«Chuly», un fenómeno toledano del trap

Su videoclip «Onírico» supera las 85.000 reproducciones en «YouTube» en solo dos meses

«Chuly», la pasada semana en Madrid Miguel Ángel Soto

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Se puede decir que Carlos García Sanz (Toledo, 2000) es un desconocido en el trap, un subgénero musical del rap que se originó en la década de 1990. Pero «Chuly», el apodo de este jovenzuelo de 20 años, ya empieza a hacerse un hueco en la música trap , más melódica que el rap y con un ritmo más cercano al pop. «Es más cantado, no tan rapeado. A la persona que no está acostumbrada al rap le resultará más cómodo de escuchar», explica «Chuly», un alias de la infancia.

Este estudiante de Cine en Madrid publicó el 3 de noviembre su videoclip «Onírico» en la plataforma YouTube , donde ya ha superado las 85.000 reproducciones en apenas dos meses. Ha sido el trabajo audiovisual en el que más tiempo ha invertido desde que «Chuly» resurgió en 2018, después de cinco años de silencio.

Subió su primer cortometraje, de música rap, cuando solo tenía 13 años. Pero lo borró a los pocos días por las críticas negativas que recibió. El «despotismo» de las redes sociales pudo con «Chuly». «No me sentía cómodo», recuerda.

Con «Si no estás tú», que ya no se puede encontrar en internet, volvió al mundo virtual en 2018. Y después del pasado verano empezó a tomarse la música más en serio y a volcar los sentimientos en sus composiciones. «El trap me permite escribir sobre lo que siento, lo que vivo, lo que hago con mis amigos, sobre el amor, mi día a día...», cuenta. «La gente que escucha mis letras se ve identificada en ellas porque tienen los mismos problemas que yo; al final empatiza con ello», asegura.

Aprovechó el tirón de «Onírico» para publicar luego «Esperándote» y «Jarabe», que colgó en YouTube el 3 de enero, el día que cumplió 20 años.

El dinero que su trabajo genera en la aplicación sueca Spotify no le permite cubrir los gastos de sus videoclips hasta ahora. Pero quien resiste, gana, como dice la máxima latina «Qui resistit, vincit». «Mi objetivo es intentar vivir de la música, dedicarme profesionalmente a ella», se marca como meta para el futuro. De momento, el toledano es un fenómeno musical con muchos sueños. Como su cortometraje «Onírico».

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