Álvaro Vara, alcalde de Gajanejos (50 habitantes): «El nacionalismo periférico tiene mucho que ver con la despoblación»

Es vicesecretario de Reto Demográfico del PP regional, uno de los últimos ‘fichajes’ de Paco Núñez

Álvaro Vara posa ante el Ayuntamiento de Gajanejos (Guadalajara) GONZALO MARTÍNEZ
María José Muñoz

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Debido a su trabajo, este abogado, que imparte formación en despachos jurídicos, viaja por toda España. Residente en Guadalajara, es alcalde desde 2019 de Gajanejos, un pueblo de esta provincia con apenas 50 habitantes. Se presentó a la alcaldía a los 29 años porque no había candidatos.

—¿En sus viajes nota usted el problema de la despoblación?

—Viajar tanto por los territorios de España me ha hecho aprender mucho y coger información de todos los rincones, ya sean grandes capitales como Barcelona, o pequeñas aldeas de Extremadura o Galicia. La despoblación se nota bastante, y no solo en las zonas rurales sino en las propias capitales de provincia. Se notan los territorios que están en declive.

—En ese declive, ¿en qué lugar se sitúa Castilla-La Mancha?

—Castilla-La Mancha es una comunidad que tiene diferentes aristas; tiene zonas en fuerte crecimiento como Villanueva de la Torre, en el Corredor del Henares, uno de los municipios más jóvenes de España. Y luego hay zonas que desgraciadamente no solo sufren la despoblación sino una falta de músculo, de talento y de personas que luchen por el territorio.

—¿Se necesitan emprendedores?

—Emprendedores, sí, pero en todos los aspectos. Se necesitan empresas, se necesitan jóvenes y que la administración pública, que está in situ y es la que gobierna, luche por ellos.

—¿Qué le parece como solución la Ley de Despoblación aprobada en Castilla-La Mancha?

—La ley que se aprobó llegó por consenso y uno de los puntos más importantes es el tema fiscal. En la Edad Media, en la Reconquista, la manera de repoblar muchas zonas de Castilla, como el Campo de Calatrava o la zona del norte del Señorío de Molina, era dar unas ventajas fiscales muy importantes para asentar población. Es algo de la Historia y que ya ha funcionado, y sería una de las claves importantes. También lo sería, y para ello hay que tener impulso político, trasladarlo a una cultura social de éxito. El problema es que hoy en día todos los imputs que recibe la sociedad nos transmiten que si no vives en Madrid o en Barcelona, o en zonas de costa, eres una persona sin éxito. Y todos quieren ser personas de éxito. El problema del reto demográfico y la despoblación ya no solo se produce en pequeños municipios como el mío, sino en capitales de provincia que se van vaciando.

El alcalde camina por las calles de Gajanejos GONZALO MARTÍNEZ

—¿Cuáles en Castilla-La Mancha?

—Una de ellas es Cuenca, y en otras regiones está el caso de Teruel o Soria. Son territorios donde hay funcionarios que van y vienen en el día a Madrid y eso al final es un fracaso de la sociedad y de España como país, que no ha sabido vertebrar su territorio. Debemos hacer un esfuerzo para que sea atractivo vivir en estos sitios. Porque la calidad de vida que se tiene en Cuenca con una población de 50.000 habitantes puede ser mucho mejor que la que pueda haber en Alcorcón o Fuenlabrada, con 400.000 habitantes; o en Guadalajara, Toledo o Ciudad Real. El PP está a favor de la libertad de que cada uno viva donde quiera, pero al final el determinismo social te empuja a vivir donde vive todo el mundo. Si no vives en Madrid no eres nadie. Y la realidad es que gente con 35-40 años vive de alquiler en un piso compartido.

—¿Cree que el auge de las nuevas tecnologías (teletrabajo) debido a la pandemia es un factor con el que se puede luchar contra la despoblación?

