ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
Lugar para el reencuentro (85): Deudores del asombro
Es nuestro asombro primigenio ante la vida lo que genera el arte y la ciencia
Aquí la rosa:
un misterio visible
en cada hoja.
La realidad nos habla cada día con su envolvente presencia. Inabarcable es la realidad , tanto la visible como la invisible, y ambas generan en nosotros el asombro inevitable e imprescindible con el que convivimos. Es nuestro asombro primigenio ante la vida lo que genera el arte y la ciencia, pues toda indagación proviene de la curiosidad esencial . Deudores somos, por tanto, del asombro, el que nos hace maravillarnos, el que nos hace indagar.
Nos hace también sentir miedo y sentirnos pequeños. Pero la gran paradoja del asombro es que la conciencia de nuestra pequeñez nos impulsa a hacernos grandes creciendo en conocimiento , en afán de búsqueda, nos impulsa a crecer en el espíritu, en la palabra. Gran deudor del asombro es el científico, el artista, el poeta, para quienes cada día es un reencuentro con la perplejidad que, lejos de ser deficiencia, es rasgo de fructífera energía.
He abierto este reencuentro con un haiku de mi libro Testigos del asombro , lo continúo y concluyo con unos cuantos más que son, como indica el propio título, testigos del asombro que me acompaña, asombro que vivo como un don y por el que me siento agradecida:
En lo tangible
se adivina el perfume
de lo invisible.
Verdad a un tiempo
la cosa que se toca
y su secreto.
Hay un milagro
que nos mira a los ojos
desde muy alto
¿De dónde viene
la muerte que no olvida
ni se detiene?
¿A dónde va
el muerto con su carga
de humanidad?
Por el enigma
se abre paso la flor
como la vida.
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