Santiago Sastre
La normalidad
«No quiero que me atienda el médico por teléfono ni que las sucursales bancarias estén cerradas a cal y canto»
Ahora que regresamos a la normalidad , lo que queremos es que sea realmente normalidad, aunque con la novedad de las prevenciones típicas por el coronavirus. Pero, ojo, esas prevenciones no deben suponer un recorte de derechos . Yo no quiero esa normalidad en la que tenga que examinar a mis alumnos haciéndoles un examen tipo test por el ordenador (y han ido cientos de alumnos a hacer la selectividad a la facultad), tampoco que me atienda el médico por teléfono (cuando es esencial ver al paciente), que los sucursales bancarias y algunas administraciones estén cerradas a cal y canto (o nos pidan a todos -también a los ancianos- que hagamos las operaciones por internet), que se imponga tener que solicitar cita por teléfono para muchas cosas (y hasta que te lo cogen…) Tampoco quiero que las empresas hayan aprovechado el coronavirus para despedir a los trabajadores. Y tampoco que cuando vaya a la terraza de un bar me cobren lo que les dé la gana para intentar recuperar el dinero perdido (hacen bien los toledanos en denunciar estos abusos en el Facebook). El turismo poco a poco se irá incrementando. Pero de aquí se puede sacar una enseñanza muy interesante: no estaría mal que los negocios de la hostelería se fijaran un poco en los toledanos, y no solo en los turistas, porque no conviene poner todos los huevos en una sola cesta.
Es lógico que enseguida nos hayamos lanzado a los bares , a las fiestas, a las reuniones familiares y de amigos… Necesitábamos la alegría de compartir cosas y de divertirnos. Sí, con medidas de seguridad, pero debíamos festejar la vida. Y también disfrutar de la cultura, aunque sea al aire libre. Me encanta que algunos actos culturales se hayan celebrado en la calle (como las presentaciones de libros); me ha parecido una iniciativa brillante y por ello felicito al concejal de cultura, Teo García, por facilitarlo y por su presencia en la mayoría de ellos. Pero lo que quería recalcar es que es conveniente un término medio entre el tiquismiquismo de ciertas medidas de seguridad (algunas me parecen exageradas ) y la confianza de quien pasa olímpicamente , de quien apenas respeta esas medidas para prevenir los contagios. Ni tanto ni tan calvo. Yo creo que todos queremos una normalidad que nos permita recuperar nuestros derechos y disfrutar de la vida, aunque con mascarilla y distancia prudencial. A veces pienso que hay gente que está sirviéndose de la nueva normalidad para hacer su normalidad. Y lo que queremos es que la realidad se parezca bastante a la que teníamos antes y, como he insistido muchas veces, q ue nos haga mejores personas, más solidarios . Me huelo que muchos se están aprovechando de la situación para sacar tajada y eso es algo que no me gusta.