El Círculo de Arte, una continua sorpresa

Este miércoles celebra los 15 años desde que se trasladó a la antigua iglesia de San Vicente convertido en un espacio que va cambiando a lo largo del día, donde se desayuna temprano y se acaba bailando hasta el amanecer

La iglesia desacralizada de San Vicente es un sugerente escenario para atraer al públioo Círculo de Arte

J. A. Pérez

Se supone que el rey Alfonso VI, al que apodaban «el Bravo», nunca imaginó que aquel templo levantado después de conquistar Toledo, allá por 1085, iba a ser lo que es hoy. Hablamos de la antigua iglesia de San Vicente, ubicada en pleno Casco Histórico, de estilo mudéjar aunque con incontables influencias, que desde que fue desacralizada en 1842 ha tenido muchos usos: museo del arte religioso, almacén municipal o aula de la universidad.

Ahora, como si se quisiese rendir un homenaje a su casi milenaria historia, el otro templo es un maremágnum de actividades. En él se puede desayunar, disfrutar de una exposición, ver teatro y cine, oír un concierto y bailar hasta el amanecer como en cualquier discoteca. Desde hace 15 años el espacio es gestionado por la asociación Círculo de Arte , que este mes ha preparado un completo programa para celebrar la efeméride.

«La asociación tiene, por lo menos, 20 años y se fundó después de otro aniversario que se le hizo a Alberto Sánchez, cuando un grupo de artistas decidieron agruparse. Antes estábamos en el mercado de abastos que hay detrás de la catedral y, por razones que desconozco, el ayuntamiento nos pidió que lo abandonáramos y nos cedió este espacio. La concesión se va renovando, me parece que la última vez ha sido por cinco años», cuenta a ABC Rosa Hortelano, presidenta de la junta directiva del Círculo de Arte.

Hortelano explica que «ahora hace 15 años que se nos entregaron las llaves de la nueva sede». Sin embargo, «no pudimos abrir de inmediato». «Antes era un centro de la universidad, pero muy precario. Me consta que cuando llovía, también llovía dentro», añade.

El necesario mecenas

En esas estaban cuando alguien propuso «buscar un mecenas que nos financiara la reforma». «Entonces contactamos con el empresario Ventura del Álamo y el grupo Cinco Notas, que son los que gestionan la parte de hostelería y los conciertos a partir de las nueve de la noche, además de los fines de semana», dice Hortelano. Y apunta con franqueza: «Es la única manera de que una asociación sin ánimo de lucro pueda tener este espacio».

«A mí los 15 años se me han pasado volando. Hemos realizado un catálogo que refleja las actividades de todo este tiempo y han sido muchísimas. No son tan conocidas, como pueden ser los conciertos, pero en el Círculo de Arte hay exposiciones mensuales de una gran calidad, hay tertulias, cine, teatro, presentaciones de libros... Cuando llegué, la sensación de vértigo fue increíble, pero hemos trabajado muy en equipo, de forma desinteresada, y gracias a esa unión con nuestros mecenas se ha conseguido que el Círculo de Arte sea un referente en la difusión de la cultura, como punto de encuentro y de diálogo, de reflejar sin trabas todo lo que es el arte...», dice, orgullosa, su presidenta.

¿15 años son muchos o pocos? «Según se mire; han pasado muy rápido, la verdad», reconoce también Víctor Manuel Carrillo, del grupo Cinco Notas, responsable del ocio nocturno en el Círculo de Arte. Carrillo añade que este espacio «permitió traer a músicos de cierto nivel que antes difícilmente podían venir a Toledo». Y menciona a Pablo Milanés, «que me parecía una locura tenerle en el Círculo», a El Cigala, Vestusta Morla, Marlango o Love of Lesbian.

Cuando se le pregunta de qué manera ha cambiado la manera de salir de fiesta en la ciudad en estos 15 años, Carrillo cree que «ahora hay menos alegría que en 2004». «A raíz de la crisis, se cambiaron muchos hábitos de consumo, ya no se sale tanto como antes, que la gente salía incluso entre diario... Hoy las horas de ocio cada vez son más limitadas», apunta.

Futuro sin planes

Esa transformación del Círculo de Arte conforme va pasando el día es «lo que más le sorperende a la gente; la versatilidad da mucho juego porque no parece la misma sala», dice Carrillo, y Hortelano está de acuerdo: «La gente que no conoce San Vicente se sorprende y dice ‘qué suerte’. Normalmente, cuando se entra en una galería, uno se pone muy serio. Aquí se rompe eso, incluso se puede ver la obra de arte con una cervecita en la mano o escuchando música estupenda».

Les queda el futuro. La presidenta del Círculo de Arte cree que el espacio «cambiará un poco». «Hay otro tipo de demandas y tenemos que ponernos al día con ellas. Tampoco hacemos muchos planes. Ahora nos reunimos y elegimos a quiénes van a exponer el año que viene, pero más allá no hay expectativas», desvela. «Nosotros vamos a seguir peleando por la cultura y el ocio, siempre intentando mantenernos en la cresta», cierra su responsable de la parte nocturna.

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