ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
Lugar para el reencuentro (87): La ruta del soneto (III)
«Siempre joven y vivo, como un clásico»
Llegamos a la etapa final de nuestro viaje por la ruta del soneto . El siglo veinte, y ahora el veintiuno, siguen dando sonetistas de gran altura. No fueron pocos los poetas de la Generación del 27 que mostraron su amor por el soneto dándole la consolidada y recia forma de los catorce versos endecasílabos. Muestra de ello, entre tantos de otros autores de rica producción «sonetil», son «El Ciprés de Silos», archiconocido soneto de Gerardo Diego, y los famosos Sonetos del amor oscuro de Federico García Lorca . Imprescindibles, a su vez, los sonetos de Manuel Machado y los de Miguel Hernández , cuya fuerza vital y lírica abren caminos en la carne y en el alma de quien los lee, porque, como en los casos anteriores, leerlos es vivirlos. El soneto, siguiendo con el gran Miguel y parafraseándole, es, podemos decir, el rayo que no cesa. Y qué hermoso cuando al soneto se le dedica un soneto y podemos leer, entre otros ilustres ejemplos, «Al soneto con mi alma» de Juan Ramón Jiménez , dentro de su libro Sonetos espirituales.

Avanzando por el siglo veinte seguimos encontrando al soneto en nuestro camino, hablándonos con energía, la energía de los sonetos de Blas de Otero , los de José García Nieto , los del colombiano-mejicano Germán Pardo García y, más adelante, de Ángel González , Carlos Murciano , Juan Van Halen . Y los de Juan Antonio Villacañas , quien, además de ser el renovador de la lira, escribió sonetos de riqueza temática e inconfundible voz. Todo un libro suyo, Los vagos pensamientos , está escrito en sonetos que se nutren de temas esenciales como el amor, la fe, la amistad, la muerte y el tiempo. Y su libro Los Sapos, de poderoso contenido social, lo escribe, salvo el poema final, «Última carta al padre» , en sonetos alejandrinos.
La ruta nos va acercando a un presente rico en poetas capaces de escribir memorables sonetos . En lengua española esto se manifiesta a ambos lados del Atlántico, con sonetistas como el ya fallecido Luis Mario , cubano. Siguiendo en Hispanoamérica, tenemos a los también cubanos Carilda Oliver Labra y Francisco Henriquez , a la peruana Rosamarina García Munive , al ecuatoriano Rodrigo Pesantez , al chileno Alfonso Larrahona Kästen , al mejicano Brígido Redondo, todos ellos Premio José Vasconcelos. Mención merece la uruguaya Guadalupe Trullén . A resaltar los magníficos sonetos del argentino Jerónimo Castillo . En España, el soneto vive sano en las voces de poetas actuales como Luis Alberto de Cuenca , Ángel García López, Hilario Barrero , Antonio del Camino, Miguel Argaya, María Luisa Mora , José Carlos Gómez-Menor, Carmen Silva, Santiago Sastre o Isabel Díez Serrano. Y más nombres, y más sonetos, importantes y necesarios, pero en la brevedad de estos artículos es imposible citarlos a todos. Mas ahí están, y son, y siguen, con el soneto en su poesía, con el soneto, al que aplico una frase que hace tiempo escribí: Siempre joven y vivo, como un clásico.
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