CULTURA

Rufus Wainwright en Toledo: «La catedral me inspira, es un edificio salvaje»

El cantante visita la ciudad y conversa con ABC sobre su nuevo disco, donde pone música a los sonetos de Shakespeare

Wainwright, que el 16 de julio ofrecerá un concierto en el Teatro Real de Madrid, posa para ABC en la terraza del Hotel Carlos V de Toledo J.Arroyo Bretaño

MARÍA JOSÉ MUÑOZ

Fue una auténtica sorpresa encontrar al «mejor cantautor del siglo XXI» -a juicio de Elton John - sentado a la mesa de la terraza del Hotel Carlos V de Toledo, sobre los tejados de la ciudad. Junto a un grupo de amigos, entre los que se encontraba Gregorio Marañón junior y su esposa Eva Longoria, allí estaba Rufus Wainwright (Rhinebeck, Nueva York, Estados Unidos, 22 de julio de 1973), con camisa negra y vaqueros, despeinado y con gafas de sol. Y, sobre todo, hambriento, esperando impaciente a comerse una fideuá al suave sol del mediodía.

Pese a ello, no tuvo inconveniente alguno en levantarse y atender unos minutos a ABC amable, más que alegre, jovial; bromista y contento de la vida, echando así por tierra ese aura de divo gay de la que hablan y que, a veces, él gusta recrear sobre el escenario. Un día antes, el cantante había presentado ante los medios de comunicación en el Teatro Real de Madrid su último disco, «Take All My Loves-9 Shakespeare Sonnets» , todo un desafío consistente en musicar sonetos de William Shakespeare.

-¿Cómo han recibido en España su nuevo trabajo?

-Muy bien, gracias. La verdad es que España siempre ha mirado con mucha curiosidad lo que hago, y el nuestro ha sido un romance muy fructífero y duradero, así que estoy feliz de que aún continúe.

-¿No conocía Toledo?

-Sí, es la segunda vez que visito la ciudad. Vine aquí hace muchos años con mi madre (ya fallecida), hará unos diez años. Dábamos paseos durante el día...

-¿Es Toledo una ciudad que podría inspirarle?

-¡Desde luego! La catedral de Toledo es uno de los lugares más increíbles en los que he estado nunca, arquitectónicamente hablando. Es casi lo contrario a la iglesia formal canónica de estilo francés; es una locura de edificio, salvaje incluso. Se puede apreciar el origen español de Gaudí -sé que es catalán, pero quiero hacer referencia a que, sin duda, hay algún tipo de cualidad surrealista en la cultura española.

-¿Hay algo en particular que le haya atraído especialmente de Toledo?

-Sin duda, el rosetón de la catedral, tan extraña que tiene, incluso, algo barroco. También me encanta la comida de este país, ¡no puedo esperar para comerla!

-¿En qué va a consistir su menú?

-No sabría decirle. Es algo parecido a la paella, pero con fideos, como de espagueti. ¿Cómo se llama eso?

-¿Fideuá?

-Sí, eso es. Tiene muy buena pinta.

-¿Conoce la Orden de Toledo?

-No, la verdad es que no.

-Fue una especie de hermandad compuesta por varios miembros de la Generación del 27, entre los que se encontraban Lorca, Dalí y Buñuel. Solían correrse unas grandes juergas en Toledo, bebían...

-No, no me suena para nada, pero tendré que echarle un vistazo.

-De entre todos los artistas de la Generación del 27, creo que le gusta especialmente García Lorca.

-Sí, que era parte de esa Orden, ¿verdad?

-Sí. Lorca también compuso sonetos, como Shakespeare. ¿Conoce sus Sonetos del Amor Oscuro?

-La verdad es que no conozco tantísimo la obra de Lorca. Conozco bien a mi amiga Lorca (así se llama la madre biológica de su hija de 5 años, a su vez hija de Leonard Cohen, un gran amante del poeta español), ya sabe, pero en realidad me llaman mucho más la atención los pintores españoles.

-¿Por ejemplo?

-Velázquez. También me encanta El Greco, así que es increíble estar en esta ciudad. Me encanta Goya, también. Lo típico de este maravilloso país.

- ¿Podría explicarnos qué quiere mostrar al público al cantar los sonetos de Shakespeare?

- Soy consciente de que España e Inglaterra comparten un aniversario común, el de la muerte tanto de Cervantes como de Shakespeare, así que es un sentimiento similar el que puedo tener al venir aquí. Las palabras de Shakespeare, como las de Cervantes, todavía tienen un eco en la realidad del siglo XXI, han conseguido adaptarse a través de los diferentes periodos artísticos, a través de la Historia, y es fascinante formar parte de eso. El hecho de haber sido capaz de cantar los sonetos de Shakespeare en el día del aniversario de su muerte en Stratford-Upon-Avon, el hogar de Shakespeare, es emocionante, como lo es el hecho de poder compartir ese sentimiento con un país que guarda tanto en común como España. Ha sido un reto.

-Para acabar. ¿Cuál es el soneto de Shakespeare que más le llega?

-Sin duda, mi favorito es «A woman’s face (El rostro de una mujer)», que me encanta cantar.

-¿Podría cantárnoslo un poco?

-No puedo cantar antes de comer, ¡y menos con ese delicioso menú esperándome! (risas)

Se aleja Rufus (su representante lleva tiempo a nuestro lado pidiéndonos que sea la última pregunta), y nos deja a Javier Arroyo Bretaño, que ha hecho de traductor y fotógrafo improvisado, y a mí, una grata sensación . Luego supimos que el cantante,-que había llegado a Toledo por la mañana en AVE, y se volvió de noche en el último tren a Madrid-, después de visitar la catedral y callejear Toledo , entró en la Sinagoga del Tránsito , y de allí se fue a Tavera . Igual que hicieron hace décadas los «locos» de la Orden de Toledo, Rufus penetró en la cripta y, con el mayor respeto, cantó «Somewhere over the rainbow» , canción que ya interpretó en un atípico concierto en el Carnegie Hall de Nueva York que después fue recogido en un doble álbum (Judy at Carnegie Hall), ya todo un clásico .

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