Santiago Sastre

Un año sin Pepe Rosell

Rosell era un enamorado del planeta cervantino

José Rosell Villasevill ABC

POR SANTIAGO SASTRE

El 15 de junio hace un año de la muerte del académico correspondiente de la Rabacht y consumado cervantista José Rosell Villasevill. ¿Cómo explicar que una persona autodidacta y con serios problemas de vista pueda convertirse en uno de los mejores conocedores de Cervantes y su obra? Sólo se me ocurre recurrir la pasión: José Rosell se enamoró de Cervantes desde que su novia -con la que después se casaría- le regaló una edición del Quijote, como me ha comentado su hija Teresa. A partir de ahí cayó en un agujero, como Alicia, que lo condujo al mundo maravilloso de Cervantes. José Rosell era un enamorado del planeta cervantino de los pies a la cabeza.

En este primer aniversario de su fallecimiento hay cosas que aún quedaron pendientes. Dentro de poco saldrá a la luz un libro suyo genial sobre el Persiles y Segismunda (en 2017 se cumplió el IV centenario de su publicación, que pasó, ay, sin pena ni gloria), auspiciado como merece por la Junta de Castilla-La Mancha, tal como se comprometió el consejero de Cultura, Ángel Felpeto.

Rosell nunca, y esto es increíble, publicó en vida un libro de poemas. Curioso: el alma páter del recital de poetas bargueños, el amante de la poesía, el ciego del arrabal, se dejó en el tintero la publicación de sus poemas. Es verdad que se consideraba un poetastro, que no confiaba en su valía como poeta, pero en su producción poética hay poemas muy bien logrados, que reflejan el sentir de su corazón y el conocer de la vida y que merecerían una edición crítica. También ha dejado una obra dispersa en artículos que no estaría mal recopilar: pienso en los últimos artículos que sacó en ABC sobre la biografía de Cervantes, por ejemplo. Y, por último, ¿a qué espera el Ayuntamiento de Bargas para poner su nombre a una calle?

Allá por donde fue, Rosell siempre sacó a relucir sus orígenes bargueños y su amor por su pueblo. Me parece justo que Bargas tenga su nombre en el callejero, pues se trata de un bargueño que ha hecho méritos suficientes para despuntar en el mundo de la cultura y, además, fue muy querido por sus paisanos. Mientras estemos aquí los amigos que le quisimos, seguirá vivo en nuestra memoria, su luz continuará brillando a nuestro lado en el camino.

Un año sin Pepe Rosell

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