Vélez, el peso de la experiencia
El coronel Francisco Javier Vélez Alcalde asume la jefatura de la Comadancia de la Guardia Civil de Toledo, donde «hay excelentes profesionales y mejores personas»
Probablemente, en la provincia no habrá muchas personas que puedan decir tanto en tan poco tiempo. El coronel Francisco Javier Vélez Alcalde lo consiguió este martes en su discurso de 13 minutos de duración, después de prometer su cargo como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo, que asume con una «tremenda ilusión».
«No existen fórmulas mágicas para afrontar retos — dijo a su nueva plantilla, formada por 1.500 efectivos—, pero estoy convencido de que no se pueden alcanzar sin el compromiso, la dedicación y el esfuerzo personal de todos los guardias civiles de esta comandancia. Sois vosotros y vuestras familias mi primera prioridad».
Afirmó que su labor será continuista del trabajo hecho por sus predecesores, aunque «no conformista por la situación del mundo actual, lo que exige una adaptación permanente». Así, desde su puesto intentará mejorar la seguridad de los ciudadanos, luchando «con firmeza» contra los delitos más violentos hacia el patrimonio y las personas, y contra la ciberdelincuencia. No se olvidó en su discurso de los menores y de las víctimas de la violencia de género, campos en los que trabajará cooperando con la Policía Nacional, las policías locales y las empresas de seguridad privada, sin olvidarse de los militares.
Procedente de Huesca, donde este maño de 52 años ha estado dirigiendo a los agentes de esa provincia los últimos tres años, llega a Toledo con un expediente sobresaliente: una larga experiencia profesional de 33 años, diplomado de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, doctorado en el Programa «Paz y Seguridad Internacional», máster en Cooperación Policial en Europa, cuatro idiomas extranjeros con nivel B2 (inglés, francés, italiano y alemán) y varias condecoraciones nacionales e internacionales.
A su formación académica, que se inició en 1987, se suma una trayectoria como mando que corroboró «in situ» uno de sus mentores para el nuevo destino, el teniente general Fernando Santafé Soler: «Como mando experto y con más de 25 años de servicio, favorecerá, con la entrega de todos los agentes de la provincia, un entorno más seguro».
Vélez, que en 1992 ingresó en el Grupo Antiterrorista Rural (GAR) y al año siguiente pasó a la Unidad Especial de Intervención (UEI), estuvo ayer rodeado de su familia más directa. A ella le dedicó sus primeras palabras: «Nunca habría llegado a esto sin mi esposa, Rosela, y mis hijos, a los que tantas horas de compañía y juegos he hurtado en estos últimos 12 años, en los que han tenido 4 traslados de residencia, soportando en silencio mis, a veces, largas ausencias, sin más recompensa que mi satisfacción ejerciendo mi vocación, aún a costa de la suya. Nunca podré devolveros tanto amor, esfuerzo y generosidad».
Nacido en Zaragoza, heredó de su padre la vocación de ser guardia civil. Quizá por eso cree «firmemente» en la «naturaleza militar» de este cuerpo, al que define como una «herramienta policial polivalente, flexible, adaptable, eficaz y eficiente en tiempos de paz, de guerra y en cualquier escenario de conflicto».
El coronel llega a una provincia donde la Guardia Civil se despliega en 203 de sus 205 municipios y se preocupa del 75,77 por ciento de su población. La tasa de criminalidad fue en 2019 de 35 infracciones penales por cada 1.000 habitantes, «lejos de otras tasas en provincias como Madrid, Valencia, Murcia o Sevilla, y 12 puntos por debajo de la media nacional», apuntó Vélez.
Por tanto, se podría colegir que aterriza en un destino cómodo, aunque el nuevo jefe de Toledo puntualiza: «Esta comandancia aborda el 48 por ciento del total de las infracciones penales que se producen en la zona de la Guardia Civil en Castilla-La Mancha, lo que la convierte en un elemento fundamental para evaluar la situación de seguridad pública en esta comunidad autónoma». Además, «los retos en seguridad son más exigentes, si tenemos en cuenta aspectos cualitativos como la creciente violencia empleada por bandas criminales, los nuevos ‘modus operandi’ y el uso de las nuevas tecnologías».
Por sus palabras, Vélez se ha informado bien sobre su nuevo destino, «una extensa provincia caracterizada, en el ámbito policial, por su proximidad a la Comunidad de Madrid; eminentemente rural, castigada por la despoblación, aunque con un desarrollo industrial exponencial que ha impulsado la aparición de algunas poblaciones semiurbanas y de grandes contrastes». «Ejemplo excepcional en la Historia por su función política, administrativa, religiosa, militar, comercial, industrial, turística y cultural que ha dejado una profunda huella», añadió.
Uno de sus mayores retos
Más allá de los datos estadísticos, Vélez cambió el contenido de su discurso en otro momento, con una orientación más emotiva. Se refirió a «uno de los mayores retos» a los que se enfrenta: «Conservar el más preciado, el inmenso cariño, afecto y consideración que toda la sociedad toledana y sus instituciones profesan a la Guardia Civil. Y esto no es por casualidad».
Afirmó que en la Comandancia de Toledo se ha encontrado con «excelente profesionales y mejores personas», una opinión que personificó en tres ejemplos. Por un lado, el cabo honorífico Román David Gómez Maestre , en silla de ruedas desde que en 2013 fue disparado en el atraco a un supermercado de Mercadona en Yuncos. Por otra parte, los agentes Jesús y Óscar, del cuartel de Illescas, que resultaron heridos el 17 de enero cuando intentaban detener en la A-42 (autovía Madrid-Toledo) a los autores de un robo.
Aseguró que esa «eficiente organización, el elevado espíritu de equipo y vocación y capacidad de trabajo» en la Comandancia de Toledo son el «reflejo» del «excelente ejercicio del mando por todos los jefes que me han precedido en el puesto, especialmente los dos últimos: el general de brigada Luis Rodríguez Martínez y el teniente coronel José María Gil Armario.
Tampoco se olvidó del general jefe de la Guardia Civil en Aragón, Carlos Crespo, del que ha aprendido el «complejo oficio de mandar una unidad territorial». Ni se dejó en el tintero a la subdelegada del Gobierno en Huesca, Isabel Blasco, quien acudió a la toma de posesión, en la que Vélez estuvo arropado por lo más querido: Rosela y sus hijos.
Noticias relacionadas