Hallan un muro islámico del siglo X en un mítico bar de la ciudad de Toledo
Las humedades en una de las paredes frontales de la taberna Jacaranda, que han ido a más este año tras el paso de Filomena y las últimas tormentas, han destapado este gran hallazgo
«¿Quién me iba a decir que detrás de una pared llena siempre de humedades iba a aparecer un muro islámico del siglo X?» Ésta es la pregunta que se hace Ramón de Pablos (Toledo, 1958), gerente del bar Jacaranda , conocido por ser el templo de la bohemia toledana y ubicado en el número uno del callejón Dos Codos.
En ese lugar poco transitado de Toledo, uno se topa con una vetusta y enorme puerta roja de madera precedida de dos escalones de granito. Ramón la habrá abierto miles de veces y habrá corrido otras tantas veces las cortinas que dan acceso a uno de los locales con más solera y encanto de la ciudad, que en 2018 cumplió 40 años .
El hallazgo se ha producido «por casualidad», reconoce el encargado de este establecimiento, que tiene alquilado desde 1978, cuando todavía era un veinteañero. Durante este tiempo, al no ser propietario, no había hecho ninguna reforma, salvo alguna mano de pintura y poco más.
Desde 1978 el local ha cambiado poco. Luce en sus paredes láminas de conocidas obras de arte, carteles, fotografías e incluso alguna reliquia, como una antigua máquina registradora o un lavamanos. «Excepto algún cuadro o adorno que he añadido durante este tiempo, lo que es la estructura, la distribución de los espacios, el ambiente y hasta las humedades eran las mismas que al principio», asegura a ABC el gerente del bar.
Sin embargo, este año, debido al temporal de frío Filomena y a las lluvias torrenciales de inicios de septiembre, no le ha quedado más remedio que actuar. «Las humedades del fondo del local empezaron a abombar la pintura y, cuando aún no se habían secado los daños del invierno, las tormentas siguieron agrietando la pared, por lo que tenía miedo de que se viniera abajo», dice.
Por eso, llamó a un albañil para que intentara solucionar los problemas de humedades. «La verdad es que esa pared siempre ha estado así, pero siempre ha estado tapada y pintada, aunque con alguna grieta. La sorpresa fue que, cuando empezó a picar, comenzaron a salir restos de piedras y ladrillos muy antiguos», explica Ramón, que cuenta socarrón que los parroquianos habituales del lugar, que no han faltado a su cita con el Jacaranda durante este tiempo, hacían apuestas sobre la fecha aproximada del muro aparecido.
Finalmente, tras avisar al Consorcio de Toledo , encargado de velar y rehabilitar el patrimonio del Casco histórico de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, se resolvió la incógnita. Los técnicos de este organismo analizaron los restos aparecidos tras la pared llena de humanidades y, después de estudiar el método constructivo, llegaron a la conclusión de que se trataba de un muro islámico y de que su antigüedad se remontaba hasta el siglo X.
Según le indicaron desde el Consorcio, el muro debe de seguir por toda la pared frontal del local. «Pero yo ni quiero ni puedo hacer nada más porque no soy el propietario, solo soy el arrendatario», apunta el gerente del bar. De momento, la intervención de los técnicos ha consistido en afianzar los restos para que se conserven en condiciones y, a partir de ahora, no se taparán para que puedan ser contemplados por el público que allí se acerque.
Estos no son los únicos vestigios del pasado que atesora este coqueto bar, puesto que, tal y como descubrió en su momento el investigador y arqueólogo francés Jean Passini , las vigas del artesonado de madera del techo serían del siglo XVI. Estos hallazgos no son casuales porque toda esa zona de Toledo era un antiguo barrio árabe. De hecho, a menos de 200 metros se encuentra la antigua mezquita del Cristo de la Luz .
Quizá este nuevo atractivo sirva para atraer a curiosos a esta legendaria taberna toledana. Mientras tanto, Ramón seguirá ofreciendo a los clientes sus típicas tablas de quesos y patés artesanos, sus fondues , sus ahumados o sus salchichas alemanas, junto con un buen vino o una cerveza, que podrán disfrutar al mismo tiempo que admiran todo un muro islámico del siglo X.
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