Doctora Noemí Pérez: «Veo al día entre 40 y 50 pacientes; esto no funciona sin vocación»
Trabaja en el centro de salud Santa María de Benquerencia (Toledo) y dice: «Estamos todos tocados; el que no tiene una contractura tiene una úlcera de estómago»
Lleva más de diez años como especialista de Medicina Familiar y Comunitaria en el Centro de Salud Santa María de Benquerencia de Toledo, el barrio más poblado de la capital regional. Tiene 45 años y es madre de dos hijos de 4 y 5 años.
¿Cómo es su día a día en relación a la carga de trabajo?
La carga de trabajo es exagerada, tenemos cupos grandísimos de pacientes, cuando se recomiendan 1.500. Yo ahora mismo tengo 2.100. Y todos mis compañeros, un número similar; en el Polígono andamos todos por los 2.000 pacientes.
Su jornada de trabajo es de 8 de la mañana a 3 de la tarde. ¿Cuántos pacientes ve habitualmente al día?
Presenciales, estamos viendo entre 40 y 50 al día. Por ello, los domicilios programados, pacientes inmovilizados, —que es una parte de Medicina Familiar y Comunitaria que deberíamos hacer todos—, no nos queda tiempo para hacerlos, ese tema lo tenemos abandonado. Yo tengo abuelitos que están en cama y no voy a verlos, no porque no quiera, es que no puedo, es imposible.
¿Tiene que darse prisa en atender a cada paciente o les dedica el tiempo suficiente? Lo digo por lo de los 10 minutos que piden.
Tú más o menos sabes quién necesita más o menos tiempo. Cuando pedimos 10 minutos es como una media. Hay pacientes que les puedes dedicar dos minutos y a otros media hora. Yo intento dedicarle el tiempo que necesita, pero a veces no puedo. De hecho, tengo el último citado a la una y estoy acabando todos los días a las dos y media de la tarde. Un paciente que entra con un catarro y sin fiebre en tres minutos lo he visto, pero si hay otro que te entra llorando, con un problema social, no le vas a dedicar 10 minutos y decirle váyase.
¿Sufren el síndrome del médico quemado?
Hombre, claro. Físicamente yo creo que estamos todos tocados. El que no tiene una contractura, tiene una úlcera de estómago, o palpitaciones. También dolor de cabeza, que todos lo tenemos a final de la mañana. Y ansiedad, por supuesto.
¿Qué trato reciben del paciente ante tanta masificación?
Están contentos con la atención que les damos, pero siempre están diciendo: pedí cita hace una semana. Yo ahora mismo tengo una semana de demora.
¿Tienen tiempo para formarse?
Con la carga de trabajo que tenemos es imposible. Si quieres estudiar tiene que ser fuera del horario laboral. Y luego, a los médicos residentes que están aquí no puedes dedicarle tiempo para formarles. Por eso pedimos sustituciones al cien por cien, porque cuando falta un compañero nos tenemos que repartir las consultas. Y no puedo pedir un TAC, un escaner o determinadas pruebas en analítica, y aunque yo sepa que ese paciente necesita esa prueba tengo que mandarle al especialista de hospital para que se la pida, cuando se la podría pedir yo.
¿Son héroes ustedes?
Casi, casi. Gracias a la vocación, si no, esto no funciona. La vocación, y el amor a las personas.
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