La Virgen del Sagrario, en el 90 aniversario de su coronación

En 1926, la ciudad celebró por todo la alto la coronación de su patrona, que estrenó una corona que se perdió durante la Guerra Civil y se encontró en agosto de 1939 en el castillo de Pedralbes

En 2004, la Virgen salió en procesión por las calles de Toledo (ARCHIVOABC)

VALLE SÁNCHEZ

Este 15 de agosto, festividad de Nuestra Señora del Sagrario, patrona de Toledo, la imagen volverá a recorrer, como lo ha hecho durante siglos, las naves de la catedral primada sin salir por las calles de a ciudad. Únicamente en casos muy extraordinarios ha visto la luz del sol. Este año se ha cumplido 90 años de una de la procesiones más famosas e mportantes, que se celebró el 30 de mayo de 1926, con motivo de su coronación en la plaza de Zocodover.

El 1 de junio de 1926, ABC llevaba a su portada una preciosa imagen de la Virgen del Sagrario en la calle Comercio, rodeada de toledanos, el día de su coronación. (ARCHIVOABC)

Fue coronada por el Nuncio de Sumo Pontífice Pío XI, monseñor Tedeschini, en presencia del cardenal primado, Enrique Reig; Don Alfonso de Borbón, Príncipe de Asturias, que ostentó en ese momento la representación del rey Alfonso XIII ; el alcalde Fernando Aguirre, varios ministros del gobierno y una multitud de fieles que abarrotaron las calles de la ciudad, como lo muestra la imagen captada en la calle Comercio por el fotógrafo Rodríguez y que fue portada el 1 de junio de 1926 del periódico ABC. La Virgen iba adornada con un manto con 50.000 perlas y la corona, que había sido sufragada con donaciones; de su frabricación se encargó al asturiano Félix Granda Buylla, en oro y platino y adornada por brillantes, esmeraldas, zafiros, rubíes y perlas. Pero, llegó la Guerra Civil y el manto se perdió, pero la corona vivió una aventura que cuenta con todo tipo de detalles Eduardo Sánchez Butragueño en su blog Toledolvidado, en una interesante entrada titulada «La corona de la Virgen del Sagrario» . En 1936 las autoridades republicanas decidieron incautar las joyas y obras de arte de la catedral, entre ellas, esta corona. Las cajas con el tesoro viajaron a Madrid donde fueron depositadas en los sótanos del Banco de España cuya llave estaba en poder del ya presidente Largo Caballero, sin embargo, el Tesoro Artístico Español fue trasladado con los sucesivos cambios de sede del gobierno republicano por el avance franquista, unos cambios en los que el tesoro iba perdiendo partes y no se conocía el destino de la corona, pero «el 20 de agosto era hallada en el Castillo de Pedralbes, que había quedado allí en la huida hacia Francia de los republicanos sin entrar en los convoyes que partieron hacia Ginebra». Meses después, el 1 de octubre de 1939, la Virgen volvió a salir a la calle para celebrar un acto de desagravio a la imagen coronándola de nuevo. Iba a celebrarse el 27 de septiembre aprovechando una visita de Franco a Toledo, pero la fuerte lluvia que cayó ese día en Toledo retrasó el acto religioso.

Para pedir que llueva

Pero no solo salió a la calle en esas ocasiones, desde el siglo XVI hasta nuestros días, la patrona ha recorrido la ciudad en varias ocasiones, algunas para pedir que lluvia, como el 1 de mayo de 1529 llegó a la ermita de San Eugenio. El 27 de abril de 1530 y el 18 de agosto de 1566 fue hasta el monasterio de San Juan de los Reyes por la salud de la reina. Y el 11 de mayo de 1542 y el 4 de mayo de 1578 volvió a salir para que acabasen grandes pertinaces sequías.

Los investigadores Sagrario Dorado y Salvador Ruiz , colaboradores de ABC , han desvelado otra salida reciente de la Virgen en procesión el 15 de agosto de 1961. Así lo cuentan: «Por deseo del cardenal primado Enrique Pla y Deniel, de acuerdo con el cabildo primado y la junta directiva de la Esclavitud de Nuestra Excelsa Patrona, hacia las ocho de la tarde después de los cultos del octavario en su honor, (por aquellos años el octavario se celebraba del 15 al 22) con su nuevo manto que los devotos le habían ofrendado, salía en procesión por la puerta Llana de la catedral primada a los acordes del himno nacional que interpretaron las bandas de música del patronato Musical y del Colegio Provincial. Abría el cortejo mariano una escuadra de batidores de la Guardia Civil, a continuación la manga catedralicia seguida de varios centenares de esclavos de la esclavitud de la Virgen del Sagrario, presididos por la junta directiva. Después la imagen de nuestra patrona, es su preciosa carroza, luciendo el espléndido manto que estrenaba, el cual llevaba prendida la medalla de la Ciudad Imperial, concedida el 10 de agosto de 1929, por la corporación municipal que presidida Gregorio Ledesma. Seguía cabildo catedralicio; el obispo auxiliar, Anastasio Granados y el cardenal primado, Enrique Pla y Deniel, con capa pluvial. A continuación el gobernador civil interino, Diputación Provincial, Ayuntamiento en corporación, presididos por el alcalde Luis Montemayor que portaba el bastón de la Virgen del Sagrario como alcaldesa perpetua de la ciudad».

La procesión discurrió, con las calles abarrotadas de fieles, por Cardenal Cisneros, plaza del Ayuntamiento, Arco de Palacio, Hombre de Palo, Comercio y plaza de Zocodover, «donde el recibimiento fue apoteósico», afirman. «La imagen fue ubicada debajo del Arco de la Sangre y después de unas brillantes palabras del canónigo magistral primado Filiberto Diez Pardo, regreso a la catedral por el mismo itinerario. Dorado y Ruiz desvelan también que ese día la Virgen estrenó un manto que sustituyó al que se perdió durante la Guerra Civil, un manto realizado gracias a las aportaciones de los toledanos. «Las madres adoratrices trabajaron durante un año en su confección y bordado, que tuvo un precio de un millón de pesetas. Fue bendecido el 12 de agosto por el cardenal primado en la capilla del palacio arzobispal, en presencia del canónigo obrero y la junta directiva de la esclavitud de la Virgen del Sagrario. En la mañana del 14 las alumnas del Colegio de Doncellas vistieron a la imagen y la pusieron el manto nuevo, cumpliendo una tradición del siglo XVII, renovada por el cardenal primado Antonio Monescillo, en 1894, que establecía “que manos de mujeres que no fuesen doncellas tocasen a la sacra imagen y a sus vestiduras”».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación