ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

Fin del verano en Cuenca

«No he dejado de postular a Cuenca como ciudad ideal en Castilla-La Mancha para universidad de verano»

El Júcar: embarcadero frente al Peñote

POR ANTONIO LÁZARO

El verano siempre tiene en Cuenca cuatro grados menos . Desde que viví, muy joven, la irrupción de los cursos de verano canadienses (que conllevaron, principios de los 70, una especie de pequeña revolución sexual en el sentido estrictamente reichiano) y más tarde, ya como profesor de español para extranjeros, colaboré un par de años en los Cursos Internacionales que organizaba Germán Olarieta Sr. (y creo, prosiguen sus hijos), no he dejado de postular a Cuenca como ciudad ideal en Castilla-La Mancha para universidad de verano, por su clima y por su categoría histórica y patrimonial, una universidad que se centre en ofrecer y enseñar , en un entorno fresco y ameno, el 'español de Castilla` , uno de nuestros grandes activos insuficientemente rentabilizado.

El Júcar, río 'sanador', restaura, entona, refresca. Un baño en la Playa te pone las pilas para una noche intensa de plenilunio como aquellas que organizaba Pepe Cerrada, el querido y añorado Doctor Cerrada. En la finca de Cerrada, nos juntábamos (entre otros y otras) mi amigo Alejandro, el doctor López Iranzo, médico forense, con nuestras musas, las bellas Ana y Elena Saura (hijas del pintor Antonio, tan pronto desaparecidas de esta dimensión) y con el pintor y músico Carlos Pérez; junto a los hermanos de este, Arturo y César, y otros colegas subíamos a la barca como si esta fuera un pequeño Pequod, remontando el río o bajando hacia la playa . Paseando el otro día por estos hermosos escenarios de mi juventud, me asombró recorrer a pie el trayecto, de cierta distancia, entre la playa y la finca de Cerrada, al recordar que fui capaz entonces de hacer a nado el primer peñote. Alcanzar el segundo era algo casi homérico, digno solo de un héroe de la Ilíada o de la Eneida, como por ejemplo otro buen amigo, el gran periodista y escritor conquense Tomás Fernández Ruiz.

Antonio Lázaro, escritor

Este año, la más reciente y llorada ausencia es la de Arturo Pérez , que acababa de ilustrar mi librito de haikus sobre el tema de la Garza y no lo pudo ver impreso. Al entrañable José Arturo no lo he visto este verano, aunque lo he sentido muy próximo en Carretería y en su amado Júcar, pero al menos sí que he podido ver a la Garza, esa mágica reina del río que unió su pintura con mi poesía.

El ágora de Cuenca se llama Carretería . No es la Plaza Mayor, adonde no suben las palomas, ni la aséptica Plaza de España. Donde la gente se junta, se cruza, se encuentra o desencuentra, hace o deshace tertulia, etc., es en Carretería. Y en Carretería me encontré con un compañero de armas poéticas, el gran Paco Page (co-antologizado en 4 poetas y en 4 esquinas), que me anunció posible secuela de nuestra saga (si los otros dos compañeros, Enrique Trogal y Tito Escamilla acceden, claro); con mi primo César Cebrián, traductor y antiguo componente (como guitarrista) de Cómicos del Carro, aquella hermosa semilla teatral que plantó a finales de los 70 en Cuenca Cristian Casares, otro gran ausente habitual; también con Pilar Martínez, encuadernadora exquisita y mujer de teatr o, que gestionaba la compañía y encarnaba roles protagónicos en sus producciones, como el de Guiomar de Meneses, esposa de Jorge Manrique, en 'El enamorado de la muerte' y otros en 'Picnic', 'Calila e Dimna' o 'Jueves Lardero'.

Y por fortuna, con Raúl, que con cuál de los dos, con Torres, con Raúl Torres : ya no en Ruiz, sino en la tertulia del Capri , lo que le añade glamúr y coherencia viajera. Me alegró infinito verlo, no sé cuántos años me recordó que tiene, unos cuantos desde luego. Pero es el mismo de siempre, zascandil, iluso e ilusionante: piloto y faro en el barco conquense de las letras. Y me hizo la pregunta de siempre: ¿escribes? Y yo le respondí: pues claro , y además leo, te leo, y cómo crees que, de no hacerlo, podría levantarme cada mañana en este fosco mundo. Raúl se propone hacer un número de la legendaria revista El Molino de Papel , pidiéndonos poemas originales manuscritos que luego se reunirán impresos tal cual. ¡Que el sueño continúe! También vi a Eulalio López Cólliga , poeta y cronista de la desparecida Mili, que mantiene tertulia en Ruiz. Y coincidí con Carmen Pinar, hermana del gran pintor Oscar Pinar, que me informó de un reciente y merecido libro sobre su hermano. Óscar era pintor de plaza y caballete, a lo parisién. Yo tengo en mi salón un pequeño y magnífico óleo suyo con una preciosa panorámica de Valdeolivas, que adquirí en una feria de brocante en la Hípica. Hubo un tiempo en que me lo encontraba de vez en cuando pintando en rincones de Toledo, por la Judería o por la Bajada de Infantes.

No lejos de Carretería, en el Parque de San Julián , la antigua albufera que inundaban como defensa los muslimes de Kunka, me encontré con Ángel Valiente , uno de esos políticos con decidida vocación de fomento de la cultura. Recuerdo que apoyó, cuando era Delegado de Cultura, a finales del milenio pasado, un desembarco de los cortos castellano-manchegos en Cinespaña de Toulouse , que organizamos desde la Consejería de Cultura de la mano de la gran fotógrafa y promotora sociocultural Pili Rodríguez , montalbeña de pro y entonces residente en la antigua capital de los visigodos. Ángel fue recibido como representante de la cultura de Castilla-La Mancha no solo por el director de la Cinematheque y por el de Cinespaña sino también por el Alcalde de Toulouse , una de las ciudades más importantes de Francia. Lo he encontrado muy rejuvenecido sin su proverbial bigote, totalmente en forma, y me sorprende que no esté en primera línea de la política provincial y regional pues puede seguir aportando mucho. Me pregunté y me pregunto si no se estará despilfarrando en política a personajes realmente valiosos , con experiencia de gestión, lucidez y capacidad de diálogo, dotes más necesarias hoy que nunca.

San Antón , popular barrio desparramado como un Belén sobre el templo de la Virgen de los templarios y su gran puente, se ha vuelto un poco lo que fue antaño la plaza, ahora más bien reservada para el turismo. San Antón es cosmopolita y castizo a la vez, vanguardista y el de siempre , con tipos conquenses y también hípsters, modernos y subterráneos más o menos asociados a la próxima Facultad de Bellas Artes. San Antón ofrece en su montaraz callejero un museo de murales, graffitis y escultura. En sus refrescantes terrazas , colgadas sobre el Júcar frente a la antigua fábrica de moneda o ceca del siglo XVII, hoy también recuperada para la hostelería y el ocio, uno se siente transportado a una especie de barrio latino ecléctico y arriscado , desde donde seguir soñando, a la vera del río verde y en torno a un botellín, con la posibilidad de un cierto futuro.

Y es en San Antón donde vamos a cerrar esta Cuenca veraniega, reproduciendo mi soneto al Júcar , que osé componer cuando leí en algún sitio que el Júcar era río de romances mas no de sonetos:

Gemelo en fuga del hermano Tejo,/fluye universal tu íntima bajada,

entre hoces y fragor de maderada/para ser de Cuenca y su torre espejo.

No te hechizan ni grajos ni vencejo/y derrotas en tajos la llanada,

dejando atrás una ciudad soñada/(contigo en verso soñador me alejo).

Entre rocas esmeralda constante,/propiamente te llaman destructor

si a la furia otoñal bajas tronante./No eres río para cantar pedante,

Júcar ganchero, Júcar constructor,/suicida verde en el azul levante.

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