ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
La poesía religiosa de Santiago Sastre
«Con tantas tareas se me va el santo al cielo / y me quedo en la horizontalidad de los quehaceres», dice el poeta
![Fragmento de la portada del libro 'Una palabra tuya bastará'](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2022/02/01/AMADOR-kwxB--1248x698@abc.jpg)
Las religión, y nos centramos en la mayoritaria en nuestra nación, encarnada en la Iglesia Católica, muestra dos facetas enfrentadas; una muy respetable y otra muy desdeñable. La gran vergüenza del clero católico actual, especialmente las órdenes religiosas, atosigadas por una nociva disciplina, lo constituye el tan numeroso número de abusos sexuales a menores, mayormente a niños varones, cometidos por los que no tienen otra misión en su vida que llevar a la gente por el buen camino. Agresión machista (las monjas no abusaban). Pederastia extendida a todo el catolicismo occidental. Otra cuestión muy afeable es el propósito insaciable de apropiarse la Iglesia de bienes inmuebles ajenos, aparte de atesorar, en grandísima cantidad, los propios suyos. Con estas dos graves faltas, queda sin sentido el mantener la castidad en la jerarquía, condenar la homosexualidad y proclamar la institución católica como un estamento humilde y pobre.
![Portada del libro](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2022/02/01/AMADOR-ksFF-U5010417652940F-160x220@abc.jpg)
Superando este duro reproche a hechos, seculares, que ojalá no se repitan, se alza la límpida creencia, pura y sin hipocresías, en la doctrina irreprochable de Cristo, ese inequívoco y ecuménico mensaje que abarca tanto lo social como la íntima virtud. Resulta indiferente que esas supremas enseñanzas provengan de un dios o no. Su valor es intrínseco, exclusivo a la inmensa palabra del que fue un predicador judaico. Buda no era dios y ahí está su potente ejemplo. Los evangelios son la guía indiscutible para conducir la bondad siempre a buen puerto. Cristo no fundó, no quiso fundar religión alguna. A eso se dedicó después Pablo de Tarso. A Cristo le bastaba, y así lo comunicó, tener al Padre en el corazón. Significando el Padre todo el amor, la armonía, la piedad, para conducirse, éticamente, en la existencia. A Cristo le sobraba, por supuesto, esa conflictiva clase levítica judaica; y le sobraba hasta el templo que guarda a la divinidad. Veo, quizá fantasiosamente, algo de ironía en la respuesta de Jesús contenida en Juan, 2, 19, cuando asegura que podría destruir el templo y rehacerlo en tres días. Claro, 'él hablaba del templo de su cuerpo' (Juan, 2, 21).
Se puede creer en Cristo, incluso, sin declararse cristiano. Y cumplir con los ritos de la Iglesia Católica sin asumir por entero los dogmas. Establecer el compromiso por tradición, por hábito, por cultura. Grandes modernos compositores musicales, vanguardistas, como Messien, Penderecki, Fauré, escépticos para muchos asuntos, fueron grandes católicos, y el tema del catolicismo entró de lleno en sus geniales composiciones. Una práctica religiosa de este tipo la llevó a cabo Michel de Montaigne, autor de los célebres Ensayos , fundador del género. Si Montaigne, afirma Santiago R. Santerbás, editor del Diario de viaje a Italia , «se declara cristiano, no es por santurronería ni por convencimiento doctrinal, sino por respeto al orden establecido y a la fe tradicionalmente practicada. [...] Montaigne no niega a Dios: cree o asegura creer en Él, pero vive o actúa como si Dios no fuera otra cosa que un simple objeto de especulación mental».
El prolífico escritor toledano Santiago Sastre es un católico muy convencido de su fe . Parte de su obra ostenta referencias católicas. En 2015, conmemorando el quinto centenario del nacimiento de Teresa de Cepeda y Ahumada, publicó la obra de teatro Tan alta vida (Seis escenas sobre Santa Teresa de Jesús) . En ella, están mezcladas la época de la mística escritora con la actual, apareciendo el psiquiatra Dr. Rafael Sancho de San Román , un toledano, nacido en 1935 y fallecido en 2018, que fue académico de Toledo, igual que Santiago Sastre y, como historiador, escribió La medicina y los médicos en la obra de Tirso de Molina . En el prólogo al drama de Sastre, el carmelita José Vicente Rodríguez escribe en el prólogo que el autor «va hermoseando las escenas con un estilo vivo y movido».
