Los toledanos ante la pena de muerte, según Sánchez Lubián
Un repaso por los últimos ejecutados en plazas públicas y los que fueron indultados
«Ejecutados o indultados. Toledo ante la pena de muerte (1860-1920)». Con este título como hilo conductor, el escritor y periodista Enrique Sánchez Lubián dibujó el jueves el sentir de los toledanos en los estertores de la abolición de la pena de muerte. Lo hizo en la conferencia que pronunció en la Biblioteca de Castilla-La Mancha -en el marco del Festival Mazapanoir-, en un encuentro en el que recordó algunos casos que viene publicando cada quince días de los sucesos acaecidos en la provincia en el suplemento cultural de con el título de «Esbozos para una crónica negra de antaño». Recordó uno de sus últimos casos, el capellán Antonio García Juzgado que fue el último ejecutado en la plaza de Zocodover en el año 1822 y cuyos restos fueron exhumados un año después cuando Fernando VII restableció el régimen absolutista y también cuando en el 13 de marzo de 1882, en el Paseo del Tránsito de Toledo, fueron fusilados tres bandoleros.
Sánchez Lubián rememoró, además, la última ejecución pública con garrote vil en Navahermosa, a Tomás y Raimundo Guzmán Marín, conocidos como «Los Marines». Y de esta última ejecución pública, que levantó gran expectación, a otros casos en los que se notó ya un cambio de mentalidad contra la pena de muerte, como el de P arcasio, el sacristán parricida que conmovió a políticos e intelectuales y que consiguió levantar a toda la ciudad para pedir su indulto en 1917.
Es la segunda vez que Sánchez Lubián colabora con el encuentro de novela y cine negro-criminal de Toledo. Hace un año ya impartió la charla Crónica negra de una ciudad de provincias: de la estafa al cardenal Sancha al crimen de Moraleda, Toledo 1900-1936.
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