—La pandemia ha sido una gran oportunidad para que cambiemos el chip como sociedad; que no por estar aglutinados en grandes torres y en la misma calle, o tener Netflix, vamos a ser más felices. Hay mayor calidad de vida en pequeñas capitales de provincia o municipios ligados a la naturaleza. El problema es que nuestra ministra de Trabajo ha desarrollado una ley que provoca que a las empresas les sea muy caro que una persona teletrabaje más de dos días a la semana, y en el PP creemos que la ministra está muy desligada de la realidad social. Creemos que la vertebración del territorio y la despoblación deben ser un eje que vertebre cualquier ley en España, igual que lo hace la igualdad. Lo que no puede ser es que se haga una ley de teletrabajo y no se piense en uno de los retos más importantes que tiene España como Estado y como sociedad, que es la despoblación. Llevamos 30 años intentando que llegue la tecnología para poder teletrabajar y en el momento en que llega y las personas están dispuestas a hacerlo, el Gobierno, de una manera injusta, pone un límite. Y eso es negativo para la conciliación familiar y la despoblación.

—¿Cómo se aborda esta situación en la ley castellano-manchega?

—En la ley de Castilla-La Mancha, lo más importante para mí es la promoción y el cambio cultural. Si a los chavales en los colegios y las escuelas no se les educa en el amor por el territorio, poco se puede hacer. Si un profesor que va todos los días a Molina de Aragón, pero no le gusta ir y vuelve a la capital. ¿Qué les va a transmitir a los chavales? Pues que en cuanto puedan salgan corriendo y no vuelvan. Y si no transmitimos ese coraje, es orgullo, esa identidad, ¿cómo vamos a vender el territorio a gente de fuera?

—¿Cómo lo haría usted?

—El tema de la despoblación es un cambio de mentalidad, de paradigma, de costumbres. Que no pensemos que quedarnos a vivir alrededor es un fracaso, que no hay futuro. Las administraciones públicas se gastan todos los días mucho dinero en promocionar cosas como el turismo y determinadas provincias solo van a ser parques temáticos al aire libre. Más que turistas quizá necesitemos poner en valor el territorio para que la gente quiera invertir y vivir aquí.

—¿Cree que Paco Núñez tiene claro cómo atajar este problema?

—Por supuesto. Paco Núñez es una persona muy ligada y comprometida con la tierra. Estudió en Madrid y se podría haber quedado allí a vivir porque tiene un liderazgo natural y podría haber trabajado en cualquier cosa. Pero se quiso volver a Castilla-La Mancha, que es la tercera región más pobre de España, y tenemos los mimbres para no serlo. Paco Núñez quiso luchar desde abajo en su pueblo, en Almansa, y luego en la Diputación, y por tanto conoce pueblos grandes y pequeños. Es muy consciente de que, igual que ha hecho Ayuso en Madrid, nosotros tenemos que hacer una bajada de impuestos y unas excepciones fiscales en las zonas rurales. Otra cosa importante es colocar el problema en el centro del tablero político, que vertebre la acción política, porque en Castilla-La Mancha hay un porcentaje muy alto de municipios en riesgo de desaparición. Cada municipio que desaparece, muere con él su cultura, su historia, su tradición. Y en otras ocasiones, el Estado pone estas circunstancias por encima de los derechos de los españoles. Usted no podría ser funcionaria en Cataluña o el País Vasco porque la administración interpreta que es más importante salvaguardar el valor cultural e histórico de las lenguas catalana y vasca que su derecho como española a ser funcionaria en cualquier parte del territorio nacional. Los canarios tienen un 80% de deducción en los vuelos peninsulares, que los pagamos todos, y un 95% en vuelos intrainsulares. Es una pena que a una persona de El Hierro le salga más barato coger un vuelo a Tenerife y allí a Madrid, que a otra de Almadén ir a Madrid. Alguien que vive en la Avenida Diagonal en Barcelona, o en la calle Serrano de Madrid, no necesita tener coche porque tiene al lado un hospital, un Corte Inglés, una farmacia, el mejor aeropuerto del sur de Europa y la estación de Atocha, y todo eso ha sido pagado por los españoles. El vecino de Gajanejos y el de Cebolla han pagado el AVE igual que el de Madrid. Nosotros tenemos que aguantar que nos suban el gasoil cuando las rentas altas ya no lo usan, y que ahora nos quieran poner un impuesto a las carreteras, que por lo visto ya no entran en el contrato social. Y te quieres operar y tienes que esperar un año. Entonces, ¿ por qué nos suben impuestos como el IVA o el IRPF y cada vez entran menos y peores servicios?

—Usted se presentó a una alcaldía que nadie quería. ¿Por qué lo hizo?