En 2019, Santiago publicó otra obra dramática sobre la célebre fuga de San Juan de la Cruz del convento toledano calzado del Carmen , descolgándose de un ventanuco con sus harapos anudados, cruzando Zocodover siendo el hazmerreír de los vendedores antes de refugiarse en el convento de las carmelitas descalzas. El texto, sin duda, es ameno, incorporando unas licencias humorísticas tal vez un tanto disonantes. Una década antes, un muy amigo de Santiago Sastre, José Gómez-Menor , había publicado otro drama sobre la vida del santo poeta. Obra muy conseguida, ya que Gómez-Menor era un gran investigador del linaje de Fray Juan. Sacerdote, canónigo de la catedral, historiador, persona cultísima, poseía una personalidad singular. Yo también tenía amistad con él. A veces me regalaba libros; dos de ellos: Regla de San Benito y El banquero anarquista , de Fernando Pessoa . Y además ¡era un cura muy espléndido!, siempre invitaba.
Ahora Santiago Sastre ha publicado una recopilación de sus poemas religiosos: Una palabra tuya bastará , en la e ditorial toledana Celya este mismo enero. Estos poemas se ciñen en la ortodoxia. Son muy respetuosos con la figura divina. No cuestionan su para nosotros enigmática decisión (sin duda sabia en la creencia del poeta), pese a la manifiesta injusticia que vemos perpetuarse en el mundo: «¿Por qué no paraste la mano del asesino? / Por qué no detuviste la reproducción / de esas células malignas? // Sé que nada escapa / a tu divina providencia / y respetas la voluntad del hombre, / que también escribe la historia / con sus letras de ángel o demonio». En alguna excepcional ocasión, nos podría rechinar algún verso, comentando que Cristo «quiso un cuerpo como el nuestro, / con la misma carne que nuestra carne, / con su sudor, su semen y su orina». ¿Qué objeto tiene atribuirle a Cristo semen?
La forma de estos poemas es muy desenfadada y muy humana . Expresa el diáfano ideario cristiano y elogia la fe tradicional. Algún poema suena un poco a predicación, como 'La cortedad de los prejuicios'. Otro poema, 'Muchísimas vías', exhibe, con mucho énfasis, una especie de exacerbado panteísmo; planteando, más o menos, una equivalencia entre Dios y los hechos del mundo, proclamando que Él existe «por la increíble maquinaria del ojo», pero también «por los cuadros de Caravaggio», «el pan de masa madre», «el número veintiséis», «el cocido de garbanzos, con el esplendor de su sopa y su pringá» (jajaja), o «la primera vez que vi desnuda a mi mujer», concluyendo con la gran loa «¡Señor mío y Dios mío!».
Versos muy entrañables con recursos formales atrevidos : «Él no quiso amar a los hombres / desde lejos, por teléfono / o desde la pantalla de un ordenador. / Por eso bajó a vivir en la carne, / a sentir lo que sentimos». Otra secuencia da una visión justa de Judas, ese Judas necesario para el cabal cumplimiento de la precisa Pasión; no siendo Judas el único que vende despreocupadamente a Cristo: «Así empezó su arrepentimiento. / Debería asumir después / que Jesús lo perdonaría, / que todos hemos estado en su pellejo. / ¿Quién no ha vendido algún Cristo / para conseguir una ganancia?». Con una sana sinceridad poética, Santiago Sastre admite su culpa: las innumerables tareas del mundo le impiden rezar : «Señor, perdóname si no te canto. / Estoy tan ocupado en tantas cosas / que a veces se me olvida tu presencia. […] Con tantas tareas se me va el santo al cielo / y me quedo en la horizontalidad de los quehaceres».
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