La palabra del año en Toledo
«Las doce palabras del año, por sí solas, podrían configurar el relato del año 2022»
En unos días se sabrá cuál es la palabra del año, una iniciativa que desde hace años auspicia la FundéuRAE, la Fundación del Español Urgente promovida por la Real Academia Española y la agencia EFE.
Las doce palabras de este año, por sí solas, podrían configurar el relato del año 2022; un relato que me recitó de corrido mi amiga Charo a la puerta del mercado de Toledo, en menos que se aprueba una reforma del Código Penal, y que paso a reproducir parcialmente en tercera persona para que no me acuse de plagio:
Charo, beligerante feminista de pura cepa y liberada sindical, tal como me confesó laicamente, llevaba unos días barruntando la cercanía del apocalipsis. Y es que una cosa es una cosa y otra era lo que le estaba pasando. Mira que ella se consideraba una mujer liberada, pero lo de montarse un trío con la compañera de trabajo de su marido como que no lo veía, y encima el campeón le trataba de convencer de que era una antigua y que eso del sexdopaje, pastilla azul en ristre, estaba a la orden del día… y claro, Charo no tuvo más remedio que matizarle, con la vena del cuello hinchada que, tolerante y abierta a la diversidad como era, accedía si el tercero era el marido de la Pataky, y que por el mismo precio le liberaba del sexo químico.
A eso súmale que el caradura de su hijo decía que se había ido a las Bahamas con la excusa de luchar contra el ecocidio y de encadenarse a una gigafactoría de Tesla, cuando lo que estaba haciendo era tirarse seis meses de farra a cuenta de lo que había sacado especulando con las criptomonedas, esas que compró con sus amigos raritos... porque aquí mucho hablar de inteligencia artificial pero a mí esto me parece lo de siempre, comprar barato y vender caro y que al proletariado nos den..; y para rematar toca el fin de año en casa de mi suegra, y como no... la espabilada que lleva la fruta, al precio que se ha puesto, soy yo, la tonta del bote... ¡a cuatro euros que están, me cago en la p...! y creerán que esto se paga con la mierda de subida esta de sueldo del IPC, pero bueno, ya se sabe, con gripalizar la inflación y echar la culpa a «los otros» arreglado…
En fin, me dijo sin tomar resuello, que a ver si tenía la suerte de toparse con un ucraniano como el de su amiga Lucy y lo mandaba todo a freír espárragos. Que esa sí que sabía… un cañón de tío y un manitas que sabe hasta cocinar… esa sí que sabe conciliar…
Y cuando se largaba sin darme opción a abrir el pico, ni yo que osara, remató con tanta efectividad como desolación, cual Mbappé el pasado domingo: Y si quieres te añado tres palabritas más, me espetó, listas abiertas, que ya está bien de gente que defiende lo mismo y lo contrario según el día, el año, el escenario, el jefe, o el botón que le toque apretar, y además luego se pone digno. Y me voy corriendo que me van a dar las uvas, aún no he montado el Belén y todavía en casa me acusan de sedición porque hoy no me salido del gusto hacer la comida y he indultado al cocido.
Ah, y Felices Fiestas, concluyó con esa mirada limpia y esa boca perfecta que me siguen volviendo loco, mientras se disipaba como un torbellino.