agresividad del presidente en funciones ante su segundo seguidor, según el CIS; pareciera que Moragas y Errejón hubieran pactado una tregua electoral para ningunear a los dos partidos que intentaron un gobierno en la nube. Los ataques del PSOE a Rajoy contrastaron con la condescendencia con que Sánchez trató a Iglesias, su único rival. Y muy hábil el profesor vallecano al unir su suerte (“el adversario es Rajoy, no yo”, reiteraba Iglesias) a la política del PSOE. Algo está claro: ya no habrá mayorías absolutas.

Tiempo de acuerdos

España sigue en funciones desde diciembre y no parece que pueda conformarse un gobierno estable en julio. Veamos; solo existen dos opciones: una, la gran coalición de los partidos constitucionales (PP, PSOE y Ciudadanos, UPN y Foro Asturias) y otra, Podemos, IU, las Mareas y los secesionistas catalanes, vascos, valencianos, baleares, gallegos y nacionalistas irredentos. Es decir: Transición frente a un Frente Nacional comunista y revolucionario que hará retrotraer a España a los años 30. Miremos a Grecia un segundo, con Tsipras: 40 por 100 en la bajada de las pensiones. ¡Toma cambio!¡Ese es el progreso!

Si Rajoy y Sánchez no superan los resultados anteriores deberían dimitir cinco minutos después de contar los escaños. Porque sus políticas nos han llevado hasta aquí. Rajoy perdió 63 escaños y 20 el secretario general de los socialistas. El sistema siempre los puede reinstalar en las instituciones. Hay políticos prometedores en los dos partidos para ampliar los consensos sin pensar en las poltronas y propugnar cambios en todas direcciones: desde las Reforma de la Carta Magna al Senado y desde la Justicia a la Educación. Estamos en tiempo de pactos.

La llave es socialista

El PS es la llave de estas elecciones. Sánchez no ha desvelado si apostará por el constitucionalismo o por el progreso, es decir, la rendición ante Podemos. ¿Votarán a ése gobierno de progreso, de cambio y de izquierdas los diputados andaluces de Susana Diez, Page, Vara y Fernández? Los de Ximo Puch, sí. ¿Se romperá el PSOE antes de la votación? Una decisión de este calado no puede encomendarse a las bases socialistas vía email. Lo grave es que se rompa España.

El cambio no es el progreso de la izquierda extrema, el cambio –insistimos- es el acuerdo. Un acuerdo por la unidad de España, por la Constitución y por la soberanía nacional. Todos tenemos derecho a decidir lo que es patrimonio colectivo. Las agresiones de los “perros socialdemócratas” contra Ciudadanos en Barcelona y Madrid y los de la CUP contra Rajoy, Sánchez Camacho y Cospedal en Cataluña, para provocarnos volver al guerracivilismo, nos deberían hacer reflexionar que solo hay dos caminos: el de la senda de las reformas constitucionalistas o el aventurismo separatista (con el inconstitucional derecho a decidir) apoyando el comunismo bolivariano disfrazado de apoyo a las clases más desfavorecidas. (Véase Caracas)

Hay que votar en libertad. Sin miedos, sin odios, sin rencores. No vale quedarse en casa. Hemos construido una democracia fuerte que tenemos que mejorar y regenerar. Nos jugamos el futuro. Luego no digan que no lo sabían. España lleva casi 200 días en funciones. Ni una noche más. Yo creo que los ciudadanos no nos lo merecemos. ¡Todos a las urnas!

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