ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
Diario de un jubilado en Nueva York (42): El final del verano
«Un coágulo de nieve congelada...nos recuerda la noche blanca del olvido»
Ahí está, un ángel caído, sin alas, las manos en las mejillas, acunado por las hojas secas del parque , un coágulo de nieve congelada, un capitel de mármol falso, un ángel degollado por el frío alfanje del otoño. ¡Quién sabe qué ejército de hormigas del demonio estarán preparadas para invadir el hueco puro de su corazón! ¿Será el hueso imposible para ese perro hambriento y sin amo, perdido en la maleza? Así decapitado, ya con un presagio de lluvia cercana es la calavera de un ángel niño que nos recuerda la noche blanca del olvido, el final del verano, el filo de la espada que cortó la belleza de nuestra juventud.
Como una flor extraña, fruta posiblemente venenosa, llena su oscuridad de sangre blanca e invisible, el ángel mártir espera, condenado, a pudrirse, siendo carbón endemoniado, mirando al cielo que le cortó su vuelo. Los bárbaros esperan a la puerta del parque a que llegue el invierno . Y nosotros tenemos miedo de que comience a nevar.
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