—Los municipios, antes de vaciarse, pierden su músculo, y lo que tenemos que intentar la gente joven que queremos luchar por el territorio es dar ejemplo y estar en primera línea de fuego. Qué mejor manera que ir a un municipio aunque no sea el tuyo a intentar dar un impulso y poner tu granito de arena. Muchos compañeros de municipios de Cuenca y Guadalajara lo hacen, y seguro que de otros partidos también. Hay que comprometerse.

—¿Qué ha conseguido en estos años que lleva de alcalde de Gajanejos?

—Ahora vamos a hacer una obra de cambio de redes de abastecimiento que es muy importante para nosotros. Unas ayudas extraordinarias y escasas que daba la Diputación, y que yo he llegado a tiempo para pelear. Hay muchos municipios que tienen redes de abastecimiento originales de los años 40 y 50 del siglo pasado. Los cargos públicos de las diputaciones intentan optimizar los recursos y van a pueblos más grandes, pero cuando los pequeños ni siquiera tienen lo básico, como son redes de abastecimiento de PVC, hay que hacer algo. Las nuestras son de teja para agua sucia, como en tiempos de los romanos. He terminado de asfaltar tres calles que en el siglo XXI no lo estaban y ahora intentamos mover cosas con los fondos ‘Next Generation’. También queremos declarar a Gajanejos Bien de Interés Cultural, igual que dos municipios hermanos de Albacete y Ciudad Real que también son de Regiones Devastadas.

—Conocerá a todos sus vecinos.

—Claro que los conozco. Este año estamos muy contentos porque fuimos los primeros en celebrar nuestras fiestas en honor a san Antonio de Padua, el 13 de junio. Fue algo sencillo, celebramos la procesión y luego tuvimos un pequeño concierto de música folk castellana con un grupo muy conocido aquí, ‘Las colmenas’. Hay que conseguir que sea atractivo ir al pueblo. Ahora se están rehabilitando dos o tres casas de hijos de vecinos porque la gente joven está comprometida y quiere tirar para adelante. Si al final te vas a un suburbio de una gran ciudad, que tardas dos horas en ir a trabajar y dos en volver, te metes en un medio de producción sin valor adicional. Hay que humanizar la vida.

—¿Cómo se puede vivir en Gajanejos?

—Con el Grupo Popular de las Cortes estamos trabajando en la Ley de Urbanismo, que hay que darle una vuelta para facilitar la construcción y rehabilitación de viviendas. En pueblos tan pequeños como este es muy difícil cambiar los usos de algún terreno o dar liencias porque no hay arquitecto municipal y tienes que pasar los datos a la Diputación, que tiene mucho trabajo y tarda mucho. Una cosa muy bonita sería crear cooperativas de gente joven para construir casas con precios competitivos, y estás en la naturaleza pero a la vez estás bien comunicado con los servicios de una capital. Tampoco tenemos fibra óptica pero esperamos que el año que viene llegue. Y si no, pues hay que inventar. El presidente de las Cortes, Pablo Bellido, dijo el otro día una cosa que yo le cojo el guante: habló de que el desarrollo industrial en Guadalajara debía seguir hasta Alcolea del Pinar, pues yo le digo que Gajanejos es el pueblo siguiente. Y le pido que hable con el presidente Page, o si no yo tengo cerca a Paco Núñez para que eso sea una realidad y se haga un proyecto de transformación industrial del eje de la A-2.

—¿Ha hablado con Page?

—Coincidí con él en Brihuega en una reunión de desarrollo rural y dije que su discurso tiene que llevarlo a la práctica, y sobre todo a Ferraz porque el problema del presidente Page es que muchas cosas que dice en Castilla-La Mancha luego no se atreve a decirlas en la calle Ferraz. El tema del nacionalismo periférico tiene que ver mucho con el tema de la despoblación. Todos los recursos que se llevan los nacionalistas cada año con los Presupuestos Generales del Estado es dinero que se detrae de las regiones más pobres y despobladas. Y cuanto más ricas son esas regiones, más pobres somos y más se quieren separar de nosotros. Es una injusticia que Cataluña tenga sus cuatro provincias con aeropuerto, y todas conectadas entre ellas por AVE. El problema es que en Castilla-La Mancha nos han puesto un AVE en Guadalajara cuya estación está mas lejos que el aeropuerto de Barajas de Madrid.

—¿Cree que el PP ganará las elecciones en Castilla-La Mancha?

—Las ganará Paco Núñez, será presidente. Se les nota ya a los socialistas, que están nerviosos.

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